Jalisco | Al revés volteado por Norberto Álvarez Romo Desaires metropolitanos Los vientos ya no son suficientes para mantener limpio al aire Por: EL INFORMADOR 15 de febrero de 2011 - 04:28 hs Febrero loco y marzo otro poco. Los vientos que anticipan la primavera resultan del choque entre los aires calientes y los fríos de latitudes distintas, provocados por el cambio de posición de nuestro planeta con respecto al Sol. En estos días del año en Guadalajara se aprecian especialmente estos vientos que revelan el azul celeste de un aire limpio y claro, sin que además nos cueste. O por lo menos así se pensaba hasta hace poco tiempo. Ahora resulta que tenemos procesos de contaminación no constantes, pero sí puntuales. Es decir, en épocas invernales las condiciones atmosféricas propician inversión térmica y esto aumenta la concentración de contaminantes en el aire, más que en otras temporadas del año. Los vientos ya no son suficientes para mantener limpio al aire. En los años noventa, Guadalajara empezó a registrar datos que rebasaban las normas ambientales en el periodo invernal, lo que conllevó a que las autoridades, los empresarios y la sociedad, conjuntamente con las organizaciones no gubernamentales, se reunieran y propiciaran programas y acciones, estableciendo un “Comité de Plan de Invierno para que todos dentro del campo de su actuación redujésemos los valores críticos de concentración de contaminantes en la atmósfera de la Zona Metropolitana y Conurbada de Guadalajara en beneficio del medio ambiente y la salud de sus habitantes”. Así fue que atendiendo a la creciente preocupación social, la calidad del aire se encargó a la “Comisión Interinstitucional Coordinadora del Plan de Invierno”. En 1997 se formó el Comité para el Mejoramiento de la Calidad del Aire en la Zona Metropolitana de Guadalajara (Comeca), con un programa integrado por 32 acciones a realizar de forma conjunta entre los sectores público, privado y social. Un propósito establecía la prevención y control de la contaminación atmosférica de la Zona Conurbada de Guadalajara, incluyendo la evaluación y seguimiento del cumplimiento de las acciones del programa. Desde hace ya varias décadas se ha estudiado el impacto en la salud por la contaminación atmosférica. Particularmente, los estudios recientes se han ocupado del efecto que tienen en la salud las partículas en suspensión. Se ha demostrado que los niveles altos de contaminación por las PM2.5 (llamadas así porque miden menos de 2.5 micras de diámetro) estaban relacionados con los aumentos de los ingresos hospitalarios. En varias partes del mundo se ha encontrado que existe una clara relación estadística entre los episodios de alta contaminación y los fallecimientos por causas circulatorias y cardiovasculares. Las partículas más finas y de menor tamaño que 2.5 micrones, como las del hollín, son inhaladas hasta lo más profundo de los pulmones; son las más dañinas, porque penetran y se depositan en las bolsas de aire (alveolares) donde el oxígeno entra a la corriente sanguínea, dejando cicatrices de las que no tan fácilmente se recupera. Estas partículas proceden básicamente de los vehículos; principalmente de los motores diesel, que emiten hasta seis veces más partículas que los de gasolina. En la Zona Metropolitana de Guadalajara vamos de mal en peor. En 2009 hubo 89 días que rebasamos los límites de contaminación aceptable. Y en 2010 fueron 119 días. El año pasado tuvimos al menos un día que rebasó los 250 Imeca en la zona Minerva. Dos veces y medio arriba del límite aceptable para entrar en estado de alerta y activar las contingencias responsivas. El Comité, al parecer, nos ha desairado. Temas Al revés volteado Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones