Miércoles, 09 de Octubre 2024
Jalisco | Cita en la ciudad

Decido, luego consulto

Por Alfredo Hidalgo

Por: EL INFORMADOR

El termino participación ciudadana en nuestro contexto tiene diferentes lecturas. Una es la expresión natural que se está dando en nuestra ciudad donde, de forma organizada o individual, se participa en las decisiones que son comunes a todos. La otra es la esencia de consultas públicas que, finalmente, se convierten en un legitimador de decisiones ya tomadas.

El tema reciente de participación ciudadana, es la consulta pública para decidir la construcción de un complejo deportivo en 7 hectáreas en el Parque Metropolitano para los Juegos Panamericanos de 2011. En este caso y en la mayoría, la consulta es un buen instrumento para democratizar las decisiones, pero se convierte en un mecanismo legitimador de resultados que terminan siendo cuestionables.
La consulta del Parque Metropolitano adquiere otro sentido por que la discusión de fondo no es sobre el diseño de un espacio en específico, sino sobre las políticas de espacios públicos y verdes en nuestra ciudad.

El sociólogo Rodrigo Salcedo, menciona que “la diferencia central entre el espacio público moderno y los enclaves pseudo-públicos es que mientras el primero busca generar encuentro, diálogo y ciudadanía, los segundos buscan expresar y expandir el diferencial en las relaciones de poder entre distintos grupos sociales.” Es importante distinguir ante que caso estamos.

Al margen de que se trata de un proyecto donde todo el proceso ocurre en desorden, pues al mismo tiempo que se anuncia la idea se licita la obra; mientras se hace una consulta, se encarga el proyecto ejecutivo. Hay principios básicos que se pueden plantear y estudiar en el proceso de toma de decisiones para hacer las cosas adecuadamente.

Hay dos posturas dominantes en este tema: unos se sustentan en que las nuevas instalaciones darán más infraestructura al parque, ampliando la oferta de uso para quienes lo visitan. Otros, hablan de la perdida de espacio verde, la inserción de más autos y la posibilidad de crear un nuevo elefante blanco.

Ante las posiciones  pongo a consideración dos aproximaciones:
Uno. Los edificios públicos no son lo mismo que áreas verdes públicas, Guadalajara presenta un déficit de áreas verdes. Dos. Si se va a invertir en infraestructura deportiva, ¿por qué no hacerlo sobre espacios que actualmente no aportan a la ciudad, predios abandonados, en desuso, fortalecer a través de la infraestructura áreas de la ciudad?
Jordi Borja afirma en  La ciudad conquistada que “producir espacio público no es fabricar un equipamiento o un lugar especializado, sino crear paisaje urbano significante”.

Tener un parque abierto que los ciudadanos nos vamos apropiando es un lujo que no podemos perder. También necesitamos instalaciones deportivas. ¿No será posible estructurar planes estratégicos que ordenen inteligentemente el territorio para tener ambas cosas?

En este caso, la substitución de espacio verde por instalaciones deportivas para un evento específico, de tiempo limitado, quitaría a la ciudad al menos 7 hectáreas; si tomamos como referencia la norma que obliga a plantar árboles en sustitución por cada uno que se quita, valdría la pena preguntar ¿Dónde estarían las por lo menos 7 hectáreas de parque que recuperaremos al perder las del Metropolitano?
Alfredo Hidalgo Rasmussen, arquitecto, dirige el Centro de Infotectura y Tecnología Aplicada A.C.

alfredo@infotectura.org

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