La Bamba y La Bruja

La contienda por Veracruz es guerra sucia de delitos. No es anécdota. Es mugre y lodo. “Para bailar la bamba (política) se necesita una poca de gracia y otra cosita”.

Si nos atenemos a las evidencias divulgadas por el Partido Acción Nacional (PAN), el gobernador Fidel Herrera cometió todas las fechorías posibles. Jarana electoral que amerita un proceso penal. También juicio político. (Artículo 134 constitucional).

Pregunta a César Nava: ¿Se valen las evidencias obtenidas de manera ilegal? ¿Un delito para denunciar otro delito? Nava elude: “Estamos obligados a divulgarlas… Reflejan el modus operandi de algunos gobernadores del PRI… Muestran la perversidad de los señores feudales; impunes actores de la oscuridad, como Fidel Herrera”.

¿El espionaje es tan grave como el delito denunciado? No se sabe, o al menos no se puede equiparar. La mano escondida lanza la piedra. El espiado queda al descubierto; el espía, en la sombra.

¿Quién espió a Fidel Herrera? Agatha Christie lo dice en sus novelas. ¡Busca quién se beneficia con el crimen! Dicho de otro modo, ¿quién es el mayordomo del mayor “domo” de la política nacional? ¿Quién dispone de recursos para pinchar teléfonos? ¿Quién no soportaría perder Veracruz?

El golpe retumba. El candidato de Los Pinos revive. Nava no lo oculta. “Ya tenemos una encuesta que nos pone a seis puntos… El fin de semana lograremos empate técnico y de ahí a la delantera”.

Nava hace ruido. Masca tuercas. Exige la renuncia del gobernador. “Si Herrera tuviera dignidad, así lo haría”. ¿César Nava la tiene? ¿Olvida haber firmado un bochornoso pacto en lo oscurito con Peña Nieto?

Fidel Herrera está muerto. Pero de risa (“estoy ahorita en plenitud del poder, tengo el gobierno en la mano”). Finge que las acusaciones panistas le hacen cosquillas. “Los demonios del edén andan sueltos y se expresan de maneras inesperadas, pero de verdad que el bien siempre vence al mal…”, profetiza. “Y dígame, dígame, dígame usted / cuántas criaturitas se ha chupado usted” (La Bruja)-

EL MONJE LOCO: La violencia es desgracia colectiva. De lo malo, sigue lo peor. El desplegado presidencial de cinco mil palabras y el mensaje en red nacional, no aportan datos nuevos. Tampoco resultados. Reitera la necesidad de combatir el delito “con todo… sin tregua, sin bajar la guardia o claudicar…”. Más de lo mismo. Calderón intenta levantar el ánimo nacional. No pasa del diagnóstico. Repetición de la reiteración. La misma gata revolcada, tres años y medio después. “Es cuestión de tiempo…”, reitera el Presidente. ¿Cuánto tiempo más? ¿Cuántos muertos más? No explica la espiral de ejecuciones (25 mil en lo que va del sexenio). Pide alternativas al pueblo. No se vale. El Presidente no busca quién se la hizo, sino quién se la pague. ¿El mensaje es campaña electoral? ¿Reparte culpas del fracaso militar? Nadie sabe, nadie supo…