México | Por Jorge Zepeda Patterson Cordero para el sacrificio . Por: EL INFORMADOR 10 de enero de 2011 - 02:04 hs El alma azul de Felipe Calderón no concibe peor pesadilla que ser recordado por la historia de su partido como aquél que le regresó el poder al PRI. A juzgar por los cambios en el gabinete, el Presidente volvió de vacaciones con el firme propósito de impedir su destino manifiesto. Dos subsecretarios de Hacienda elevados a la categoría de secretarios de Estado revela que Calderón terminó de deshojar la margarita y se decidió por la construcción de una candidatura. Y esa no es otra que la de Ernesto Cordero. El hasta ahora secretario de Hacienda ha sido desde hace rato su gallo para esta contienda, pero el Presidente había dejado el juego abierto por si acaso alguno de los otros suspirantes (Josefina Vázquez Mota, Alonso Lujambio, algún gobernador) se convertía en una carta que ofreciera al PAN más garantías para triunfar en 2012. En otras palabras, Calderón tiene ganas de que Cordero sea su sucesor, pero aún más ganas de que fuese un panista y no un priista. Si alguno de los otros aspirantes se hubiese convertido en una apuesta más atractiva, Los Pinos no habría dudado en darle el espaldarazo, pero las encuestas demuestran que ninguno de los blanquiazules despierta pasiones. Siendo así, los hombres del Presidente llegaron a la conclusión de que si para ganar las elecciones tenían que construir a un candidato prácticamente desde cero, más valía optar por su propio candidato, es decir, Cordero. La segunda conclusión decembrina es que tenían que hacerlo ya. Habrían preferido esperar hasta mediados de 2011, pero la ventaja que ha adquirido Peña Nieto obliga a anticipar el proceso. Hasta ahora los calderonistas habían “navegado” por las aguas de la negación bajo la lógica de lo que sucedió en 2006: un candidato con mucha delantera (López Obrador), terminó perdiendo ante un rival (Felipe Calderón) que seis meses antes carecía de toda posibilidad. Sin embargo, las últimas encuestas revelan que el ascenso de Peña Nieto podría tener un efecto “no retorno”. Si la opinión pública se convence de que el triunfo del priista es inevitable, la profecía se concreta simplemente porque la mayoría de los electores prefiere votar por un candidato cuyo triunfo parece garantizado. Por otra parte, la derrota de López Obrador, a pesar de su ventaja previa, se basó en las pasiones encontradas que inspiraba. “El Peje” lideraba las preferencias, pero también era líder en reprobaciones. La campaña de “un peligro para México” fue exitosa justamente por eso. Buena parte de los votos que consiguió Calderón no votaron por él, sino contra Andrés Manuel. Una especie de voto “útil”, toda vez que la otra opción, Roberto Madrazo era un candidato inviable para la mayoría de la población. Sólo así se explica que un candidato débil haya vencido a otro que le llevaba tal delantera en 2006. ¿Es repetible en 2011? No es probable. Las encuestas revelan la gran ventaja que tiene Peña Nieto (como en el caso de López Obrador), pero no muestran los niveles de reprobación que tenía el tabasqueño. Es decir, será muy difícil construir una campaña tipo “un peligro para México” contra el gobernador mexiquense como lo hicieron contra “El Peje”. Esto significa que si los panistas quieren ganar la elección tendrán que construir un candidato competitivo, capaz de generar un voto “activo” y no sólo pasivo (o útil), como sucedió seis años antes. Lo cual nos regresa a Cordero. ¿Tiene el potencial para convertirse en ese candidato? Calderón lo cree así, pero el paso de su delfín por Sedesol y por Hacienda no ha sido glamoroso. Son dos secretarías con enorme visibilidad y poder, y no obstante la popularidad o al menos la recordación de la imagen de Cordero no ha aumentado. Ciertamente el carisma no es su fuerte. Y sin embargo, eso no significa que no sirva para Presidente. En todo caso la capacidad profesional y la vocación son más importantes que el carisma a la hora de dirigir los destinos de una nación. Los panistas tienen 18 meses para convencer de eso a los mexicanos. Por lo pronto han colocado a dos alfiles de Cordero en secretarías clave para el manejo político. La SCT se ha convertido en interlocutor estratégico de los grupos de la iniciativa privada más decisivos para el país: Grupo Carso, por un lado, y las televisoras por el otro. Es tal el poder de estos monopolios que sin el apoyo de uno y otro es imposible ganar una Presidencia en México. A través de su ex subsecretario, Cordero estará en condiciones de negociar “futuros” para impedir un mal tratamiento de parte de los medios de comunicación durante la campaña. La estrategia buscaría romper el aparente maridaje de Peña Nieto con las televisoras. El control de la Secretaría de Energía ofrece también distintas cartas para negociar con el sector privado y con los gobernadores. Pemex sigue siendo el principal generador de recursos del Gobierno federal, y el mayor dispensador de los mismos para una buena parte de la sociedad mexicana. La estrategia para construir a un candidato no se limitará a estos cambios, pero son los primeros pasos. Calderón y la cúpula panista tendrán que dar muchos más para hacer del secretario de Hacienda un candidato con probabilidad de éxito para 2012. Hasta ahora, nombre podría ser destino, la apuesta de Calderón por Cordero parecería condenada al sacrificio. ¿Será? 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