En 5 años pasa de intendente a director

GUADALAJARA, JALISCO (08/DIC/2015).- En menos de cinco años, Ulises Arellano Madrigal pasó de intendente a maestro y luego a director de la primaria Carlos Pereyra en Tabachines, Zapopan.

Se fijó un sueño y lo cumplió con trabajo y esfuerzo a pesar de que sus padres, también maestros, le pidieron dedicarse a otra cosa “porque tenía buenas calificaciones” desde pequeño.

Con el sueldo de intendente en una escuela pagó su preparatoria y la carrera como normalista. Poco antes de terminar organizó círculos de estudio y consiguió una plaza como maestro, pero lejana en una primaria de Cajititlán, en Tlajomulco. “Me movía en camión (cuando era intendente, estudiante y hasta maestro)”, recuerda sonriente Ulises, quien sabe del calvario que significa moverse en el servicio del transporte público. Hoy se transporta en su propio vehículo.

Recuerda que combinó la intendencia y la docencia, pero otro concurso de plazas tras la Reforma Educativa lo llevó a laborar como maestro en la escuela Carlos Pereyra. Y así dejó la intendencia y el nombramiento como director llegó en el pasado ciclo escolar luego de aprobar el examen más difícil: “Decidí prepararme. Puedo decir con orgullo que sí se puede (alcanzar metas a corto plazo)”.
 
La disciplina que adquirió en la limpieza de los planteles la trasladó a su nueva oficina: impecable, ordenada, sin papeles fuera de sus carpetas ni plumas desperdigadas en su escritorio. Al entrar a los grupos de la primaria atrapa la mirada de los niños y niñas, que hasta se interrumpen para “lucirse” y responder todo lo que pregunta su nuevo director.  

Hoy tiene 31 años, una mayor estabilidad y nuevos retos. El siguiente paso es mejorar la calidad educativa de los estudiantes y, cuando le ratifiquen su puesto de director (deben pasar dos años) buscará subir otro peldaño y competirá por una supervisión de alguna zona escolar siguiendo las claves que lo colocaron en donde está: el amor por la docencia, la preparación permanente y el instinto de superación.

Desde 2012, la escuela Carlos Pereyra padeció por la falta de director. La persona que estaba asignada tenía funciones de comisionada y, aunque había una maestra encargada de la oficina, los padres de familia reclamaron durante dos años la cobertura del puesto.

La primaria de Tabachines es una de las 900 escuelas que, tras la Reforma Educativa en Jalisco, ya tienen asignado un director. Francisco Ayón, secretario de Educación, adelanta que evalúan a otros 900 maestros para comprobar si tienen el perfil para asumir las direcciones del mismo número de planteles. La historia de Ulises puede replicarse.