GUADALAJARA, JALISCO (05/AGO/2016).- Vivió 44 años en Estados Unidos como ilegal, hoy ayuda a los migrantes centroamericanos que llegan en el tren buscando una oportunidad para cruzar la frontera y encontrar el llamado sueño americano. “El Tío” es un hombre de 74 años que omite su nombre, pero que mira de frente y dice sentirse feliz, pues tiene la compañía de los migrantes que le dejan enseñanzas a su paso por Guadalajara.Sobre las vías del tren que cruza la Zona Metropolitana de Guadalajara se respiran sueños y esperanzas por cambiar la vida que han tenido, son decenas de inmigrantes que se congregan diariamente en el cruce de Avenida Inglaterra y Washington, esperando recuperar fuerzas para seguir su camino rumbo a la frontera con Estados Unidos.Una palabra de aliento, un cigarro, por las noches un café, es lo que ofrece el ex inmigrante. Asegura que su único vicio fue el trabajo, ya que nunca le gustó el alcohol, fumar o las drogas, hoy comparte sus experiencias con centroamericanos y mexicanos que viajan en tren hasta la frontera.Camionetas y autos pasan por el lugar, tocan el claxon y saludan al veterano, una camioneta roja se detiene y le deja bolsas de fruta, que entrega a los inmigrantes que se arremolinan a su alre dedor.“Aquí hay mucha gente caritativa, nadie sufre hambre aquí en las vías, señoras, señores, jóvenes vienen, Guadalajara le tiende la mano al inmigrante”, termina diciendo “El Tío”.PERFIL“El Tío”El hombre de 44 años es viudo y tiene un hijo en Estados Unidos. Vende cigarros sueltos, para poder comprar sus medicinas. No puede caminar rápido, mucho menos brincar, le prohibieron hacer corajes y estar mucho tiempo al Sol.Él dice estar contento en las inmediaciones de la vía, escuchando el sonido del tren, conviviendo con los migrantes.Prefiere vivir en una casa de madera, cerca de los migrantes y aconsejando a los centroamericanos a que su viaje en tren es peligroso y cruzar en estos tiempos a Estados Unidos mucho más.