Carlos Pascual renuncia como embajador en México

-Indiscreciones cobran factura a Pascual

CIUDAD DE MÉXICO (20/MAR/2011).- Las palabras del Presidente Felipe Calderón sobre el embajador de Estados Unidos en México, Carlos Pascual, resultaron, a la postre, lapidarias.

El 3 de marzo pasado, en ocasión de su visita a Washington para reunirse con su homólogo estadounidense Barack Obama, el Mandatario dijo a “The Washington Post” que resultaba difícil trabajar con Pascual, luego del cable de WikiLeaks, que filtró comentarios del diplomático en los que dejaba mal parado al Ejército Mexicano en su lucha contra el narcotráfico.

“Siento mucho anunciar que el embajador (Carlos) Pascual ha pedido al presidente (Barack) Obama y a mí que aceptemos su dimisión como embajador en México”, señaló la secretaria de Estado de la Unión Americana, Hillary Clinton en el comunicado.

La jefa de la diplomacia estadounidense destacó que Pascual ha sido “un arquitecto y defensor de la relación entre Estados Unidos (EU) y México”. Después enumeró algunas actividades destacadas de Pascual en México como el colaborar para sentar las bases de un mercado de energías renovables transfronterizo, el diseño de una nueva estrategia para impulsar el comercio en la línea que separa a ambas naciones, así como integrar los derechos humanos en la cooperación bilateral.

“El presidente Obama y yo hemos aceptado su dimisión con gran renuencia”, afirmó Clinton, quien adelantó que Carlos Pascual permanecerá algún tiempo en México para ayudar a organizar “una transición ordenada” en el nombramiento de un nuevo representante diplomático.