Viernes, 22 de Noviembre 2024
México | PERGEÑO POR VÍCTOR WARIO ROMO

Maciel y los Judas

La Semana Santa 2010 ha quedado irremisiblemente marcada por las ondas expansivas que siguen creciendo por las denuncias de pederastia

Por: EL INFORMADOR

La Semana Santa 2010 ha quedado irremisiblemente marcada por las ondas expansivas que siguen creciendo por las denuncias de pederastia en que han incurrido ministros y jerarcas de la Iglesia Católica a lo largo de varias décadas y en diversos puntos del orbe. Dos casos tienen resonancia particular en México: el de los Legionarios de Cristo, cuyo fundador, Marcial Maciel Degollado, ha sido tirado del pedestal santificado en que sus propios seguidores lo habían colocado, ante las abrumadoras evidencias de su doble vida como probado abusador de menores y adicto a la morfina; y por otro lado, los señalamientos hacia el mismísimo Papa Benedicto XVI, a quien pretenden llevar a declarar como testigo sobre los abusos de sacerdotes, como posible encubridor de esas conductas ilícitas cuando fue arzobispo de Munich, Alemania, y luego prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (lo que antiguamente fue la Santa Inquisición).

En un comunicado emitido apenas el viernes 26 de marzo pasado, los Legionarios de Cristo, a través de su director general, Álvaro Corcuera, aseguran que “habíamos pensado y esperado que las acusaciones presentadas contra nuestro fundador fueran falsas o infundadas”, pero puesto que no ha sido así, “no podemos mirar a su persona (de Maciel) como modelo de vida cristiana o sacerdotal”.

Y agrega: “Estamos profundamente consternados y tenemos que reconocer que son ciertas las acusaciones contra el Padre Maciel, entre las que se incluían abusos sexuales a seminaristas menores”. En el comunicado, los legionarios reconocen que el sacerdote mexicano (nacido en 1920 y fallecido en 2008) tuvo una hija “de una relación estable y prolongada” con una mujer, “y otros graves comportamientos”, que no citan, pero rematan: “Condenamos estos actos contrarios al deber cristiano, religioso y sacerdotal de la vida del Padre Maciel…”.

Piden “perdón” a todas aquellas personas que le acusaron en el pasado “y no fueron creídas o no se supo escuchar, porque en aquel momento no podíamos imaginar esos comportamientos”. ¿Será?

En su libro “Marcial Maciel, los Legionarios de Cristo: testimonios y documentos inéditos”, el reconocido psicoanalista y sociólogo Fernando M. González, cita una entrevista que Maciel concedió en 2003 para lo que prácticamente fue una elogiosa autobiografía, en la que el fundador de la Legión dice: “En relación con los hombres que han podido ser causa de mis sufrimientos, he tratado de verlos cristianamente (…) En este sentido, puedo comprender un poco de lejos el dolor de Cristo ante la traición de uno de los suyos, de Judas, a quien Él consideraba como un amigo”.

No, ahí no hubo Judas, aunque sí hubo traición de aquel que se consideraba a sí mismo hecho a imagen y semejanza del Cristo crucificado un día como hoy.

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