Cien mil mexicanos firmaron

México es un país ensimismado. Pese a que tenemos una diáspora en Estados Unidos y a que somos uno de los países más interconectados con la economía global, la población mexicana no está interesada en los asuntos internacionales, lo cual se corrobora con una serie de estudios que el CIDE ha realizado desde 2004.

El informe “México y el mundo” en efecto señala que sólo 52% de los mexicanos afirma tener “mucho o algo de interés por las noticias sobre las relaciones de México con otros países”.

Sin embargo, Amnistía Internacional México lanzó en marzo pasado una campaña titulada “Libro por Darfur”, con la que pretendía hacer conciencia entre la población mexicana sobre el conflicto que se vive en Darfur, una región de Sudán, el país más grande de África, donde desde 2003 se vive un genocidio que ha cobrado la vida de más de 250 mil personas y que ha desplazado de sus hogares a unos 2.5 millones de personas, creando una verdadera crisis humanitaria.

México acaba de dejar de ocupar la presidencia del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Durante el mes de junio, nuestro país asumió esa presidencia que es rotativa y ocupa desde el año pasado un asiento en el máximo órgano de toma de decisiones de la ONU.

Ante ello, Amnistía Internacional México decidió poner el tema en la discusión en México y aprovechando la coyuntura de la presidencia mexicana lanzó la campaña por la cual le pedía al Gobierno mexicano que impulsara desde el Consejo de Seguridad y desde otros foros multilaterales en los que México participa, dar un seguimiento a la crisis que se vive en el país africano.

Un grupo de jóvenes integrantes de Amnistía Internacional México se acercó a la Secretaría de Relaciones Exteriores de México (SRE) para ver si apoyaban su iniciativa.

Daniel Joloy, un joven egresado de la Universidad Iberoamericana y que ahora trabaja en Amnistía, me comentó que tuvieron una buena recepción por parte de la SRE del proyecto y que así lograron que se autorizara que un grupo de miembros de su organización pudiese llevarle el libro con las 100 mil firmas al embajador Claude Heller, el representante de México ante la ONU.

Muchas veces se escucha en los círculos de la diplomacia mexicana un sentimiento de frustración: que la labor de los diplomáticos mexicanos no se conoce.

Tal frustración es algo justificada, pero se debe también a que la toma de decisiones en torno a la política exterior de México ha sido tradicionalmente un espacio cerrado a la participación ciudadana.

Hoy la SRE empieza a tener una nueva estrategia de comunicación social, de acercar los temas internacionales a la ciudadanía, y esas 100 mil firmas recolectadas por Amnistía son un buen indicador de que la gente sí se puede interesar por los temas internacionales, y un incentivo para que nuestra diplomacia sea más como una computadora Mac y menos como una PC…