¡Qué paique!

En el borde Occidental de la Sierra de Catorce, Leunar o El Quemado es el centro ceremonial más oriental en la geografía sagrada de los wixáricas o huicholes. Ahí suben a depositar sus ofrendas después de que han llegado con éxito a Wirikuta, la tierra del origen, puesto que en su cosmogonía, ellos y el mundo fueron creados en ese ombligo sagrado.

Todo inicia en el pueblo de La Tristeza, Nayarit. El marakame es el guía espiritual de la comunidad y de él depende el encuentro con el venado azul, Kauyumari, hermano mayor de los huicholes y representante de los dioses. La peregrinación ha sido parte desde siempre de la tradición o como ellos la llaman, “el costumbre”.

Y yo creo que si no vamos a tolerar que anden haciendo minería en nuestros templos y catedrales y si la ley es la misma para todos, pues tampoco tendrían por qué poner minas en las tierras santas de los pueblos originarios. Y es que el Gobierno del vivir mejor y del empleo y de la no guerra que va muy bien, amablemente le concedió los derechos de explotación de estas tierras sagradas para los wixárikas a una compañía minera canadiense, cuyos dueños ciertamente tendrán empleo y vivirán mejor.

Me parece imperdonable e incomprensible que un Gobierno deslegitimado, nadando en el charco de nuestra sangre, por una guerra que ya ni es guerra aunque nos mate igual, tenga la valentía para hacer cosas que le arrancarían la cara de vergüenza al Benemérito de las Américas, pisando los derechos de un pueblo, en tanto que una de las mascotas de los Panamericanos es justo una caricatura deslavada de un venado huichol.

No tengo mucho que agregar porque creo que mi renegar en este caso sería reiterativo y que la injusticia terrible se explica sola. Dejo un fragmento de un comunicado del propio pueblo huichol para que vea usted qué paiquísimo se las gastan nuestras autoridades:

“Recordando que el pueblo wixárika desde tiempos inmemoriales acude en peregrinación al lugar sagrado de Wirikuta, recreando una larga ruta que recorrieron nuestros antepasados durante la formación del mundo hasta el lugar donde nació el sol en el semidesierto de Real de Catorce.

“Considerando que nuestro rezo en Wirikuta es para que la vida se mantenga para todos los seres vivientes de este planeta, para que nuestra antigua cultura se mantenga y no desaparezca, para que se renueven las claves del conocimiento y las velas de la vida que nos dan sentido a nuestra identidad wixárika.

“Analizando que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y las leyes reglamentarias que se han derivado para favorecer la operación de este neoliberal acuerdo entre México, Estados Unidos y Canadá, no han hecho más que agudizar la guerra de exterminio contra nuestros pueblos indígenas, a través de ordenamientos jurídicos como la Ley de Minería que ha llevado a que nuestros lugares sagrados en el desierto de Real de Catorce hoy sean objeto de 22 concesiones otorgadas a la transnacional minera First Majestic Silver, de origen canadiense, sumando seis mil 326 hectáreas concesionadas abarcando nuestros lugares sagrados”.
Ahí nomás, vivir mejor, muchas gracias.

@zulanito

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