El juego de Marcelo

Ha encontrado el sistema de comunicación típico del demagogo. Primero crea el problema: luego la solución. El chiste es caerse para arriba. Como mago. Lo aprendió de su maestro Manuel Camacho, en tiempos de Carlos Salinas. Claro, a Manuel le falló.

Ebrard anuncia una obra de dimensiones faraónicas. El megatúnel Reforma-Santa Fe. El asunto termina, sin conclusión, en los impugnados pasos a desnivel de Palmas. Con tal fantasía se hizo entrevistar por medio mundo. Enseñó planos y colmillos. Después, todo se derrumbó, menos el propósito real. Presionar para lograr recursos adicionales. Las obras desechadas de antemano sirven para aumentar la capacidad de negociación.

Con Camacho, jefe del Departamento del Distrito Federal (DDF), se anunció la regularización de Iztapalapa. Hasta los años de “El Peje” el Paraje San Juan y sus 40 colonias seguía igual. Carcomido por la irregularidad crónica. Otra. Camacho anunció el cambio de todos los sanitarios de todos los baños de toda la ciudad. Todo el proyecto se fue por el inodoro. Todo el dinero, también.

En vísperas del nuevo presupuesto, Marcelo anuncia: si no hay dinero, no hay línea 12 del Metro. Ante tal amago se le podría preguntar: consciente de la escasez presupuestaria, ¿cómo pudo lanzarse con la línea Bicentenario cuya terminación será imposible si no le dan más y más y más recursos? Y si no tiene oro ni tiene plata, ¿cómo quiere romper la piñata de la Supervía? ¿Con dinero del sector privado? Marcelo, ¿gobiernas o gestionas? ¿Qué va primero, el poder o la gente? ¿Flanco derecho o izquierdo?

En la Ciudad de México se cancelan servicios; florecen negocios. Por ese camino van el canal de TV, la Ciudad Verde, las ciclopistas y todo cuanto la simulación deja a medias. Una Ciudad de Vanguardia, una “Capital en Movimiento”. ¿Pero de quién es el capital en movimiento? ¿De dónde salen los recursos para el proselitismo finsemanario y bravucón? No me salen las cuentas, Marcelo.

EL MONJE LOCO: A más tardar el lunes debe aprobarse el presupuesto. Estados, municipios y otros organismos quieren 731 mil millones de pesos más. Reclaman carreteras, agua potable, educación, pavimentación y salud. Baratito, son casi 22 mil peticiones. La cobija no tapa todo. Difícil creer en coincidencias, pero la Comisión de Gasto Público acusa al gobierno de no saber gastar. Hay subejercicio. Más de nueve mil millones de pesos. Comunicaciones se quedó con más de tres mil. La Secretaría de Educación Pública (SEP), dos mil. Seguridad Pública gastó todo y no ha terminado el año. Le apuesto que primero se resolverá el enredo financiero que el nombramiento de los tres consejeros del Instituto Federal Electoral (IFE). La causa: el doctor Murayama fue vetado en Los Pinos. La razón: un resabio sentimental adolescente. Contra eso no alcanzan leyes, dineros, abonos ni plazos. Sólo magia, y negra. Ya se sabe. Ya se supo…