Instan a subir el precio de alimentos ''chatarra''

CIUDAD DE MÉXICO (13/AGO/2012).- Un tercio del presupuesto del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) se agota en una serie de problemas relacionados con la obesidad, que se ha incrementado entre otros factores, por la apertura comercial a productos chatarra que provienen del Norte, a los que se debería gravar para restringir su consumo, señala el jefe de la Unidad de Investigación Social, Epidemiológica y en Servicios de Salud del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Jalisco, Javier García de Alba García.

Los tratados de libre comercio han hecho mella en la dieta de los mexicanos. La comida rápida suple a la alimentación tradicional y la dieta mestiza: “Por más mala que era la combinación española-indígena, era una buena dieta; ahora tenemos una dieta rápida y globalizada”, indica García de Alba. El remedio, al igual que con el cigarro, “es incrementar el precio de estos productos para restringir su consumo, como ya se hace en Europa”.

En México, principal consumidor de bebidas gasificadas en el mundo, una de cada tres personas padece sobrepeso y/u obesidad, consideradas cuando un varón adulto tiene más de 90 centímetros de cintura, y más de 80 centímetros para el caso de las mujeres. Desde 1990 han aumentado 10% la cantidad de niños obesos de entre cinco y 11 años. En el caso de los adolescentes, sector sobre el que el seguro social tiene poca acción, se incrementó en 30% el riesgo de mantener sobrepeso de por vida. Durante esta etapa también se adquieren hábitos como sedentarismo, alcohol y alimentación deficiente: “Es importante que en la etapa adolescente podamos hacer algo, como el control de la alimentación, que más que en las escuelas debe hacerse en las familias”, comenta el experto en salud y prevención.

Señala que los espacios y programas institucionales requieren de la voluntad política de los jefes. “Podemos buscar los mecanismos por los que la gente haga una pausa para la salud. El municipio de Guadalajara pone el domingo para hacer ejercicio, pero la Organización Mundial de la Salud nos dice que deben ser tres (días a la semana)”, y resalta la necesidad de comenzar con una cultura de la alimentación y del estilo de vida saludable, pues al iniciar con un programa “pierdekilos” existe el riesgo de volver a ganar el peso si no se está dispuesto a adoptar el estilo de vida, o si sólo se hace el intento, y recuerda que “el hecho de comer saludable y hacer ejercicio no implica sacrificio; simplemente iniciarlo a nivel de la familia. A la larga resulta mucho más barato prevenir. Si nos ahorramos un peso en prevención; nos ahorramos 10 mil en curaciones”.

LA CIFRA

163 Litros de refresco bebe al año en promedio el mexicano, según la Universidad de Yale.

PARA SABER

Gravamen a las gaseosas

El 5 de septiembre asociaciones civiles como El Poder del Consumidor, El Barzón, Alconsumidor y Oxfam México exigieron que se establezca un impuesto de 20% a la venta de refrescos en México, como una vía para disminuir su consumo y combatir la obesidad.

TELÓN DE FONDO

Grasas y azúcares, fuera del salón

Los refrescos y la “chatarra” no van a la escuela. Desde el 27 de mayo de 2010 no tienen cabida en el lonche de los escolares mexicanos. Las únicas bebidas autorizadas son el agua potable y los jugos en pequeñas proporciones.

Los refrescos, por su alto contenido de azúcares, no son recomendables para la dieta de los niños mexicanos, propensos a la obesidad y el sobrepeso porque, entre otros motivos, tienden al sedentarismo y no tienen el hábito de la activación física.

Otros productos que no pueden entrar en las escuelas son los alimentos fritos o sabrosados, por su alto contenido de grasas y sales, y porque inducen a un mal hábito alimenticio.

Aquel 27 de mayo, los entonces secretarios de Educación y Salud, Alonso Lujambio y José Ángel Córdova, respectivamente, informaban de los lineamientos generales para el expendio y distribución de alimentos y bebidas en los establecimientos de consumo escolar.

De ahí se desprendió una lista de alimentos de bajo nivel calórico, como respuesta de las autoridades federales para combatir la obesidad y el sobrepeso, causantes de enfermedades crónicas como diabetes e hipertensión arterial, entre otras.

Fue un buen principio para atacar un problema de salud pública en el sector infantil desde la escuela; sin embargo, fuera de los planteles tanto los infantes, como los jóvenes y los adultos, tienen una dieta alimentaria deficiente.

En el mexicano no existe la cultura de una alimentación equilibrada baja en grasas y azúcares que permita un desarrollo sano del núcleo familiar y el compromiso de salud personal de practicar ejercicio físico diario para prevenir padecimientos de sobrepeso y obesidad.

ESTUDIAN A PERSONAS CON Y SIN OBESIDAD

Mapea la UNAM los genomas de diabetes

CIUDAD DE MÉXICO.- El Instituto de Investigaciones biomédicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha realizado un estudio sobre el genoma de la diabetes tipo 2 y así conocer el papel de distintos genes de riesgo para desarrollar este mal. Hasta ahora han asociado ocho de 21 genes.

Para esta tarea, el Instituto trabajó conjuntamente con dos entidades, el Instituto Nacional de Medicina Genómica y el Instituto Broad, de Estados Unidos, con los que realizaron el mapeo del genoma de esta enfermedad.

Así se pudo explorar todas las regiones del genoma humano donde se pudieran localizar los genes que participan en el desarrollo de la diabetes tipo 2.

El trabajo se centró en mil 500 mestizos mexicanos con ancestros amerindios, que no se habían estudiado hasta ahora.

Para localizar a los genes responsables se utilizaron marcadores que se posicionaron en todos los cromosomas, lo que evidenciaba cualquier vinculación.

“Acabamos de recibir la aceptación de la publicación Diabetes, la más importante del área. En ese trabajo estudiamos la participación de 21 genes y definimos que, para la población mestiza mexicana, de acuerdo a la frecuencia con que ocurren las variaciones genéticas, se pueden asociar ocho”, aclaró María Teresa Tusié, científica del Instituto y que lidera la investigación.

Para el resto de los genes, la frecuencia de las variaciones es menor, o bien el efecto de riesgo es tan pequeño que se necesitan más individuos para observar el efecto.

Este estudio incluyó a dos mil 200 personas, entre pacientes y sujetos de control mayores de 18 años y menores de 80, con proporción semejante de mujeres y hombres, con y sin obesidad.         

Con información de EL UNIVERSAL

FICHA TÉCNICA

Programas hay, falta voluntad

La Comisión Nacional de Cultura Física y Deportes promueve el ejercicio con varios programas: Actívate, Vive Mejor; Activación Física Laboral; Espacios Activos y Feria de la Actividad Física para Vivir Mejor.

Las entidades también tienen programas de activación física, que son promovidas en sus instalaciones deportivas. Además, a través de los DIF, fomentan el deporte entre adultos y adultos mayores.