“Me da mucha pena cobrar, pero la verdad es que… pues no es fácil encontrar quién venda sangre”, defiende un comerciante ambulante que se dirige a una calle aledaña al Hospital Civil “Fray Antonio Alcalde”. Al doblar la esquina, llama a un franelero con un chiflido. “¿Qué onda?”, le dice. “¿Sí te ‘sangras’?”. Buscaba a un donador del cual obtener una comisión.El franelero se acerca y le explica que ya tiene un “compromiso previo” en el Hospital de Zoquipan. El ambulante insiste. Le pregunta si su esposa está o no disponible, porque también ella puede “hacer el paro”. Y tras pensarlo unos segundos, el primero decide que hará la “donación” en el Civil, pues así se ahorrará el dinero del taxi hasta Zapopan.Se le cuestiona si es seguro y el franelero afirma que sí. Recuerda que, en una ocasión, de cuatro “donadores” potenciales solo él y su esposa pasaron las pruebas. El precio por su servicio es fijo: 800 pesos. Previamente, quien hizo el enlace ya había solicitado 200. El gasto total fue de mil pesos.En realidad, la cultura de la donación de sangre es mínima y Raquel es un ejemplo de ello. Cada tres meses, ella requiere donadores para su hija, quien padece leucemia. Y debido a esa periodicidad obligatoria en las transfusiones se le dificultaba conseguir la cantidad necesaria. Por ello, durante dos años compró a “vendedores” en los alrededores del Hospital Civil.“No sé cómo se maneje, pero afuera del Hospital Civil llegan y te dicen: ‘Oye, ¿necesitas sangre? Nosotros te la vendemos. Nos pagas cuando te demos el recibo’. Y así lo estuve haciendo”, contó.Aunque está severamente penada, esa práctica es real a las afueras de los Hospitales Civiles. En su Artículo 462, la Ley General de Salud estipula que se darán entre seis y 17 años de prisión a quienes comercien con órganos o “tejidos, incluyendo la sangre”. Esperanza Zuno Reyes, jefa del Banco de Sangre en el “Fray Antonio Alcalde”, comenta que de 2015 a la fecha sólo se ha conocido un caso, y fue este mismo año.“Hace aproximadamente tres meses hubo un reporte. La misma persona que pagó a ‘donadores’ llamó al Centro Nacional para decir que lo había hecho por necesidad. Nosotros llamamos a las autoridades y todo lo que teníamos de sangre (la que ella compró), para garantizar la calidad, se le dio destino final y no se le dio uso a nada”.Por protocolo, los bancos de sangre de los Hospitales Civiles realizan pruebas de control a los potenciales donadores para esclarecer de dónde proviene la muestra que utilizan para hacer transfusiones a los pacientes, a fin de asegurar que ésta sea de calidad, comenzando por una entrevista y exámenes preliminares. “Tener una remuneración de cualquier tipo para una donación no está permitido. Eso se insiste mucho a los familiares, para que no hagan esa práctica sabiendo que esa sangre es la que se va a transfundir a su pariente. Siempre recomendamos que el donador sea una persona que conozcan”, dijo César Vargas Carretero, quien dirige el Banco de Sangre en el Hospital Civil Juan I. Menchaca. Por otro lado, Esperanza Zuno Reyes, su homóloga en el Fray Antonio Alcalde, hizo énfasis en que se trata de establecer la relación de los donadores con los pacientes mediante una entrevista clínica, previa a la donación. Todos los donadores firman, además, una carta en donde dan fe de que la información que proporcionan es auténtica. No obstante, reconoció que esto puede ser falible. “Firmas una carta consentimiento de estar informado, de que te van a hacer estudios. Conoces los riesgos y estás de acuerdo. También firmas que la información que otorgas es confiable. Desgraciadamente, existe ese factor que está fuera de nuestro alcance por el tipo de donación, pero sí firman y tienen responsabilidad”, dijo la médica. Mientras en el Hospital Civil Nuevo afirman que nunca han tenido conocimiento de un donador que haya vendido su sangre, en el Viejo se tiene registrado sólo un caso. Sin embargo, el testimonio de la madre de una paciente, y un recorrido realizado por este medio de comunicación en los alrededores del Hospital Fray Antonio Alcalde, muestran que sí existen quienes cobran para hacer la “donación”. El director general de los Hospitales Civiles, Jaime Andrade Villanueva, manifestó que, de darse este comercio ilegal, sería con “muy poca frecuencia”. Sugirió que aquellos pacientes que no cuenten con alguien que pueda ayudarles sin cobrar por su sangre, pueden pedir ayuda con los estudiantes de medicina que realizan sus prácticas en el mismo nosocomio.“Se les recomienda que, aquí a la vuelta está la escuela de medicina, y (pidan ayuda a) sus alumnos. Difícilmente un alumno les va a cobrar”, manifestó.De boca en boca, siempre se ha difundido el mito de que las personas que tienen tatuajes no pueden donar sangre. Eso es completamente falso. La única precaución que existe es por la probabilidad de contraer alguna enfermedad en el estudio de tatuajes, pero éstos son constantemente verificados por las autoridades para confirmar que se utilice material esterilizado en el proceso. Otro mito es que la donación engorda. Nada más lejos de la realidad. De hecho, la donación implica un proceso de limpieza natural del cuerpo, una vez que ésta se recupera. *Periodo enero-septiembre.Fuente: Unidad de Transparencia, Hospitales Civiles de Guadalajara.Entre enero y septiembre de este año, los Hospitales Civiles de Guadalajara han recibido únicamente a 26 personas por mes para realizar donaciones altruistas. Sin embargo, en 2017, el año en que el número de voluntarios ha sido el más alto en los registros de los dos nosocomios, eran 49 los voluntarios que iban cada 30 días. Esperanza Zuno Reyes, jefa del Banco de Sangre en el Hospital Civil Fray Antonio Alcalde, explicó que hace dos años se realizó la campaña “Sangre de León”, que buscaba sumar donaciones por parte de los estudiantes de la Universidad de Guadalajara (UdeG). Fue gracias a esa campaña que el mismo 2017 el banco aumentó sus registros.“Nos cuesta trabajo (conseguir donadores). Si no es dirigida a un familiar, es difícil (que lleguen altruistas). No se ha podido generar la conciencia de que es importante contar con sangre limpia en todo momento”, lamentó. Quienes ofrecen su sangre de forma voluntaria en los Hospitales Civiles representan apenas 4% de todas las donaciones que reciben los nosocomios. El resto proviene de familiares que donan para reponer la sangre utilizada durante la intervención a un paciente del hospital.Sin embargo, la falta de una cultura de la donación también aplica para quienes lo hacen para ayudar a sus familiares. Como no saben los protocolos, regularmente no son aptos y la mitad de ellos es rechazada. “El familiar tiene la presión social de que debe acudir aun sabiendo que no cumple los requerimientos”, dijo César Vargas Carretero, encargado del Banco de Sangre en el Hospital Civil Nuevo. En noviembre de 2017, este medio publicó la historia de la doctora tapatía Natalia Villava, del Hospital Civil de Guadalajara, quien emprendió la iniciativa “Salva4” para concientizar a la población a fin de que se anime a realizar donaciones de forma altruista. “Muchas veces vemos que el Día de Reyes, Navidad o el Día del Niño las personas llenan de juguetes a niños enfermos de los hospitales. Se tiene la intención de apoyarlos, pero creo que esa ayuda se puede canalizar de otra forma, una en la que puedan cambiar sus vidas, como donar sangre”, detalló en su momento.Con una sola donación, explicó la doctora, es posible salvar entre dos y tres vidas gracias a la división del líquido en componentes como plaquetas, plasma o precipitados. La cuarta vida se logra haciendo que alguien más done.