Sábado, 23 de Noviembre 2024
Jalisco | Estamos a la cabeza en obra pública en la historia de Tlajomulco: Tatengo

Tatengo pide reconocimiento; Alfaro quiere ser gobernador

Después de su desempeño al frente del Ayuntamiento, el alcalde saliente se dice satisfecho a pesar de las “desilusiones, corajes y traiciones”

Por: EL INFORMADOR

TLAJOMULCO DE ZUÑIGA, JALISCO.- El próximo jueves se concreta la toma de protesta de los nuevos alcaldes de la Zona Metropolitana de Guadalajara. En Tlajomulco de Zúñiga, el alcalde saliente, Antonio Tatengo Ureña, pide que antes de “morir su labor por el municipio” se reconozca la administración. Y destaca que realizó la mejor gestión en materia de obra pública en la historia del municipio.

De manera general, se dice satisfecho a pesar de las “desilusiones, corajes y traiciones”.

Por su parte, el presidente municipal de Tlajomulco a partir del primero de enero de 2010, Enrique Alfaro Ramírez, enfatiza: “Prefiero ser auténtico a ser políticamente correcto”. Y apunta: “Hoy tengo la oportunidad de encabezar un Gobierno, después de un proceso de formación política intenso; no soy un político improvisado”.

Mientras adelanta su deseo de ser gobernador del Estado, recalca que el municipio enfrenta muchos problemas, pero tiene un gran potencial, con las condiciones para ser el más importante de Jalisco en el mediano plazo”.

Admirador de reconocidos panistas como Efraín González Luna, Manuel Gómez Morín y Manuel J. Clouthier, el presidente municipal de Tlajomulco, Antonio Tatengo, se identifica con ellos por enfrentarse a sus “adversarios”.                                                                                                                             

Pide que antes de morir su labor por el municipio sea reconocida
Estamos a la cabeza en obra pública en la  historia de Tlajomulco: Tatengo


Después de su desempeño al frente del Ayuntamiento, el alcalde saliente se dice satisfecho a pesar de las “desilusiones, corajes y traiciones”

Al terminar sus estudios básicos, Antonio Tatengo Ureña comenzó a trabajar desde los 15 años. Poco más de una década después, incursionó en la política dentro del PAN, lo que después lo llevó a convertirse en el actual presidente municipal de Tlajomulco de Zúñiga, su lugar de origen.  

Dice ser un “humilde hombre de campo”. A escasos días de concluir sus funciones en la administración, agradece a las personas que lo han apoyado y admite que la religión ha sido una de sus mayores compañías.

Admira la valentía del Presidente de la República, Felipe Calderón, por su labor contra el crimen organizado, al tiempo que reprocha la “obsesión desmedida por el poder y el dinero” de su sucesor en la alcaldía de Tlajomulco, Enrique Alfaro Ramírez.

—¿Quién es José Antonio Tatengo Ureña?
—José Antonio Tatengo es un ser humano común y corriente, nativo de Tlajomulco, de la cabecera municipal, que nació en el año de 1966, que cursó preescolar, la primaria y la secundaria solamente. Es alguien sencillo, gente de campo.  

Como a la edad de 15 años entré a la empresa “Híbridos Pionner”, y ahí duré 11 años trabajando. Después de esa época, entré al PAN en 1992, más o menos. En 1995 fui representante general y ganó por primera vez el PAN en el municipio, por lo que entré a colaborar como inspector de Reglamentos.

Posteriormente gané la presidencia del Comité Directivo Municipal y estuve un periodo de cuatro años, cuando normalmente es un periodo de tres. Fui consejero estatal del PAN por dos periodos.

En el 2001 participé como regidor de representación proporcional aquí, de Acción Nacional, porque se perdió la elección. En el 2004 gané la presidencia del Comité Directivo Municipal otra vez; y en el 2005 entré a trabajar a la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), delegación Jalisco, por un periodo como de ocho meses. Me salí en octubre para buscar la precandidatura a la Presidencia Municipal de Tlajomulco. Ganamos la candidatura y la elección con una diferencia que jamás se había dado.

Después de eso, tres largos años de experiencia administrativa, política y personal de las cuales sufres desilusiones, corajes, traiciones, pero también muchas satisfacciones y aprendizaje. Tengo la frente en alto, porque vamos a ser la administración que más obra pública haga en la historia de todos los ayuntamientos que estuvieron hacia atrás.

—Cuando inició en la política, ¿esperaba ser presidente municipal del lugar donde nació?
—Sí, desde que yo tenía uso de razón, me acordaba que mi abuelito José Félix Ureña Jiménez ya estaba inmiscuido en la política en este mismo partido. Cada ocho días hacía reuniones en su casa, todos los domingos. Estuve viviendo ahí con él alrededor de dos años. Tenía entre siete y ocho años, y todos los domingos estaba puntualmente ahí al lado de mi abuelito en esas reuniones. Eso de alguna manera marcó mi vida en la política.

—¿Además del cambio de administración, qué ocupa la mente de José Antonio Tatengo?
—Mucha satisfacción, un agradecimiento infinito a Dios por permitirme vivir esta experiencia tan bonita y poder haber ayudado en mi municipio, máxime que te digo pasaremos a la historia como una administración escandalosa, pero por la persona que va a entrar, que no tiene oficio político.

—¿Qué opinión le merece el presidente municipal electo (Enrique Alfaro)?
—Me parece una persona que no tiene seriedad, tiene una obsesión desmedida por el poder y por el dinero. No le importa llevarse a quien se lleve, si es preciso, a su propia familia: creo que hasta su propia familia se la llevaría. Es preocupante para los habitantes que somos de aquí, porque este señor ni siquiera es del municipio.

Tiene una afán de protagonismo que no le cabe en el cuerpo, pero dice que para tener una cola corta hay que tener una lengua larga, parece ser que este señor está muy al revés. Pero no le deseo mala suerte en la administración. Ojalá, por el bien del municipio, que le vaya bien. Ojalá y pudiera hacer, por lo menos, una regular administración.

—¿Qué sigue para José Antonio Tatengo?
—Quiero parar el tiempo un mes, mes y medio, dos meses. La verdad estoy cansado, agotado, pero eso no me quita el estar satisfecho y agradeciéndole como siempre a Dios, a mis hijas. Fue muy duro para ellas este cambio, que yo las haya de alguna manera abandonado. Y agradecerle también a mi mamá sobre todo, que fue la que más sufrió en estos tres años. Es doloroso porque la mamá conoce a sus hijos y ve que todas esas calumnias que se hacen pues son sufrimientos para ella.

Ojalá y este señor (Enrique Alfaro) recapacite, reflexione y piense que también tiene una madre que va a sufrir estos tres años, y que también tiene algunos hijos que pudieran estar sufriendo. Ojalá Dios le tiente el corazón y pudiera cambiarle un poquito su mente.

—¿Qué personajes de la vida política nacional admira?
—Primeramente a Don Efraín González Luna, al mismo Manuel Gómez Morín, y también al Maquio (Manuel J. Clouthier). Fueron gentes que tuvieron el valor civil de enfrentarse a todo un aparato, de ello dependió aquí enfrentarme también, a veces yo solo contra todo el aparato de los adversarios. Aunque la verdad solo nunca estuve, porque siempre Dios estuvo conmigo, siempre mi madre apoyándome y mucha gente que estuvo pidiendo por mí y que gracias a Dios estamos cerrando bien esta administración.

—¿Y personajes de la vida política actual que admire?

—Felipe Calderón, el Presidente de la República: mis respetos también con un valor incalculable, enorme, porque se ha enfrentado a la delincuencia organizada aún estando de por medio su vida y la vida de sus hijos y de su esposa, de toda su familia. Eso es de reconocer.  

—Además de política, ¿qué le gusta hacer a José Antonio Tatengo?  

—Me gusta leer, el deporte, me gustan los retos, aprender cosas nuevas, la naturaleza y el campo, tengo mucha vida ahí.

—¿Cuál es su equipo de futbol?

—El Cruz Azul. Así es el futbol: el que anota los goles es el que gana (refiriéndose a la final perdida por el equipo cementero ante el Monterrey).

—¿Qué le gustaría que la gente supiera de José Antonio Tatengo?

—Que soy alguien común y corriente como ellos, que lo único que hice estos tres años fue buscar el beneficio de ellos. Y quisiera que aunque sea tarde, antes de que yo muriera, que pudieran reconocer el mucho trabajo que hicimos.

—¿Qué le gustaría agregar?

—Quisiera agradecerles a todos aquellos colaboradores, tanto regidores como directores, jefes de departamento, hasta el más humilde servidor del municipio.

A los que medianamente lo hicieron o que lo hicieron a medias, decirles que los mediocres no son los triunfadores, que los mediocres no los quiere ni Dios.

A los que me traicionaron, a los que al final ya no estuvieron conmigo, decirles que la vida da muchas vueltas, y que el hombre que tiene precio no tiene valor. Y el hombre que tiene valor no tiene precio. Eso es lo que quisiera comentarles a ellos.

Quiero ser gobernador algún día: Enrique Alfaro
“Prefiero ser auténtico a ser políticamente correcto”


El presidente municipal electo de Tlajomulco confía en su madurez política después de 18 años de formarse en la oposición

No sólo será el primer alcalde del PRD en la historia de Tlajomulco, sino que Enrique Alfaro Ramírez será el primer perredista en encabezar un ayuntamiento en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG).

Aunque su formación académica está relacionada con la ingeniería civil y la planeación urbana, dice que su vocación siempre fue ser político. Para aprovechar sus ratos libres, se declara un apasionado del futbol y de los viajes.

Dice admirar a personajes históricos como Alejandro Magno, Nelson Mandela y Benito Juárez. Es una persona segura de sí misma, y confiesa que quiere marcar una etapa histórica en la administración pública de este municipio.

Por otro lado, califica la administración saliente como “tres años perdidos para Tlajomulco”. Y admite, sin tapujos, que entre sus planes está competir por la gubernatura de Jalisco.

—¿Quién es Enrique Alfaro Ramírez?
—Soy originario de Guadalajara, estoy casado, tengo tres hijas, soy ingeniero civil con una maestría en desarrollo urbano. Tengo dedicándome a la política desde los 18 años; me considero una persona que encontró su vocación. Soy afortunado de poderme dedicar a lo que más me gusta y para lo que creo que soy mejor.

—¿Enrique Alfaro se ve donde se quería ver hace 18 años, cuando inició en la política?
—Sí. Tal vez me imaginé que el camino iba a ser muy distinto, que las cosas iban a suceder de forma diferente. Obviamente yo no tenía dentro de mis planes haber sido oposición durante 18 años, porque desde el primer día que inicié en la política en el PRI, me tocó conocer al PRI de la oposición: nunca conocí al PRI de los privilegios y de los puestos.

Hoy tengo la oportunidad de encabezar un gobierno, después de un proceso de formación política intenso: no soy un político improvisado. Llego a esta responsabilidad en un buen momento en términos de madurez, de preparación, y de experiencia acumulada.

—¿Qué otras cosas además del cambio de administración ocupan la mente de Enrique Alfaro?
—Mi familia. Establecer equilibrios en tu vida es fundamental. No puedes ser un buen político si no tienes orden en tu vida.

Los últimos días mi mente se ha ocupado en varios asuntos: cerrar el Congreso, que ha sido un proceso complicado; preparar el arranque de la administración; enfrentar los conflictos políticos que ha habido y con los que tenemos que lidiar. Entonces mi cabeza está en arrancar bien el 1 de enero, pero sobre todo nunca perder de vista que los cargos duran tres años y los errores que cometas en el desempeño de tus funciones te pueden costar muy caros, y pueden ser para toda la vida. Entonces mi cabeza está en mantener los pies en el suelo, en actuar con responsabilidad y con sensatez.

—¿Le ha distraído la iniciativa del Presidente de la República en el sentido de permitir la reelección de los munícipes?
—No. La verdad es que yo tengo muy claros mis propósitos. No está en mis planes reelegirme para presidente municipal. Siempre he dicho que me caen gordos los políticos que niegan sus aspiraciones: yo quiero ser gobernador algún día en mi Estado. No sé si mi oportunidad será en el 2012 o en el 2018, pero en lo que estoy pensando es que mi proyecto político a futuro depende de que haga un buen gobierno.

—¿Qué le gustaría que dijeran sobre usted como presidente municipal de Tlajomulco?
—Me gusta mucho escuchar lo que hoy escucho sobre mi persona en Tlajomulco: lo primero es que me conoce la mayoría de los ciudadanos; también tengo mucha gente que me estima y seguro mucha gente también que no coincide conmigo, pero no soy un presidente intranscendente para nadie, y me gustaría que la gente siguiera siempre hablando de mí.

—¿Qué le gusta hacer a Enrique Alfaro en los pocos días u horas que tiene libres?
—Me encanta jugar futbol, si pudiera jugar todos los días lo haría, pero las piernas ya no me dan para tanto. Es mi pasatiempo favorito. Estar con mis hijas es también un asunto que disfruto enormemente, y que me cansa mucho más que el futbol. Disfruto platicar con mis amigos y tomarme un tequila con ellos. Viajar es para mí una manera de formarme como persona, es algo que  mi esposa y yo hacemos de manera regular, conocer lugares nuevos.

—¿Qué lugares de los visitados durante sus viajes han llamado más la atención de Enrique Alfaro y por qué?
—Tengo la fortuna de haber estado ya en los cinco continentes del mundo. El lugar que más disfruto es Europa, pero me impresionó Egipto, me impresionó Estambul; Praga es una ciudad que me ha impresionado, los paisajes de Nueva Zelanda... pero mi ciudad favorita es París. Chiapas es un lugar al que nunca me cansaré de ir. Yo creo que mis viajes son de las cosas que yo guardo con más cariño en la memoria, y siempre han sido viajes muy formativos. Nueva York también es una ciudad que disfruto enormemente.

—¿Qué personajes políticos de la vida nacional e internacional admira?
—Históricos tengo un poco la vocación de guerrero y siempre he admirado a Napoleón y Alejandro Magno. Me ha impresionado la historia de François Mitterrand como político; la fortaleza de espíritu de Nelson Mandela es también muy inspiradora. Admiro a Fidel Castro, es una gente a la que admiro por su historia, por lo que hizo, no por lo que es. De México soy juarista, admiro a Juárez, admiro como jalisciense a Mariano Otero; Morelos es para mí un ejemplo a seguir.

—¿De los políticos contemporáneos a quién admira?

—A López Obrador, por el liderazgo social que tiene, que eso no significa que comparta todas sus decisiones, ni que yo esté de acuerdo con todo lo que hace, pero le admiro su liderazgo social y su congruencia. Admiro y respeto en muchos sentidos al ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas. Y de Jalisco hay políticos con los que he aprendido mucho, más que admirar tienen un gran respeto de mi parte Eugenio Ruiz Orozco, Enrique Ibarra Pedroza: son gente con la que yo aprendí y con la que me formé, tienen de mi parte un aprecio muy especial.

—¿Enrique Alfaro tuvo buenos maestros?

—Sí, mi padre, sobre todo. Mi padre fue político, fue rector de la Universidad de Guadalajara (UdeG), es un político formado a la antigüita: de convicciones muy sólidas, muy serio, y que ha sido pues obviamente mi principal maestro, y sigue siendo mi principal asesor.

—Lo han tachado de tener un carácter fuerte ¿Le gusta o le desagrada esa impresión?

—Creo que es una virtud, es una característica de mi persona que la considero virtud, pero que también es un defecto: en la política, la víscera no siempre es una buena consejera. Me gusta que la gente diga que soy una persona que defiende lo que cree. Puedo equivocarme, puedo tener excesos, a veces mi lenguaje puede no ser políticamente correcto, pero hago las cosas como las siento, entonces prefiero ser auténtico a ser perfecto en términos de lo que políticamente correcto debería de ser.

—¿Qué opinión le merece el aún alcalde de Tlajomulco José Antonio Tatengo Ureña?
—Es una persona que no merecía la distinción de gobernar un municipio tan importante. Creo que es un ejemplo de que la política como cualquier otra profesión requiere de un proceso de formación para poder dar buenos resultados. Me parece una persona que simplemente va terminar su carrera política en el basurero del olvido por su incapacidad y su ineptitud (…) Me parece un tipo intranscendente que le significó a Tlajomulco tres años perdidos.

—¿Cuál es su equipo de futbol?

—Chivas de corazón. Y agradecido con las decisiones de la directiva de traer al Bofo de regreso, es uno de los placeres con el que cerramos este año.      

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