Proponen desarrollo de plan cultural para habitantes de El Salto

GUADALAJARA, JALISCO (03/SEP/2015).- Cine de arte, música clásica y literatura de cada hogar, son algunas de las propuestas del observatorio Jalisco Cómo Vamos para incrementar la oferta cultural y recreativa en El Salto, uno de los municipios más marginados de la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG).

Como parte de su primer ejercicio de generación de propuestas para políticas públicas, a partir de los indicadores de la Encuesta Jalisco Cómo Vamos 2014, la organización civil presentó ayer sus iniciativas para el capítulo de Cultura y Recreación.

“Aquí hay elementos para tomar decisiones, números que permiten apuntar mejor las políticas públicas y los escasos recursos que tienen los gobiernos. Esto es muestra de un rumbo que se puede tomar”, explicó Augusto Chacón, director ejecutivo de Jalisco Cómo Vamos.

La propuesta se basó en indicadores donde se muestra que la oferta cultural y recreativa se concentra en Guadalajara y la zona Centro de Zapopan, mientras que Tlaquepaque, Zapopan, Tonalá, Tlajomulco y El Salto no tienen suficientes espacios como museos, bibliotecas, cines, parques públicos, entre otros.

En El Salto, uno de los municipios más marginados en la ZMG, se encuestaron a 32 mil habitantes quienes señalaron que 44% no tiene acceso a una unidad deportiva; 67% no tiene cine o teatro, mientras que 74% no cuenta con acceso a internet.

Francisco Núñez de la Cadena, integrante de Jalisco Cómo Vamos, expuso tres ideas a las que se denominaron de “bajo costo” para promover la cultura y la recreación de calidad en El Salto.

Cada idea tendría un costo de sólo dos millones de pesos, una cantidad que se consideró mínima al compararla con el subsidio de 30 millones anuales que recibe la Orquesta Filarmónica de Jalisco.

“Es un ejercicio para decir ‘miremos lo que estamos haciendo en cultura desde otro ángulo’”, enfatizó Núñez de la Cadena.

LAS IDEAS
Impulso al conocimiento

Repartición de películas de cine de arte, discos de música clásica y libros en cada uno de los hogares.

Las películas y discos serán entregadas por el Gobierno municipal o estatal que adopte la idea y se invitaría a los vecinos a intercambiar el material. Los libros se entregarían a líderes comunitarios que harían funciones de bibliotecarios.