Atentas invitaciones

La jornada del pasado martes durante la celebración del Día del Empresario Coparmex se podría calificar como aquellas que tardan en olvidarse por las invitaciones que ahí se ofrecieron: invitaciones a elegir bien a quien se coloca en un puesto, a transparentar, a rendir cuentas, a vigilar y a otras tantas acciones que permitan un Estado con una economía que fluya, en armonía con el Gobierno y ciudadanía y a través de empresas y empleos mejores y bien pagados.

Esa mañana se llevaría a cabo el cambio de estafeta en el organismo que agrupa a los empresarios de Jalisco, y era la ocasión ideal para reunir a personalidades de todos los ámbitos.

De igual forma fue el escenario perfecto para las declaraciones fuertes, reclamos finos y justificaciones piadosas y hubo alguien, entre los asistentes, que se atrevió a recordar aquella canción que dice: “Tú le das compadrito, tú le pegas, no te dejes compadrito no te dejes”.

Después de despedir la gestión de Pablo Lemus Navarro, el nuevo presidente de la patronal hizo honor al operativo fallido de Estados Unidos, porque rápido y furioso Óscar Benavides Reyes se puso a repartir invitaciones que incomodaron a más de uno: cuestionó la operación de la Auditoría Superior del Estado, solicitó —a nombre de todos los empresarios— representantes transparentes y honestos, evidenció la urgencia de algunos políticos por desfilar en la pasarela electoral y adelantó que la atención estará centrada en resultados concretos y no “en sus palabras y promesas”.

Luego la respuesta vino por parte del propio gobernador del Estado, Emilio González Márquez, al hablar de la creación de 127 mil empleos durante su administración y la propuesta (otra invitación más de ese día) a incrementar el sueldo promedio de los trabajadores.

A la mañana siguiente no faltaron empleados que ahora sí le tomaron la palabra al Ejecutivo, se “envalentonaron” y fueron a realizar la petición formal con el jefe, “al cabo que el gober lo dice” ¿y sabe cuál es la realidad? La misma.

A pesar de los esfuerzos por crear nuevas formas de obtener ingresos, como la creación de negocios o empleos, las condiciones para los bien intencionados empresarios palidecen ante la realidad a la que se enfrentan y que el mismo Gobierno propicia, como la corrupción y la eterna burocracia; por su parte, los que intentan ser empleados, pasan los días inmersos pidiendo porque el negocio en el que trabajan no truene o porque al patrón se le quite la idea de la eterna crisis económica que suele utilizar como pretexto para no aumentar el sueldo.

Si la economía de México presenta un crecimiento acelerado de entre 4% y 5%, como dijo Ernesto Cordero, secretario de Hacienda y asistente también al evento, ¿entonces por qué se tiene esa sensación individual de estancamiento? Se vive con la impresión diaria de que los productos y servicios son cada vez más caros y los sueldos muy parecidos a lo mismo de cada año. Sería bueno que los que tienen el poder nos hicieran un favor: menos palabras y más acción… ésa es una atenta invitación.