Discapacidad no es límite si hay voluntad

GUADALAJARA, JALISCO (06/JUN/2016).- Puede estar de pie durante ocho horas en una cirugía. Va y viene, sube y baja a lo largo y ancho del Hospital General de Occidente (HGO), mejor conocido como Zoquipan.

Tiene 23 años y desde hace unos meses es auxiliar de Enfermería del hospital, después de haber hecho la pasantía de su carrera de licenciado en enfermería. Jesús Daniel Sustaíta García vive con una discapacidad. Cuando era niño, un osteosarcoma le invadió su rodilla izquierda, la cual tuvo complicaciones y debió ser amputada, lo que lo obligó a caminar auxiliado por muletas.

Él mismo dice que tener una sola pierna no ha sido un impedimento para cumplir lo que se propone. Y no hace falta que él lo mencione, pues su habilidad para caminar con una muleta y andar por todo el hospital habla por sí sola.

Según sus propios compañeros, la alegría, las ganas de trabajar y la empatía que tiene con los pacientes son solo algunas de las características de Daniel, quien tiene la energía y la disposición que muchos desearían.

“Yo tuve malos ratos, pero pues hay que tratar de hacer buenos ratos a los demás, atenciones de calidad, de calidez a las personas; me ha tocado que los pacientes me dicen que les da gusto que los atienda una persona como yo, que se sienten animados de salir adelante, porque son personas que sienten que por alguna situación se quedan estancados, y al verme les dan ganas de seguir”.

Dany, como le dicen sus compañeros, vivió  gran parte de su niñez en hospitales. Cuando luchaba contra el cáncer, recibía las quimioterapias y tomaba todos sus tratamientos, los hospitales se volvieron su segunda casa.

“Lo último que pensé es que iba a estudiar esto, tenía miedo a los hospitales, no me imaginaba. Tenía idea de lo que me había tocado vivir. Pero tenía los conocimientos ya pegados, había aprendido sin querer de lo que me tocó estar en los hospitales. Se me empezó a facilitar todo lo relacionado a las ciencias de la salud y dije, ¿por qué no estudiarlo?”.

Después de la amputación, la rehabilitación y adaptación a una nueva vida sin una pierna no fueron fáciles de llevar. Tardó mucho en adaptarse a las muletas; dice que era como volver a enseñarse a caminar, y lo logró.

Aprender a no imponerse barreras

Cuando era niño, trataba de pararse y se iba para atrás o a un lado, sin equilibrio. Su pierna y brazos no tenían la suficiente fuerza para mantenerse parado, pero ahora todo es diferente.

Cuenta que el "bullying" en la escuela nunca faltó, pero siempre había gente que lo aceptaba y no lo trataban diferente, lo cual le ayudó a su vida.

“Me hice mañoso (para caminar). En mi casa nunca me limitaron a hacer algo; mi mamá no estaba muy convencida de que estudiara, pensaba que no iba a poder, o que iba a recibir cierto rechazo”.

La función principal de Daniel es darle mantenimiento a los “carros rojos”, un aditamento de primera necesidad en un hospital, debido a que en él se concentra el material, equipo y medicamento para iniciar maniobras de reanimación cardiopulmonar y cerebral.

Este carrito es de ruedas, tiene compartimientos con sistema de seguridad y contiene equipos para ventilación, marcapaso externo y desfibrilador, entre otras cosas.

Daniel ha aprendido a no ponerse barreras y a no auto sabotearse, sin embargo, también sabe sus limitaciones y cuándo decir no a una actividad que su condición no lo dejará hacerlo al 100 por ciento.

“Yo les digo a las personas que están en una situación como la mía, que se animen, no se dejen caer, porque muchas veces escuchas comentarios; que lo intenten, yo creo que para todo hay mañas, que persigas lo que te gusta, quizá haya cosas que no puedes hacer, porque hay que aceptar que hay muchas cosas que no puedes hacer, pero va a haber otras que sí”.

Actualmente, Daniel está en trámite de obtener su título de licenciado en enfermería. Sin embargo, él quiere seguir preparándose y estudiar una maestría y doctorado, pero manifestó que primero quiere tener una mayor certidumbre laboral en el hospital.

ASÍ LO VEN

“Nos impresionó que él solo viniera a pedir trabajo, sus ganas de trabajar; todos lo entrevistamos para ver cuáles eran sus habilidades, sus aptitudes y su disposición; él nos dijo, puedo trabajar parado, puedo trabajar con adultos, con niños, y está bien, vamos a hacer el trámite”.

Gabriela Parrilla Rodríguez, asesora del departamento de Enfermería.

“Daniel, no es que tenga una sola pierna, tiene tres; tiene más habilidades y disposición que muchísimos”.

Ignacio Martín del Campo, jefe del departamento de Enfermería.