Quedará muy poco de Maciel en los Legionarios

CIUDAD DE MÉXICO (02/MAY/2010).- La decisión del jefe del Estado vaticano de nombrar un delegado para observar de cerca a la congregación de los Legionarios de Cristo sugiere cambios importantes en la cúpula del grupo eclesiástico, afirma el investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Fernando González.

El autor de libro “Marcial Maciel. Los Legionarios de Cristo: testimonios y documentos inéditos”, dialoga sobre la imagen de Maciel en los Legionarios, una figura que llegó a ser “el centro de todo” en la legión.

-¿Puede existir la Legión de Cristo sin la figura de Marcial Maciel?

-No le queda otra, va a tener que existir sin él. Ya empezaron a hacer su desplazamiento, hicieron declaraciones desde febrero de 2009, cuando aparecieron los primeros hijos de Marcial Maciel, y vieron que era inminente la explicitación de lo que ellos ya sabían.

-Empezaron a decir que ellos eran Legionarios de Cristo, que jamás Maciel fue su centro de la espiritualidad. Aunque desde 1941 hasta el 2 de febrero de 2009, en realidad Marcial Maciel fue el centro de todo, pero como tienen una notable capacidad de negación y de sustracción de los hechos, de pronto son capaces de negar 60 años de existencia de un plomazo.  Empiezan a quitar, al más puro estilo de Stalin, las fotos de Marcial Maciel, borrando su imagen de las casas.

-¿Qué queda de la Legión de Cristo sin su fundador?

-Quedaría muy poco, porque no tienen nada propio. ¿Qué les dio de original? Algunos de los textos de Maciel son copiados de otros escritos, como acaba de salir a la luz. Lo único que queda es el famoso voto de caridad, que le añadía un plus al voto de obediencia, que de por sí era ciega. El voto de caridad se basaba en no poder criticar al superior, sino ante el superior del superior. Marcial Maciel había mandado redactar un código de 10 puntos donde cualquiera que hiciera una crítica del superior podía quedar atrapado en el decálogo que decía: si hace críticas es porque es poco espiritual, porque es un narcisista. También queda el voto de humildad: nadie podía optar por ningún puesto, más que él, claro. Eso es lo que aportó a la Legión.

-Todo lo demás son copias de lo que vio de los jesuitas, de misioneros del Espíritu Santo, porque Maciel no estudió teología, ni estudió filosofía; fue ordenó sacerdote en tres años y medio por su tío Francisco González Arias que era obispo de Cuernavaca.

-¿Cuál fue el reto del Papa?

-El Papa es una especie de cirujano. El Papa Joseph Ratzinger tenía toda la información, cuando fue 23 años jefe de la Sagrada Congregación de la Fe. Cuando se le presentó el caso en 1998, él decidió bloquearlo. El Padre Antonio Roqueñí, abogado de la Arquidiócesis de México preparó el dossier con los ocho casos y entregó personalmente en la Sagrada Congregación de la Fe.

-Hacia el 26 de noviembre de 2004 el Papa Juan Pablo II celebró con bombo y platillo a Maciel sus 60 años de sacerdocio, seis días después Joseph Ratzinger reabrió el caso. Una vez abierto, porque me imagino que hizo un cálculo político, es decir, no podía dejar morir a Juan Pablo II como protector absoluto de Marcial Maciel y no podía ser él papable sabiéndose públicamente que él había bloqueado el dossier. Una vez abierto, mandó a sus visitadores y le hace una sentencia que sale a luz.

-Fue un acto interesante, porque el Papa Ratzinger es muy creativo, inventó la figura de lo que yo llamo: pederasta solipsista. Es decir, el pederasta que se haría los actos a sí mismo, lo cual es un contra sentido, y entonces hizo un recorte perfecto, donde se le invita dulcemente a una vía de oración y penitencia y abandonar el ejercicio sacerdotal.
-Recortó limpiamente a Maciel de la relación con la Legión de Cristo, como si los actos de Maciel hubieran sido consigo mismo y no con la alta y profunda y continua complicidad de miembros de la Legión durante 60 años. Procedió como un neurocirujano, recortó limpiamente lo que él creyó un tumor.

-Desgraciadamente aparecieron los hijos de Marcial Maciel con el DNA y entonces ya no podía negar la relación con los Legionarios y entonces mandó una comisión que ya terminó sus labores y que se reunió con el Cardenal Bertone.

Tuvo que negociar cuál es el menor daño posible para la institución, tanto de la Iglesia general como de la Legión en particular.

-¿Cómo quedaría Marcial Maciel tras la refundación de la Legión de Cristo?

-Quedaría refundido directamente, quedaría borrado lo más posible y quedaría – citando a la biblia–, como esa caña cortada, esa caña quemada, de la cual a pesar de todo salieron frutos maravillosos, porque Dios en su infinita misericordia y misterio es capaz de sacar frutos maravillosos de situaciones bastante tenebrosas; y como todo queda en el misterio teológico de un Dios tortuoso que escoge gente tortuosa para hacer frutos maravillosos, no queda sino la adoración y la exaltación del misterio y la renuncia a la inteligencia y ellos cumplen las tres cosas.

Ana López

PERFIL

Psicoanalista experto

Fernando González González

Nació en Jalisco en 1947. Es investigador titular del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad de Nacional Autónoma de México, psicoanalista, doctor en Sociología de las Instituciones por la Universidad de París y miembro del Sistema Nacional de Investigadores.

Algunas de sus publicaciones son “La cuestión del testimonio en Psicoanálisis y en algunos casos de la historia del tiempo presente”, en “El impacto de la Cultura en lo escrito”.

“De las relaciones oficiosas al ‘No desconocimiento’ de la Iglesia. Quinta etapa del modus vivendi”, “Antología de Lecturas”.

“Algunos grupos radicales de izquierda y derecha con influencia católica en México (1965-1975)”, en “Historia y Grafía, México”.