No hay recursos para tratar lixiviados

ZAPOPAN, JALISCO.- La única solución para que el basurero de Picachos deje de escurrir jugos negros “envenados” antes del plazo (28 de septiembre) que acordaron con la Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente (Proepa) para que deje de contaminar el río Milpillas, es que deje de llover, ya que la solución de fondo es construir una planta de tratamiento, y el Ayuntamiento de Zapopan no tiene recursos para solventarla.

Y aunque el municipio ya realizó algunas acciones de emergencia para evitar que la dependencia estatal clausure de nuevo el vertedero (como sucedió el pasado 24 de agosto), los ríos de lixiviados aún corren de las inmensas montañas apiladas de plásticos, pilas, balones, rocas, envases de refresco, comida putrefacta, colchones y un largo etcétera, sin estar canalizados y con destino a los afluentes y a los mantos freáticos de la zona.

Esto se constató la mañana del martes, durante un recorrido que realizaron habitantes de Huaxtla y Milpillas con el director de Protección del Medio Ambiente de Zapopan, Julio Vizcaíno Gutiérrez, quien reconoce que hasta la próxima administración podría resolverse el problema de manera integral.

Ante uno de los escurrimientos de mayores dimensiones en la celda 1, el funcionario señala que una vez que se deposite la basura en la celda de emergencia (que funcionará desde hoy), se restaurarán los taludes y se hará la cobertura final, que permitirá conducir la lluvia a los canales pluviales. Sin embargo, los trabajos estarán listos hasta el próximo año.

EL INFORMADOR / ALEJANDRA GUILLÉN