En los primeros siete meses del año se han generado 31 mil 119 nuevos empleos en Jalisco, según cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Es la cantidad más baja desde 2012, cuando no se alcanzaron ni los 26 mil puestos de trabajo.Desde 2013, los números habían mostrado una tendencia alcista en el Estado, que llegó a su punto más alto en 2017, con 93 mil 631 nuevos empleos, colocando a Jalisco como líder nacional, por arriba del Estado de México o la capital del país.Mauro Garza Marín, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en Jalisco, señala que la responsabilidad de este fenómeno recae en las acciones del Gobierno federal, encabezado por Andrés Manuel López Obrador. “Lo hemos advertido desde hace varios meses: (la caída en el empleo) es una consecuencia de las decisiones que está tomando el Gobierno federal… no generan confianza, no generan certidumbre. Y sin confianza y sin certidumbre no hay inversión, no hay crecimiento económico y no hay generación de empleos”.El líder empresarial acentúa que la situación en Jalisco forma parte de un fenómeno nacional, pues mientras en años anteriores se generaba medio millón de empleos entre enero y julio, en el pasado semestre apenas fue posible superar las 300 mil plazas en México.Por su parte, Benjamín Ruiz Álvarez, vicecoordinador del Consejo de Cámaras Industriales de Jalisco (CCIJ), concuerda con los reportes de expertos, los cuales señalan que las afectaciones se han resentido en los sectores de la agricultura y la ganadería, en donde Jalisco es clave en el ámbito nacional. Acentúa que también hay un decrecimiento en el sector de la construcción, principalmente ante la parálisis en la inversión pública federal.“Estamos reduciendo gastos para sortear este decrecimiento. Lo que haces en situaciones de esta naturaleza es cerrarle la llave a los gastos”.Además de los problemas internos, Christian Sánchez Jáuregui, académico de la Universidad de Guadalajara (UdeG), observa que la caída en el empleo se puede considerar un efecto de las tensiones que, a nivel internacional, existen entre Estados Unidos y China, “lo que impacta en México y en Jalisco”.Los representantes de los sectores privado y académico concuerdan en que, aunque la situación no es crítica, es una primera llamada para poner atención a una baja en la economía que podría agudizarse en los meses por venir.Aunque se buscó una entrevista con el gabinete económico de Jalisco para conocer su postura sobre este tema, la petición no fue atendida por la autoridad.GUÍA¿Cuál es el perfil del trabajador jalisciense en promedio?NUMERALIA3.6 millones de personas conforman la fuerza laboral de Jalisco. 2.3 millones de jaliscienses ganan menos de tres salarios mínimos. 49% de los trabajadores jaliscienses trabaja en la informalidad.Fuente: Inegi.En diversos periodos de la pasada administración, Jalisco tenía la corona nacional en generación de empleo, según cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Sin embargo, en este año la tendencia cambió y, tras la pérdida de más de seis mil empleos entre abril y julio, la Entidad se ubica en el cuarto lugar en el país. Suma apenas 31 mil 119 plazas en los primeros siete meses del año.Los Estados de la República que superan a Jalisco, al corte del séptimo mes de 2019, son Ciudad de México (57 mil 124 plazas), Nuevo León (37 mil 802) y Querétaro (32 mil 049). En el otro extremo de las estadísticas está Sinaloa. El Estado norteño tiene los peores índices del país, con una baja de más de 20 mil puestos de trabajo formales entre enero y julio.A inicios de agosto, el titular de Desarrollo Económico en Jalisco, Ernesto Sánchez Proal, destacó que las proyecciones del crecimiento de la economía en la Entidad para este año se habían reducido de 5% a sólo tres por ciento.“Este año no vemos factible ese 5%, pero al final de la administración sí vemos posible tener crecimientos más altos”.Remarcó que la integración regional con los Estados aledaños es un factor importante para alcanzar índices más altos de crecimiento. Apuntó que hay aspectos de infraestructura y promoción de la inversión que, de trabajarse de manera conjunta con las Entidades vecinas, podrían suplir a los mecanismos federales que ya desaparecieron, como el fideicomiso ProMéxico.A mediados de julio pasado, Alejandro Guzmán Larralde, quien encabeza la Coordinación General Estratégica de Crecimiento y Desarrollo Económico, explicó que la pérdida de empleos que ya comenzaba a darse se debía a que se trataba de puestos temporales en el sector agrícola, particularmente en el sector de berries. La producción de estos frutos se había detenido por el fin de la temporada. Afirmó que los números volverían a regularizarse en octubre, cuando la temporada arrancará de nuevo.También pronosticó que la generación de plazas en Jalisco llegaría a los 70 mil nuevos puestos formales para finales de este año.Mientras la generación de empleo muestra una tendencia a la baja en Jalisco, hay niveles más altos de precariedad laboral, que van en aumento de forma constante en los últimos años.Según el Inegi, al segundo semestre de este año, la Tasa de Condiciones Críticas de Ocupación (TCCO), es decir, el porcentaje de empleados que trabajan menos de 35 horas a la semana por factores externos a su propia voluntad o que trabajan más de esta cantidad de horas, pero reciben ingresos de menos del salario mínimo, es de 7.5% en la Entidad. En el segundo semestre de 2014, este porcentaje estaba en 5.8 por ciento.Hace cuatro años que Susana se integró al mercado laboral como profesora, actividad que compaginó con sus estudios de licenciatura durante dos años. El esquema de trabajo era completamente informal: no había contrato firmado, ni regularidad en la cantidad de horas trabajadas. Cuando se realizaba un despido, éste no era explicado ni notificado de manera formal. Bastaba con que un profesor fuera eliminado del grupo de WhatsApp en el que se coordinaban para saber que sus servicios ya no eran requeridos. Prestaciones como el aguinaldo o la seguridad social brillaban por su ausencia.De los jaliscienses que tienen un empleo, uno de cada tres no cuenta con las prestaciones de ley o seguridad social, según reporta la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en su actualización correspondiente al segundo trimestre del año en curso.Este número no toma en cuenta la cantidad de trabajadores que tienen acceso a un servicio de salud, ya sea público o privado.En lo que respecta al acceso a la salud de los trabajadores, el panorama es menos alentador, pues apenas la mitad de ellos cuenta con un empleo que provea este beneficio exigido por la ley.Luego de abandonar ese empleo durante un año, Susana regresó a ese puesto el año pasado. Cuando volvió, la escuela intentó contar con mayor formalidad al incorporar la firma de contratos por honorarios para sus profesores. Sin embargo, los documentos no tenían la calidad adecuada.“Era inconsistente porque tendrías que estar en el SAT para emitir factura, cosa que no nos pedían. Había una parte donde decía que la escuela era el cliente y uno era el proveedor de un servicio. Párrafos más adelante la escuela era el patrón y uno era el empleado”, indica Susana, quien señala que, una vez que firmó el contrato, nunca se le quiso proporcionar una copia.Por lo anterior, hace poco tiempo, Susana encontró otro trabajo. Ahora se dedica a hacer labores de oficina, donde cuenta con todas las prestaciones de ley. “Ahorita estoy mejor”.El 15 de marzo, Felipe Gutiérrez fue despedido como encargado de almacén de moldes para máquinas de inyección de plástico, el cual desempeñaba desde hace seis años.Los problemas en su sitio de trabajo se originaron a causa de un proyecto en el que su empresa emprendió junto con una marca extranjera de calzado deportivo. Sin embargo, la compañía local fue incapaz de brindar el servicio necesario para el proyecto, por lo que la marca de calzado canceló.Para ahorrar gastos, la empresa donde trabajaba Felipe decidió no liquidar a los involucrados en el proyecto, sino trasladarlos a otras áreas y despedir a otros cuya liquidación resultara más económica. Felipe fue uno de estos casos. “Comenzaron a ‘cazar’ a los trabajadores de mi área. Hacían las cosas difíciles para que renunciáramos”.En su caso, el despido llegó meses después por haber cometido una “imprudencia” al dañar el suelo de su almacén. Semanas después, afirma que tres miembros de su área corrieron la misma suerte. “Ahorita me quedé trabajando con mi padre (es campesino). Con la liquidación, me dieron para aguantar unos meses”.Felipe se encuentra buscando empleo, pero no ha podido encontrar algo mejor o cuando menos en las mismas condiciones que su trabajo anterior. Antes de ser despedido, sus ingresos mensuales eran de 10 mil pesos. En su búsqueda, sólo ha encontrado ofertas de seis mil. También contratos temporales por un mes. Sin embargo, afirma que requiere algo de planta porque necesita hacer sus pagos del Infonavit.A finales de 2012 se aprobó una reforma laboral que incluía la legitimización de la tercerización del empleo (outsourcing), la implementación de los periodos de prueba durante una contratación, el trabajo por temporadas y los contratos para la capacitación inicial.En julio de ese año, unos meses antes de la entrada de la reforma, la población trabajadora en Jalisco que ganaba entre uno y tres salarios mínimos era de 1.6 millones de personas, grupo que acogía a la mitad de los trabajadores del Estado, según reporta el Inegi. Pero en los años que han pasado desde esas modificaciones, este porcentaje aumentó hasta llegar a seis de cada 10 empleados jaliscienses; es decir, cada vez son más aquellos cuyas ganancias no pasan de los ocho mil pesos mensuales brutos.El objetivo de este cambio en las leyes laborales del país obedecía al propósito de crear más y mejores empleos a través de la flexibilización de los contratos laborales. Sin embargo, el académico Christian Sánchez Jáuregui señala que el resultado ha sido otro: “A siete años de impulsarse la reforma, los datos son contundentes: no hay mejores ni más empleos. Lo que sucedió es que los trabajadores que ganan de dos a tres salarios mínimos diarios son los que han crecido… y quienes antes ganaban más que eso ahora son menos”.Los comentarios del académico están en concordancia con lo que registra el Inegi. En el segundo semestre de 2014, 969 mil personas ganaban más de tres salarios mínimos en Jalisco. Hoy, esta cifra está reducida en 32 por ciento.Sánchez Jáuregui explica que esto implica que el mercado laboral sólo crece en los empleos con bajos salarios. Esto quiere decir que la población que tiene más estudios profesionales enfrenta una mayor dificultad para encontrar empleos con mejores condiciones que estén acordes con su preparación.“Puede que sí existan espacios laborales, pero tu ingreso no es el que esperas”.SubcontrataciónSe estima que hay cinco millones de trabajadores en México que laboran en la modalidad de subcontratación.Isabel se gana la vida como trabajadora independiente o freelance. Los servicios que ofrece abarcan la redacción publicitaria, la generación de contenido web para empresas, la gestión de las redes sociales y la traducción inglés-español. A pesar de que se encuentra satisfecha con su trabajo, reconoce que hay dificultades a las que debe enfrentarse todo trabajador que es independiente, al momento de tratar con clientes a los que venderá sus servicios.“Al comienzo hay una gran desinformación en el mercado. En las carreras no nos informan cuánto debes cobrar por los trabajos que haces. Uno empieza a cobrar de manera muy baja”.El número de jaliscienses que apuestan por las labores independientes va en aumento. Entre 2014 y 2019, esta clase de trabajadores creció un 7 por ciento. Actualmente son más de 638 mil las personas que se desempeñan de manera profesional en el mercado independiente.En el caso de Isabel, este camino profesional comenzó cuando aún estudiaba la licenciatura y corregía trabajos de otros estudiantes. Mediante recomendaciones, los trabajos continuaron llegando hasta que comenzó a verse involucrada en proyectos empresariales.La joven señala que uno de los principales problemas que existen al momento de ofrecer los servicios es que son los propios trabajadores quienes, ya sea por desconocimiento o para ganar un contrato, ofrecen sus servicios por precios menores.“La gente cree que, por acercarse al freelance, tendrá un producto más barato. Y no debería ser así. La ventaja que damos es la cercanía que el cliente puede tener con el desarrollo del proyecto”.A pesar de las dificultades, Isabel dice estar satisfecha con su condición laboral porque es capaz de administrar su tiempo a su conveniencia sin estar atada a un horario laboral. “Soy muy celosa de mi tiempo. Para entrar a una empresa tendría que ser algo que me fascine”.Sigue: #DebateInformador¿Qué opina de la oferta laboral en Jalisco? Participa en Twitter en el debate del día @informador