Ser feliz con lo que haces

Es un gran privilegio hacer lo que quieres, pero la verdadera felicidad está en querer lo que haces.

Son muy pocas las personas que pueden vivir haciendo lo que les gusta, la mayoría tienen que ganarse la vida realizando actividades que no les agradan. Esto produce una elevado grado de insatisfacción y puede derivar en vivir con estrés y baja calidad de vida.

El secreto está en lograr alcanzar hacer lo que se quiere, es decir poder trabajar en lo que más nos gusta y nos sentimos más cómodos y seguros. Las personas que hacen su trabajo con pasión y alegría, tienden a tener una vida mucho más tranquila y en armonía. Hay muchos estudios que confirman este argumento. Simplemente porque hacer las cosas que a uno le gustan, producen más placer, satisfacciones y desde luego se ejecutan con mucha mayor creatividad, menor esfuerzo y alejados de la frustración.

En cambio los que se ven obligados a trabajar en lo que encuentran y que lo tienen que hacer a fuerzas, aunque no les agrade, tendrán muy pronto cansancio, fatiga mental, tensión, frustraciones y probablemente no harán muy bien las cosas y sin creatividad.

Pero finalmente lo que más importa es no sólo hacer lo que quieres, sino hacerlo con amor. Lo que implica que le pongas muchas ganas a lo que ya has decidido hacer. Es una manera apasionada de realizar las cosas con plena entrega, con la convicción de disfrutar las actividades que se realizan.
Lamentablemente muy poca gente encuentra este gozo, y se tiene que conformar con simplemente cumplir, a como pueda, con lo que le mandan hacer.

Por eso es indispensable que ayudemos a las nuevas generaciones a que sean capaces de resolver su vida con un plan, para que se esfuercen a encontrar hacer lo que quieren, es decir, vivir plenamente la vocación y además irse perfeccionando, al ponerle entrega completa a lo que se hace.

Ya se ha comprobado que entre más creativas e innovadoras sean las personas, las posibilidades de éxito son mucho mayores; pero lo más importante es que la calidad de vida sea elevada desde el inicio de las actividades laborales.

Lo peor que está sucediendo es que los jóvenes al egresar de una universidad vayan en busca de un sueldo, donde quiera que lo puedan conseguir, dejando a un lado la profesión que estudiaron. Esta situación, por sí misma, genera una frustración básica que hará muy pesada y desagradable la vida laboral y productiva.

Vale la pena practicar esta sencilla propuesta, de luchar por hacer lo que quieres y finalmente amar lo que se hace.

Y queda muy claro que los adultos no lo podemos enseñar a nuestros hijos, si no somos capaces de vivirlo nosotros mismos. Así que empieza por amar lo que haces, o cambia de actividad. De lo contrario continuarás viviendo lleno de frustraciones y sin la capacidad de disfrutar lo que a fuerzas tienes que hacer todos los días.

(dellamar@yahoo.com)