GUADALAJARA, JALISCO (07/OCT/2016).- Algunas personas acuden al gimnasio en la mañana, pero por las tardes vuelven a asistir porque creen que no es suficiente y quieren doblar su rutina de entrenamiento, afirma Fátima Berumen, entrenadora de fitness y pesas de un gimnasio 24/7.“Piensan que haciendo ejercicio durante mucho tiempo lograrán resultados más rápido y no es así, lo que influye en tener un cuerpo saludable es la alimentación”.De acuerdo con datos de la Secretaría de Salud (SSJ), la vigorexia representa un trastorno que sufren al menos uno de cada 10 jóvenes que van al gimnasio. Este trastorno es padecido por hombres principalmente entre 18 a 35 años que buscan un cuerpo tonificado y utilizan anabólicos. Las mujeres se enfocan más en dietas e ingesta de laxantes.Esmeralda González, nutrióloga adscrita al departamento de medicina preventiva de la Secretaría de Salud, señaló que desde hace diez años se han puesto de moda entre los jóvenes los trastornos alimenticios en los que entra la vigorexia, que es difícil de diagnosticar porque el paciente no lo acepta y no se hace un registro.“La conducta compensatoria de este padecimiento es el ejercicio extremo que puede ser desde seis hasta ocho horas diarias, laxantes, inanición y consumo bajo de calorías”.La nutrióloga añadió que la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es realizar 30 minutos de ejercicio diario, si una persona realiza más de 60 minutos de ejercicio al día se debe hacer un ajuste de calorías pero la dieta debe ser la misma que cualquier persona, basada en la ingesta de frutas y verduras, de origen animal, cereales y tubérculos.La mayoría, no logra ver su verdadero aspecto y se sienten débiles y “flacos”, es por ello que recurren a varias horas de entrenamiento y al consumo de suplementos dietarios que los ayuden a ganar músculos.La especialista agregó que el uso de ropa deportiva y la tendencia de gimnasios 24/7 ha influido en que las personas puedan padecer vigorexia.La aceptación de la sociedad hacia los cuerpos delgados y definidos también puede impulsar sobre todo a los jóvenes a desarrollar trastornos obsesivos que pueden derivar en desórdenes alimenticios.CLAVESPara identificar a tiempo la anorexiaSignos. La anorexia provoca la distorsión de la autoimagen: miedo intenso a subir de peso o convertirse en obeso; rechazo a mantener el peso corporal igual al valor mínimo normal de acuerdo a edad, peso y talla (aproximadamente un Índice de Masa Corporal de 17.5 o menos); alteración en la percepción del peso o la silueta corporal, verse gordo a pesar de estar desnutrido y la ausencia de menstruación por más de tres ciclos seguidos.Clases. Existen dos tipos de anorexia nervosa: una es la que únicamente restringe, y hace que la persona realice ayunos prolongados y consuma mínimas cantidades de alimento. El otro es el compulsivo purgativo, donde además, utiliza métodos de purga para “perder peso”, tales como vómitos, laxantes y diuréticos.Diferencia. Este tipo frecuentemente se malinterpreta como la existencia de anorexia nerviosa y bulimia nervosa juntas. Sin embargo, nunca coexisten, una es el diagnóstico diferencial de la otra.Pocos acuden por atenciónMónica Urdapilleta, directora y fundadora del Instituto de Formación Investigación y Tratamiento del Adolescente y su Familia (IFITAF), asociación que trata trastornos alimenticios, mencionó que normalmente los pacientes que tienen vigorexia no van a tratamiento porque es un fenómeno que está aplaudido por la sociedad debido a que la tendencia de la moda es tener un cuerpo fitness, esbelto o musculoso.“En los detonadores sociales de un trastorno alimenticio están que la persona sufra de bullying, tenga problemas familiares o no acepte su complexión física. La sociedad es la que va desarrollando patologías, cuando empezó a cambiar el estereotipo de belleza en los noventa, inició la tendencia a los cuerpos con peso debajo del mínimo, con la aparición de tallas cero y un cuerpo delgado era bello”.En el centro IFITAF, se da un tratamiento que se aplica desde hace 15 años, está registrado en el libro “Psicoterapia y problemas actuales”, editado por el ITESO.De acuerdo con la Secretaría de Salud, el rango de edad más afectado por distintos trastornos alimenticios es de 10 a 19 años donde 19% de las mujeres presenta miedo a engordar y en el caso de los hombres es de 12%, donde la conducta frecuente es hacer ejercicio.Sin embargo, también están presentes en menores de 12 a 18 años en 5%. La presencia de una o más conductas de trastorno alimentario es frecuente en 29% en hombres y 33% en mujeres.PELIGROSO AUTOPRESCRIBIRSE RUTINAS DE EJERCICIO Y DIETASLa Secretaría de Salud Jalisco, a través de la nutrióloga Esmeralda González, mencionó que los gimnasios reciben apoyo de empresas que ofrecen suplementos alimenticios por eso los exhiben y venden en los mismos; la mayoría de las personas decide consumir un suplemento para adelantar los resultados.Estos suplementos cuentan por lo general con un alto contenido de proteínas que pueden forzar órganos internos y poner en riesgo la salud al presentar problemas renales y cardíacos e incluso pueden provocar la muerte, mencionó.La nutrióloga recomienda consultar a un especialista en nutrición que dé recomendaciones éticas y no basadas en suplementos, acudir con un profesional en activación física y un médico del deporte para que se tenga una correcta prescripción.Detalló que antes de prescribir una rutina de ejercicio a una persona se debe de tener un monitoreo correcto de glucosa, presión arterial y problemas cardiacos. No se recomienda igualar rutinas de ejercicio porque pudieran ocasionar un daño mayor en cadera, columna y rodillas por lo que es mejor regular la cantidad y calidad de ejercicio que se practique.Por su parte, la psicóloga, María Flores, egresada de la Universidad de Guadalajara, especialista en psicología clínica y trastornos emocionales, comentó que la vigorexia forma parte de un trastorno obsesivo compulsivo debido a que la persona que lo padece busca la aceptación de la sociedad que influye en subir fotografías o videos durante entrenamientos por egocentrismo.
