Ganar y perder

Las elecciones del superdomingo 4 de julio arrojan resultados que modifican la correlación de fuerzas dentro y fuera de los partidos con miras a la sucesión presidencial. Hay quienes pierden terreno en la carrera y los que avanzan para ponerse en condiciones de competitividad.

En el PRI, por ejemplo, la conclusión de que los gobernadores “todopoderosos” ya no son invencibles en las urnas pega directo a Enrique Peña Nieto, que de ser visto antes de esos comicios como inalcanzable, ahora, aunque se mantiene en la punta, se acerca a aspirantes como Manlio Fabio Beltrones, que se vuelve un factor y aliado indispensable si el gobernador mexiquense quiere sortear los embates y la alianza en su contra en 2011.

Peña necesitará de algo más que su imagen y su popularidad para enfrentar las estrategias de sus opositores; requerirá todo el apoyo partidista y un proyecto de país que convenza ya no sólo a los priistas, sino al electorado, y ahí entra el factor Beltrones, quien además sumó en estos comicios un gobernador, con Carlos Lozano en Aguascalientes, que se suma a los mandatarios Ivone Ortega, José Calzada y Fernando Ortega, identificados con el senador.

En el PAN hay claros ganadores y perdedores del 4 de julio. Entre los que perdieron están Fernando Gómez Mont, encendido opositor de las alianzas y protagonista de la negociación con Peña Nieto para evitar la alianza en el Estado de México, al grado que muchos apuestan ya por su pronta salida del gabinete.

También perdieron los candidatos que el Presidente Calderón impuso, como Adriana Dávila, a la gubernatura de Tlaxcala, y Carlos Torres y Rodolfo Dorador, aspirantes a las alcaldías de Tijuana y Durango, respectivamente; los tres, cercanos al Mandatario.

Pierde también Manuel Espino, quien recorrió los estados con alianza opositora para llamar al panismo a votar en su contra. Josefina Vázquez Mota es otra de las perdedoras, y para cerrar la lista —que por supuesto es más amplia— está el ex presidente Vicente Fox, quien anunció 15 días antes el fracaso de las alianzas y que, obviamente, se equivocó.

Del lado de los ganadores panistas figuran César Nava, que se jugó su resto con las alianzas y decidió correr los riesgos, aunque también a Nava le reprocharán y le adjudicarán las derrotas del PAN en Aguascalientes, Tlaxcala y Baja California, y para ello los gobernadores del Yunque —con Juan Manuel Oliva a la cabeza— preparan su estrategia para pedir la cabeza de César y tratar de colocar al propio Oliva al frente del partido el próximo mes de noviembre.

Santiago Creel gana porque participó activamente en la conformación de las alianzas y en apoyo a todas las campañas, y gana también Javier Corral, quien se fue a vivir a Oaxaca para acompañar a Gabino Cué en su campaña, pese a que en su partido la dirigencia le había cerrado la puerta para ser consejero nacional… Se detienen los dados. Cayó serpiente.