Martes, 03 de Diciembre 2024
Jalisco | Recopilan en un libro testimonios de 20 ex alumnos del Hogar Cabañas

'En el Cabañas están los ecos de nuestras risas'

Recopilan en un libro testimonios de 20 ex alumnos del Hogar Cabañas

Por: EL INFORMADOR

El Agua Azul fue el punto de reunión donde los ex alumnos se dieron cita para celebrar la constancia editada de sus experiencias. EL INFORMADOR / F. Atilano

El Agua Azul fue el punto de reunión donde los ex alumnos se dieron cita para celebrar la constancia editada de sus experiencias. EL INFORMADOR / F. Atilano

GUADALAJARA, JALISCO (01/MAY/2017).- Hoy sus salones resguardan exposiciones, pero hace casi 40 años eran dormitorios o comedores en donde vivían niños y niñas. Una de esas menores fue María Teresa Cabañas Durán, ex alumna del Hospicio Cabañas, quien para contar cómo fue su experiencia en el lugar –y la de una veintena de personas– escribió el libro En cada rincón del Instituto Cultural Cabañas quedaron las risas y lágrimas de los niños y niñas.

“Porque ahorita, para la comunidad el edificio es Patrimonio de la Humanidad, pero para nosotros fue nuestra casa. Me gustaría que la gente que entre y ande entre sus pasillos sepa que hubo menores corriendo, comiendo, durmiendo, niños felices, niños tristes porque todos crecimos con diferentes situaciones, pero si entramos llorando porque no queríamos dejar nuestra familia de cuna, cuando salimos también lloramos porque no queríamos dejar a nuestra nueva familia. En el Cabañas están los ecos de nuestras risas y lágrimas”, explicó María Teresa en el Parque Agua Azul, punto de encuentro de ex alumnos de distintas generaciones.

Poco después de las 10:00 horas, alrededor de 30 personas se aglutinaron en el espacio, adornado con globos, para compartir vivencias y recuerdos, hablar del nuevo libro y enseñar fotografías de aquellos momentos que los hicieron tan felices.

Rafaela Bautista y Gloria Villareal fueron compañeras en el Hogar Cabañas y se ven principalmente en las reuniones o posadas que se hacen de ex alumnos. “Yo entré en el 61, de cinco años, es una vida bien bonita que yo no la puedo olvidar. Allí no me faltó qué comer, no me faltaron estudios, techo. Tuve mucha diversión y aprendí muchísimo, sobre todo la natación, deporte, carreras, íbamos a montar caballo, nos llevaban de vacaciones a Ajijic, Chapala, Ciudad Guzmán, Tapalpa, Tamazula, Manzanillo, vivimos una vida de armonía, felicidad, todo fue como un sueño”, dijo Rafaela.

Rafaela, quien tuvo ocho hijos, contó emocionada que en el orfanato les enseñaron a coser, tejer, y más oficios que la ayudaron a salir preparada. “Fue una vida muy sana, de mucho provecho. Estuve 15 años y estar aquí me hizo ser alguien. Llegué aquí porque se separaron mi mamá y mi papá, entonces el Cabañas fue para nosotros nuestro padre y madre. Al recordar siento que de la emoción otra vez se me enchina el cuerpo, todo lo que no viví allí nunca lo he vuelto a vivir, estoy agradecida”.

Gloria concordó en que la mayoría de los alumnos llegaban de familias disfuncionales. “Las mujeres eran abandonadas, los padres no querían hacerse responsables de los hijos. En el Cabañas nos inculcaron valores, nos enseñaron a desarrollar todas nuestras capacidades, en lo científico, en lo artístico, en lo emocional, aprendimos a ser generosos, amar la vida, amar a Dios, amarnos entre nosotros. Mi eterno agradecimiento a esa institución y a quienes en ese momento estuvieron”.

“Queremos decir que fuimos muy felices”

María Teresa Cabañas Durán explicó que lleva 10 años trabajando en el libro, el cual recopila alrededor de 20 testimonios, con ex alumnos de los años 40, 50, 60, 70 y 80. “Esta copia fue para presentarla, pero necesito hacer el contrato con la editorial para poderlo publicar, pero ya está registrado. Estoy contando la historia en forma cronológica. Por ejemplo, cómo era un día en el Hospicio, cuando nos metían a bañar, teníamos que ir a misa, mis compañeras que me dieran su relato, lo que ellas recuerdan de cada situación lo estoy introduciendo al libro para que ellas puedan ver que sus recuerdos queden plasmados en letras”.

María Teresa resaltó que se han dado cuenta que mucha gente piensa que son “pobrecitos” porque estuvieron en el Hogar Cabañas y quieren quitar esa imagen. “La idea de hacer este libro es que queremos enseñar al mundo entero que en el Hospicio fuimos muy felices, lo que es ahora el Hogar Cabañas, tuvimos muchas disciplinas que fue lo que nos ayudó a ser lo que somos”.

Indicó que entre las páginas hay muchas historias felices y de amor entre ellos.

“La historia empieza con mi padre, que fue un niño que lo dejaron en el hospital recién nacido, llegó al Hospicio sin nombre, era el niño número ocho y allí le pusieron Raúl Cabañas, creció, se casó con mi mamá que también fue una interna de allí, y cuando él muere entramos nosotros”.

LA FRASE

"Al ingresar en el año 61 viví una vida muy bonita, difícil de olvidar; tuve mucha diversión y aprendí muchísimo, sobre todo la natación, deporte, carreras, íbamos a montar a caballo".

Rafaela Bautista, ex alumna del Cabañas.

VOCES
Con esfuerzo llega a ser maestra, gracias a la educación integral

Lucía Laura Flores, originaria de Tlaxcala, asistió al Parque Agua Azul exclusivamente para la reunión de ex alumnos. Contó que de chica sus padres llegaron al Estado y por problemas entró al Hogar Cabañas, donde estuvo 15 años, aunque después se regresó a su Estado, en donde actualmente es maestra de preescolar en la Secretaría de Educación Pública. “En 34 años es la primera vez que me reúno, me quise dar la oportunidad. Mi testimonio está en el libro y hablo de que me costó adaptarme cuando llegué”.

La mujer señaló que en ese sitio tuvo una educación integral conformada por lo pedagógico, recreativo y moral. “Esas tres son fundamentales para el ser humano. Nos educaron con respeto entre compañeros, la mayoría salimos graduadas. Teníamos deporte, cultura, teatro, danza”.

Con entusiasmo recordó que en quinto grado recibió 15 medallas por méritos que iban desde ser aplicada hasta por actividades deportivas. “Otra vez me seleccionaron la mejor jugadora del equipo, fueron muchas, también nos llevaban cada ocho días a la casa del gobernador. “A mí lo que me hizo ser fue el deporte, para mí el profe Chuy fue mi alegría del Cabañas, eso me alentó”.

Lucía Laura Flores, ex alumna y originaria de Tlaxcala. Hoy es maestra de preescolar.

LA FRASE

"Sufrí para adaptarme cuando llegué, sentí que era la cárcel, entré de siete años y al final ya no me quería salir".

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