Reducción de presupuesto pega a la industria del software

GUADALAJARA, JALISCO (21/NOV/2011).- Pese a ser una de las joyas de la corona, el sector desarrollador de software se enfrentará en 2012 a la tarea de estirar su recursos, pues el proyecto de egresos del Gobierno del Estado considera reducción de 40% con respecto a este año para el Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología (Coecytjal).

El director de consejo, Francisco Medina reconoce que el paquete mpactará principalmente al Programa para el Desarrollo de la Industria del Software (Prosoft). Optimista, dice que las empresas del ramo tendrán que demostrar "su madurez" para mantener el crecimiento de 14% que mantienen desde hace 2004, ahora, de manera independiente.

Para 2012 la bolsa del Coecytjal, si se aprueba el presupuesto, será de 150 millones de pesos, 100 millones menos que este año, el impacto será directo en la "capacidad de fondear" proyectos para empresas pequeñas del consejo, la afectación será sobre todo a los negocios nacientes.
 
 Lamenta: "Al haber prioridades estatales muy claras, se le están quitando recursos a los instrumentos de política a los que les veníamos apostando con mucho éxito". Por ejemplo, no se contará con recursos suficientes para dotar a programas como "uno a uno" de Prosoft, que consiste en dar un peso por cada peso que destine el Gobierno federal.

Bajo estas condiciones ya analizan opciones
"Nos vamos a cargar mucho en los diferentes instrumentos de innovación y de hecho ya desde ahora estamos participando activamente en el programa de estímulos a la innovación 2012 que arrancó este 15 de noviembre". Al mismo tiempo buscarán, de la mano con las empresas medianas atraer fondos de capital de riesgo internacionales

Y es que la Entidad no se puede dar el lujo de perder el liderazgo nacional en el desarrollo de software, produce 23%I de la producción nacional. Tan sólo este año la facturación del sector se estima en mil 400 millones de dólares, de éstos, 600 se originan en el desarrollo del software embebido y diseño de semiconductores.

EL INFORMADOR/ ANA ALCARAZ