Futbol y antidemocracia

La suposición general desde hace 10 días es que nadie tiene tiempo para ninguna otra cosa que no sea atender, comentar y volver a ver, en repetición, los juegos de futbol del Mundial de Sudáfrica.

Hoy mismo, se asegura que “el país se paraliza” con un partido más de la Selección mexicana.

Pero esa suposición es falsa. Cierto que a muchos, millones incluso, les preocupa el futbol, pero a muchos otros —aunque no millones— la mancuerna de la televisión y el futbol los tiene punto menos que despreocupados porque están ocupadísimos en garantizar su futuro y el de sus grupos de poder.

Hablo de los procesos electorales. Naturalmente, hay mucha gente que no tiene en mente ni futbol ni política, pero en estas líneas ocupémonos de los políticos o, mejor dicho, de las personas que supuestamente ejercen de políticos profesionales pero que no son otra cosa sino profesionales de la antidemocracia.

De sobra sabemos que este año hay elecciones... ¿y cuál no?

De sobra sabemos que estas elecciones son “muy importantes”... ¿y cuáles no?

Y de sobra sabemos, también, que los gobernantes (y sus séquitos con cargo al erario) que cederán sus cargos a otros ciudadanos democráticamente electos, hacen todo lo que sea probadamente legal y secretamente ilegal, para evitar que los resultados electorales favorezcan a gente ajena a su grupo de poder.

Pero desde hace varios días hemos tenido pruebas de aquello que es secretamente ilegal y que damos por hecho.

Se trata de las grabaciones filtradas a los medios de comunicación, en los que se escucha a dos gobernadores salientes: Fidel Herrera, de Veracruz, y Ulises Ruiz, de Oaxaca, demostrando por sí mismos, en sus propias palabras, que lo último que les importa es la democracia.

Apenas ayer, el Ulises Ruiz que sobrevivió a una crisis política en la que murieron personas inocentes en Oaxaca y que contribuyó a retrasar, durante varios años más, el  retórico Estado de derecho en nuestro país, embarró en un diálogo de cuates con Raúl Castellanos (coordinador de la campaña del candidato priista a gobernador, Eviel Pérez Magaña) a un periodista reconocido nacionalmente: Carlos Marín.

“Hay que arreglar a Marín”, le dice el todavía gobernador a Raúl Castellanos, mientras se lamentan porque el periodista entrevistó al candidato opositor, Gabino Cué.

“Sí, claro, mañana le hablo”, se escucha la contestación de Castellanos, en la grabación que se transmitió en el programa radiofónico de Carmen Aristegui y que en este momento circula libremente por internet. Antes, los dos políticos, el “gobernante” y el “comunicador”, sugieren en sus diálogos que hubo un arreglo con Carlos Marín y con el Grupo Milenio.

Ignoro si se corrompió Marín y espero que responda tan jactanciosamente como acostumbra. Ignoro quién o quiénes grabaron esa conversación, pero sí sé que eso es un delito.

Lo que también sé es que muchos, muchos gobernantes (y sus ayudantes) son delincuentes impunes.
¿Lo ve usted? No todos están en el futbol.