Lunes, 20 de Enero 2025
Jalisco | Por Jorge Zul de la Cueva

Reloj de asfalto

No sé quién les cree… pero sé quién les paga… es el IEPC

Por: EL INFORMADOR

Ya llegó, ya está aquí el nuevo y mejorado Instituto Electoral y de Participación Ciudadana, que al más puro estilo porfirista vino a maquillarnos nuestros sueños demócratas.

Es muy sencillo fingir democracia participativa. Verá: agarre usted a un amigo suyo y póngalo a hacer un examen con otros amigos suyos. Agregue amigos de otros señores. Es importante asegurarse que todos estos amigos hayan sido descafeinados de antemano, es decir, que no tengan dientes y no muerdan. Que sean mansitos, fieles a la causa y disciplinados.

Cuando este cocktail inofensivo para sus intereses termine sus exámenes, use las calificaciones como papel sanitario (en pro del reciclaje tan de moda) y grille con uñas y dientes para defender a los muchachos que le son más afines.

Agregue a la mezcla sueldos millonarios y ofensivos, págueles, digamos, 150 mil pesos al mes libres de polvo y paja y otórgueles un mar de prestaciones. Lo importante es que el hueso sea jugoso y que dependa de usted y su camarilla entregar estos huesos. La ciudadanía, en cambio, puede ofrecerles prestigio y dignidad. ¿Ha pagado usted alguna vez la renta con prestigio y dignidad? ¿Pueden tales preceptos pagar viajes, hoteles, filetes, botellas y lujos? Ah, nuestra amada y corrupta forma de hacer democracia.

Pero lo mejor es esto: el dinero no va a salir de la bolsa de usted y de sus amigos, claro que no. El dinero lo va a pagar el pueblo, porque la ilusión de ser representado y participar de la democracia que crece (a nivel nómina) cuesta y sale cara.

Cuando la ciudadanía exija un plebiscito en torno, digamos, al Macrobús, despreocúpese, su instituto —digo, perdón— el Instituto de Participación Ciudadana, encontrará mil y una triquiñuelas para silbar ad infinitum en la loma en torno al tema.

Revocación de mandato… ése es un asunto de los legisladores. Al Instituto le corresponde hacer cumplir la ley, no inventarla.

Además, todo lo que usted hace está dentro del marco de la legalidad, una legalidad obscena inventada por usted a la medida de sus necesidades, pero qué importa. Dura es la ley, pero es la ley.

Y si ese animal sin forma llamado pueblo un día reclama algo, dígale que se hizo un examen abierto y que fueron los mejor calificados los que transparentemente se eligieron para llevar las riendas de una institución impecable, ajena al Gobierno, árbitro de la democracia y paladín de los intereses de los ciudadanos. Yo no sé quién crea esta retahíla de groseras falsedades, pero sé quién paga este caro maquillaje.

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