El dinero no sobra: Godoy

GUADALAJARA, JALISCO (19/NOV/2013).- La intersección de las avenidas Niños Héroes y Agustín Yáñez luce opaca. El color de la fachada en el edificio de la Auditoría Superior del Estado de Jalisco ( ASEJ) se cubre de un velo tenue que diluye las letras mayúsculas que dan identidad al edificio, y además clarifican la hermandad que existe con el Poder Legislativo.
 
Son las ocho de la mañana. El frío cala en los huesos y la neblina que obligó a cambiar agenda en el Aeropuerto tapatío se nota desde la Carretera a Chapala hasta la colonia Moderna. Los pasos guían al sitio para asegurar un diálogo con el auditor Alonso Godoy, y así aclarar varios temas que han dado vuelta a la agenda pública, por años.
 
"No tiene hora de llegada", informa un guardia de la Auditoría. La agenda diaria sólo está en manos del funcionario, por lo que es una de sus secretarias quien sale y marca con vapor en el aire la promesa de un diálogo próximo. "Yo le digo que vino; déjeme sus datos y le comento. Márqueme en un rato para confirmar". Falta poco para las nueve de la mañana.
 
Transcurren 90 minutos y el teléfono suena. "Ya está por acá el maestro; dice que cuando quiera venir". El auto nuevamente se echa a andar, y el desayuno se pospone.
 
"El dinero no sobra", dice un extremadamente amable Alonso Godoy, minutos después de estrechar con firmeza la mano del individuo que permitió entrar a su despacho, y quien una vez ahí encendió la cámara de su teléfono para grabar respuestas y gestos.
 
Declara aquello mientras sus codos descansan sobre un escritorio amplio y reluciente, tallado en una madera aplicadamente trabajada que aduce a un gasto lejano a la austeridad de que se hace gala. Un gesto suavizado y una sonrisa que en momentos evoca a la ironía acompañan la voz del auditor que medios y sociedad han posicionado en la polémica y el descrédito.
 
Un estigma que 10 millones de pesos, una asignación temprana de aguinaldo, un préstamo sin cargos y  la licitación de vehículos de más de 300 mil pesos que se presumen como "austeros", ha despertado en el imaginario tapatío.
 
Pero él defiende su discurso, y acude a la pila de documentos que hay en su amplio despacho para soportar sus palabras. Cortes como ha sido desde que reconfirmó el nombre del visitante, Godoy Pelayo muestra un documento foliado por el Registro Público de la Propiedad que confirma nulidad de gravamen en el edificio cuyo despacho principal luce finamente ornamentado.
 
"No sobra el dinero". Una frase corta y contundente que cobra notoriedad, y que se replica al defender los vehículos sorteados que pagará, asegura, la Federación, y no una auditoría que sigue atrayendo reflectores en un sentido peyorativo.
 
EL INFORMADOR / ISAACK DE LOZA