Martes, 26 de Noviembre 2024
México | PALESTRA 20 POR JORGE O. NAVARRO

Enfermos de elección

Las cúpulas de los partidos políticos contabilizan ganancias y preparan la ‘‘operación cicatriz’’ para las pérdidas

Por: EL INFORMADOR

Jorge O. Navarro.  /

Jorge O. Navarro. /

La elección del domingo pasado bien pudiera verse como una enfermedad de la que ya pasó lo peor, aunque obliga a la convalecencia.

Las cúpulas de los partidos políticos contabilizan ganancias y preparan la “operación cicatriz” para las pérdidas. Si al cerrar el 4 de julio se leyó en los acontecimientos una victoria del PRI, hoy es posible sopesar el triunfo de los aliancistas (PAN y PRD) en Estados tan grandes y relevantes como Oaxaca, Puebla y Sinaloa. A través de este filtro, el revés para los priistas es tan mayúsculo como inesperado.

Pero también están las consideraciones sobre las derrotas de panistas y perredistas.

Los azules salen de Aguascalientes y Tlaxcala en dos casos que muestran rasgos comunes a todas las administraciones de Acción Nacional en cualquier parte del país: rápido desgaste de su ejercicio y desencanto de los electores ante hechos de abuso de autoridad o camuflada corrupción. Y debe añadirse el grotesco evento de la candidatura avalada por este partido en Veracruz, donde literalmente se entregó la lucha costosa y tenaz que durante décadas han dado los militantes panistas, a una negociación política con Elba Esther Gordillo, quien impuso a Miguel Ángel Yunes como su particular abanderado. Conservan entonces los priistas el poder en la que se reconoce como la tercera Entidad del país con mayor peso electoral, político y presupuestal, después del Distrito Federal y el Estado de México.

Luego están los amarillos, echados a fuerza de votos de Zacatecas, en otra edición de su inveterada división, pues el choque frontal entre la gobernadora Amalia García y el grupo político del senador Ricardo Monreal Ávila —quien transitó del PRI al PRD y ahora opera desde el Partido del Trabajo— acabó por agotar la paciencia de los desencantados zacatecanos.

En las tres entidades perdidas vuelve a gobernar el PRI.

Y hay otros elementos dignos de consideración, de los que sólo podremos conocer consecuencias completas cuando deban tomarse (o frenarse) decisiones importantes para el país, vía reformas políticas o asignación presupuestal:

1. La presidenta nacional priista, Beatriz Paredes Rangel, sentirá más el costo de la factura por las derrotas de su partido en Oaxaca, Puebla y Sinaloa, que el beneficio de los nuevos espacios ganados. Primero porque es la autoridad en el partido y suyas son decisiones y responsabilidad, y segundo porque en los espacios ganados no son sus aliados internos quienes recuperan posiciones.

2. La auténtica patrona del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo, bien pudo perder la difícil apuesta de sostener a Yunes en Veracruz, pero en el resto del país las negociaciones de su partido Nueva Alianza (suyo en cualquier sentido), arrojan saldo a favor. La jefa del sindicato más grande de Latinoamérica tendrá influencia y espacio en incontables municipios y congresos locales. Crecieron su poder e influencia en la Presidencia de la República.

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