Miércoles, 27 de Noviembre 2024
México | Serpientes y escaleras por Salvador García Soto

Alianzas desinfladas

No hay un Estado, de los cinco donde se formaron las alianzas —Oaxaca, Sinaloa, Puebla, Hidalgo y Durango—, donde los candidatos aliancistas encabecen las encuestas de intención del voto

Por: EL INFORMADOR

El único propósito que justificaba las alianzas electorales entre los partidos Acción Nacional (PAN y de la Revolución Democrática (PRD) —como mero acto de pragmatismo—, era evitar que la maquinaria corporativa del Partido Revolucionario Institucional (PRI) los arrasara en los estados; hoy, al arranque de las campañas, ese objetivo se ve cada vez más difícil para los dos partidos aliados. Las encuestas que se levantan en los cinco estados donde se formaron las polémicas alianzas arrojan en este momento cifras que han encendido focos rojos en las dirigencias nacionales del PAN y el PRD.

La salida del Partido del Trabajo de las coaliciones fue la puntilla que confirmó que el cálculo que hicieron desde Los Pinos, cuando decidieron jugársela con las alianzas con el PRD, en una apuesta desesperada para frenar el avance del PRI, podría no sólo ser un error, sino tendría además un alto costo político que se trasladaría al Gobierno de Calderón, que se habría confrontado con sus aliados priistas y comprometido el avance de sus reformas en el Congreso, a cambio de nada.

No hay un Estado, de los cinco donde se formaron las alianzas —Oaxaca, Sinaloa, Puebla, Hidalgo y Durango—, donde los candidatos aliancistas encabecen las encuestas de intención del voto, y casi en todos parten con desventaja al inicio de las campañas. Las grandes apuestas de Calderón y Nava, Gabino Cué en Oaxaca y Mario López Valdez en Sinaloa, enfrentan diferencias de hasta 10 puntos en relación con los candidatos del PRI, que por lo demás ha puesto en marcha todo un catálogo de mañas, desvíos de recursos públicos y mapacherías electorales con sus gobernadores como jefes de campaña.

Una muestra clara de que los números no cuadran y que en la prospectiva no se ve un panorama fácil para las alianzas PAN-PRD-Convergencia, es la declaración casi infantil de Nava, en la que les pide a los petistas de los estados, que abandonaron las alianzas, “no hacer caso de las instrucciones de López Obrador” y votar por las alianzas. O Nava se contagió de la ingenuidad infantil de la música de su futura esposa, o realmente el dirigente del PAN comienza a sentir que si no gana ninguna de las alianzas que él impulsó, el costo para él mismo será mayor.

¿Qué cuentas entregarán César Nava y Jesús Ortega, que se aferraron a las alianzas como último recurso, fracturaron a sus partidos y desdeñaron a candidatos propios en aras de la negociación con el argumento de que aliados podrían dar la pelea si, como se ve ahora, el PRI les gana todas de todas en los estados donde pactaron las alianzas?

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