GUADALAJARA, JALISCO (12/SEP/2017).- La sala del quirófano tenía un olor similar a cuando el cabello se quema. Bonifacio Hernández estaba de lado y con una herida de 15 centímetros. En el recinto, tres cirujanos, un anestesiólogo, una enfermera cirujana y dos auxiliares trabajaban casi sin hablarse entre ellos, cauterizando la herida y preparándose para un trasplante de riñón.En un recipiente, en la mesa de materiales, estaba el órgano, rodeado de solución salina congelada y un líquido para preservarlo. Ese riñón acababa de salir del cuerpo del hijo de Bonifacio, Juan, de 22 años, quien decidió que era un precio justo por la vida de su padre.Bonifacio, quien tiene 43 años y es originario de Durango, comenzó a sentirse mal en noviembre pasado, fue al médico y le realizaron varios estudios. Pero fue hasta febrero cuando, al ver que su cuerpo se había hinchado, que el médico le confirmó que sus riñones trabajaban sólo un 5% y que era candidato a hemodiálisis y a un trasplante.Al saberse con Enfermedad Renal Crónica, Bonifacio tuvo muchas muestras de apoyo y varias personas de su familia se realizaron los estudios para saber si podían ser donantes. Al final, gracias a su hijo, se sumó a los más de 550 trasplantes de todo tipo que se han realizado este año en Jalisco.La operación de Juan duró alrededor de dos horas. Los médicos tuvieron que limpiar el riñón de la grasa y fluidos que lo recubren, desprender el uréter, que es el conducto por el cual la orina llega a la vejiga, y cortar y ligar dos arterias, que eran las que se conectaban a su riñón.Una vez fuera, el riñón se puso en solución salina congelada, se limpió la grasa que aún quedaba en él y se extrajo toda la sangre, sustituyéndola con un líquido de preservación, que contiene, entre otras cosas, minerales y glucosa; esto hizo que el riñón cambiara su color de rosa a blanco.De inmediato, el trasplantólogo Alejandro Lugo tomó el recipiente y lo llevó a la sala contigua, en donde Bonifacio estaba listo para ser intervenido. Le habían hecho una herida de 15 centímetros y unos fórceps hacían que la cavidad fuera suficiente para que los médicos trabajaran.Cuando las venas que se conectarían al nuevo riñón estaban listas, el órgano se instaló en la cavidad y se empezó a suturar, con un hilo tan delgado como un cabello, el cual se absorberá con el paso del tiempo. Una vez conectado, viene lo sorprendente: cuando el cirujano suelta la vena, que tenía agarrada con una pinza para impedir el flujo de sangre, el riñón vuelve a su color rosado y se le empieza a aplicar agua caliente, para que llegue de nuevo a su temperatura original.Cuatro minutos después de haber conectado el órgano a su nuevo dueño, sucede lo que todos esperan: el uréter comienza a expulsar un poco de orina, apenas para mojar un poco, pero eso es suficiente para saber que estaba funcionando de forma correcta.Para terminar, los especialistas conectaron el uréter con la vejiga y comenzaron a cerrar, una por una, las seis capas que separan la piel de nuestros órganos. Las dos operaciones fueron exitosas, en un poco más de cinco horas, un hijo le devolvió la vida a su padre, después de siete meses de padecer ERC.LA FECHA26 de septiembre, fecha en que se celebra el Día Nacional de la Donación y Trasplante de Órganos, con lo que se busca crear conciencia en la población.Apenas hay 3.5 donadores por un millón de habitantesAunque las organizaciones internacionales de salud recomiendan que los países deben tener 50 donadores por cada millón de habitantes para cubrir las necesidades de órganos y tejidos, en México sólo hay entre 3.5. Así lo dio a conocer el supervisor de Donación y Trasplantes del Centro Estatal de Trasplantes de Órganos y Tejidos (CETOT) en Jalisco, Diego Norberto Pérez Martínez.Esto es un grave problema, ya que sólo en Jalisco cinco mil 279 personas están en lista de espera, de los cuales tres mil 232 requieren un riñón, dos mil 10 una córnea, 32 un hígado, tres un páncreas y dos un riñón-páncreas.“Si llegamos a tener la posibilidad de ser donantes, porque nos ocurra un accidente y tengamos muerte encefálica, podemos ayudar a más de siete pacientes con un órgano y a más de 100 con la obtención de algún tejido”, detalla el funcionario.A pesar de que la Entidad es líder a nivel nacional en trasplantes de todo tipo —tan sólo hasta julio se habían hecho 556— la lista de espera no baja como se quisiera, por lo cual siempre se requieren más donadores.“La Ley General de Salud dice que todos somos donadores hasta no decir lo contrario, pero siempre se pide el consentimiento de la familia porque lo que queremos es facilitarles el duelo. Por eso es importante hablar muy bien sobre esto y dejar nuestros deseos bien claros”.Pérez Martínez anima a la población a hacer a un lado los mitos. Además, de inscribirse al Registro de Donadores Voluntarios y, si es posible, dejar sus deseos ante un notario, esto para que la familia esté en el entendido de que eso es lo que se desea al morir o al tener muerte cerebral.GUÍALas cosas que no sabías sobre el trasplante de riñón• Un órgano, como el riñón, puede conservarse hasta 48 horas fuera del cuerpo.• Es un mito que las mujeres con un riñón no se puedan embarazar.• Alguien con una enfermedad crónico-degenerativa puede donar, siempre y cuando sus órganos estén en buenas condiciones.• No hay edad para ser donante.La historia excepcional de VíctorVíctor Manuel Navarro era un joven saludable de 24 años, hasta que el 30 de octubre del año pasado su vida cambió drásticamente. Mientras se encontraba trabajando su cuerpo comenzó a tener espasmos musculares y perdió el conocimiento. El diagnóstico fue muy claro: Enfermedad Renal Crónica (ERC). Sus riñones sólo trabajaban en tres por ciento.“Yo nunca sentí nada, nada más dos meses antes tuve una gastritis fuerte y después me dijeron que había sido por eso mismo. Pero a mí nunca me dolieron los riñones, yo hacía ejercicio, no sabemos qué pasó. Sólo que mis riñones colapsaron”.Gracias al seguro de gastos médicos que posee su papá, Víctor pudo ser atendido en un hospital particular. Su familia se unió y los otros cinco integrantes estaban dispuestos a donar sus riñones. Al final fue su padre, Víctor Navarro, quien pudo regalarle su órgano.“Yo de verdad no entiendo a las familias que, aunque haya muchos compatibles, no quieran. Yo nunca dudé, esto fue con mucho amor. Todo fue rápido, nos aventamos 10 interconsultas y todo el protocolo en 60 días. A los tres meses de eso, él ya estaba trasplantado”, recuerda su papá.Para Víctor la recuperación fue sumamente rápida, incluso su trasplantólogo, Alejandro Lugo, le comentó que fue un caso excepcional. Fueron alrededor de dos meses en los que Víctor sólo podía estar en su cuarto y salir esporádicamente. En total, fueron cuatro meses en los que no pudo salir de su casa, además de a sus consultas, por el riesgo a contraer enfermedades.“Me ponía a dibujar o a escuchar música, sí me desesperé. Pero yo sabía que eso se tenía qué hacer. Ni antes de la operación ni ahora tengo miedo, estoy agradecido con mi papá por el sacrificio que hizo”.Ahora está totalmente recuperado y volvió a su trabajo como instructor de tiro con arco y a su negocio en el que fabrica los blancos de tiro. Resalta que desde la cirugía se ha sentido “muy bien”, lo cual lo motiva a continuar.Hemodiafiltración, un tratamiento único en JaliscoCon el objetivo de traer tecnología de primer mundo a Jalisco, Plénita, una institución que se especializa en la enfermedad renal crónica (ERC), tiene dos años realizando hemodiafiltración, una terapia parecida a la hemodiálisis, pero sin tantos efectos secundarios.“Esta terapia es la máxima que existe en el mundo. La hemodiálisis es retirar la sangre y limpiarla a través de una máquina, pero retira las toxinas y también los nutrientes… y esto hace que haya un desgaste. En la hemodiafiltración, hacemos un barrido más selectivo, sólo se quitan las toxinas, entonces hay menos efectos secundarios”, detalla Juan Pablo Zazueta, director de Plénita.Además, como la prevención lo es todo, la institución ofrece un chequeo completo para aquellas personas que tienen antecedentes de ERC en su familia o de diabetes e hipertensión, ya que son las principales causas por las cuales los riñones se ven afectados.Por eso recomienda a la ciudadanía a acercarse a los profesionales certificados, evitar charlatanes y apostar a la prevención. Para quienes estén interesados, pueden visitar el sitio https://plenita.mx/ o llamar a 0133-1814-9000.DIFUNDE LA CULTURA DE LA DONACIÓNAdriana Castro perdió a su hijo Alejandro cuando él tenía tres años, una operación lo dejó con muerte cerebral. En el hospital, a Adriana le pidieron que donara los órganos de su niño, a lo cual ella estaba resistente al inicio. Sin embargo, lo hizo y, a raíz de ello, fundó la asociación civil “Ale”, que ayuda a pacientes que necesitan un trasplante.“Llevamos ya 13 años trabajando, en donde hemos podido apoyar a más de mil pacientes que requieren un trasplante. La verdad es que la tarea que tenía Alejandro era muy clara, era venir y en tres años dejar un testimonio de amor, dejar un testimonio de que ninguno de nosotros podemos caernos ante una adversidad”.La asociación difunde la cultura de la donación, ayuda a las personas a pagar sus trasplantes y sus medicamentos, provee de infraestructura a los hospitales para que puedan realizar trasplantes y vigilan que las leyes se actualicen y se reformen.A pesar de que “Ale” se originó en Querétaro, se encuentra en nueve Estados de la República y cualquier persona que quiera ponerse en contacto puede entrar a la página http://asociacionale.org.Adriana pide a las personas que pierdan el miedo a donar, asegurando que “hay consuelo en la donación, hay paz en la donación”.PLANEA CREAR ASOCIACIÓN PARA ENFERMOS RENALESBonifacio Hernández tiene 43 años y sus riñones dejaron de funcionar. Abogado litigante, decidió atenderse con un médico particular y recibir su tratamiento en una institución privada. Aseguró que, de febrero a la fecha, gastó alrededor de un millón de pesos en su enfermedad, contando sus hemodiálisis, medicamentos, consultas, estudios y traslados, ya que es originario de Durango, pero decidió venir a Jalisco a ser atendido, ya que en su Estado de residencia no existe la infraestructura necesaria para estos enfermos.“Tengo un compañero que es abogado y me comentó que a su mamá le habían trasplantado un hígado, aquí en Guadalajara. Me contactó con el doctor, para ver si yo era candidato al trasplante. Venimos y nos mandó a hacer el protocolo para ver quién podía donarme y resultaron compatibles mi hermano y mi hijo. Al final fue mi hijo, porque es más joven, tiene 22 años, y pues es más sano”.Este 7 de septiembre, Bonifacio recibió el regalo más grande que su hijo Juan pudo darle: su riñón. En un ejercicio que duró alrededor de cinco horas, el trasplantólogo Alejandro Lugo pudo conectar el órgano a su nuevo dueño y hacerlo funcionar correctamente. Antes de la intervención, Bonifacio subrayó que en cuanto se encuentre en posibilidades creará una asociación civil para ayudar a las personas de Durango que padecen Enfermedad Renal Crónica (ERC).“Imagínese una persona que gana el salario mínimo y que le digan que su trasplante le sale en 600 mil pesos, ¿de dónde? Están condenados a la máquina (de hemodiálisis) todos los días y eso buscándole la manera de que le salga gratuita. De eso yo no me daba cuenta y ahora que me regrese a Durango, voy a hacer una asociación civil para ayudar a todas las personas. Porque allá hay gente que tiene sus donadores, pero no tienen los medios”.El caso de Bonifacio sobresale porque es una de las pocas personas que consiguió un donante rápidamente, en menos de siete meses. Sin embargo, tan sólo en Jalisco, hay cinco mil 279 pacientes a la espera de un órgano o tejido.Sigue: #DebateInformador¿Qué opina de los procedimientos en Jalisco para concretar un trasplante de órganos?Participa en Twitter en el debate del día @informador