Lenguaje priista

Cuando Jesús Reyes Heroles, el paradigmático ideólogo de la época dorada del Partido Revolucionario Institucional (PRI), sostuvo que “en política la forma es fondo”, le puso palabras a un modo de vivir y proceder en el ámbito público mexicano, tan arraigado todavía, que hasta los políticos de otros partidos lo imitan inconscientemente.

Tan enraizado está este esquema en el imaginario colectivo de los mexicanos —diferentes en costumbres y cultura tanto como las zonas geográficas que habitamos—, que después del histórico cambio político del año 2000, cuando por fin concluyó la “dictadura perfecta”, parece que volveremos al punto de partida.

La demostración más clara de esta fortaleza política priista la tuvimos de primera mano ayer, cuando nuestra ciudad fue elegida (y ocupada) por la cúpula nacional del PRI para festejar su aniversario. Ésa es la forma que al final, acaba por ser el fondo.

Cuando Vicente Fox dilapidaba su capital político en un sexenio que hoy se suma a los años perdidos de la democracia nacional, el orgullo de los panistas era contabilizar los votos jaliscienses que habían contribuido de modo definitivo a llevar al primer panista a Los Pinos.

Pasados los años, también cobró su factura el segundo gobernador surgido de Acción Nacional, Francisco Ramírez Acuña, “destapador oficial” de Felipe Calderón, a la postre segundo presidente mexicano salido del PAN.

Atentos y mejor dicho, obsesivos con los símbolos y las formas, los priistas que han recuperado fuerza, plantan un golpe en la frente del panismo, al venir a Jalisco a conmemorar su aniversario y subrayar que siete de cada 10 jaliscienses son gobernados por priistas.

Ninguno entre los militantes de Acción Nacional que hoy se sienten fuertes para buscar el Gobierno estatal después de Emilio González, se han dado por aludidos ante la afrenta de forma, que es también afrenta de fondo.

Es cierto que el Auditorio Telmex es un edificio que se renta al mejor postor (curiosamente, ayer Raúl Padilla López se afirmó “amigo” de Emilio González), pero también es verdad que el diputado Abraham González Uyeda, el secretario general de Gobierno, Fernando Guzmán y el mismo gobernador, tan prolijos siempre en comentarios políticos, hicieron silencio ante la reunión festiva del priismo nacional.

Los militantes de Acción Nacional, naturalmente, no tenían que acudir a buscar camorra al encuentro priista, pero en otros tiempos competían organizando reuniones paralelas para contrarrestar, política y pacíficamente, la fuerza de sus adversarios. Hoy olvidaron la iniciativa.

Las lecturas serán varias, pero ante la falta de competencia, el escenario ha sido tomado por los priistas y su mensaje prevalecerá temporalmente. La competencia electoral, definitivamente, comenzó en casa. Si los otros jugadores no se dan cuenta y pierden ventaja, es porque ignoran que en el México político se sigue hablando el lenguaje priista. Y efectivamente, la forma es fondo.