Viernes, 22 de Noviembre 2024
Internacional | La Marina no advirtió del tsunami a tiempo

Militarizan zonas para evitar saqueos en Chile; los muertos suman 714

Alrededor de 10 mil soldados tienen la misión de controlar a un sector de la población que se muestra desesperado luego del sismo

Por: EL INFORMADOR

CONCEPCIÓN/TALCA.- El Gobierno de Chile envió unos 10 mil soldados a las regiones del Centro del país destrozadas por un potente sismo y por varios tsunamis, intentando contener los saqueos de supermercados por sobrevivientes con hambre, sed y desesperación.

La cifra de muertos causados por del sismo de magnitud 8.8 grados en la escala de Richter que azotó Chile en la madrugada del sábado llegó a 714, aunque podría escalar a medida que llegan reportes desde pueblos que fueron demolidos o borrados del mapa por las olas.

Uno de ellos fue Dichato, una aldea de pescadores de siete mil habitantes cerca del epicentro, barrida por olas gigantescas.

Miles de personas arrasaron con lo que encontraron en tiendas y supermercados. Algunos llevaban comida, pero otros aprovecharon para robar televisores y hasta lavadoras.
Militares custodiaban los comercios de esa ciudad de 670 mil habitantes, intentando imponer la normalidad en medio del caos.

Cuatro réplicas recordaron a los chilenos el terror. La más intensa fue de 6.2 grados, ocurrida en el Centro de Chile, según el Instituto de Geofísica de Estados Unidos. Las otras fueron de 5.8, 5.4 y 5.1 grados.

La presidenta Michelle Bachelet recibió en su casa al mandatario electo, Sebastián Piñera, para conversar acerca de las medidas tomadas frente al terremoto. Bachelet traspasó la información de la actual situación en el país.
En México, la Secretaría de Relaciones Exteriores informó que hasta el momento no se han reportado casos de heridos o víctimas mexicanas en Chile.

La dependencia destacó que las telecomunicaciones se han interrumpido de manera intermitente, por lo que recomendó a la gente que quiera contactar a personas en ese país sudamericano, utilizar mensajes escritos vía celular.

Marina no advirtió del tsunami a tiempo

La Marina chilena cometió un error al descartar inicialmente un tsunami en las costas de Chile tras el potente terremoto de 8.8 grados de la madrugada del sábado, que finalmente golpeó 20 minutos después una extensa zona, y dejó al menos 350 muertos, admitió el ministro de Defensa, Francisco Vidal.

El tsunami arrasó con barrios enteros y miles de viviendas en las poblaciones costeras del Centro y Sur del país, reportaron ayer los servicios de socorro.
“Hubo un error”, señaló Vidal, en una declaración pública luego de participar de un comité de emergencia encabezado por la presidenta Michelle Bachelet en el palacio presidencial de La Moneda.

En la medida en que las autoridades han tenido acceso a esos remotos poblados costeros que quedaron incomunicados tras el movimiento telúrico, se han podido percatar del grado de devastación y muertes que dejó el maremoto. 

Según estimaciones preliminares de funcionarios de la Oficina Nacional de Emergencias (Onemi), tan sólo en la localidad costera de Concepción, 360 kilómetros al Suroeste de Santiago, se produjeron al menos 350 muertes por el tsunami. 

En Dichato, otro pequeño poblado pesquero del Sur, se reportaron unos 60 desaparecidos, y en múltiples lugares de la costa se registra una situación similar que hace temer que el número de muertos se pueda multiplicar de manera exponencial. 

La imagen recurrente en todas esas localidades colindantes con al Océano Pacífico es de viviendas de madera destrozadas por el oleaje, y decena de lanchas de pescadores depositadas en tierra firme, muy lejos de la costa. 

“Lo perdimos todo, el maremoto destruyó nuestras casas, nuestras cositas, no dejó nada, y hubo muchas muertes aquí”, relató el pescador Mario Sepúlveda, de Concepción, quien dijo que el tsunami se produjo unos 20 minutos después del terremoto. 

Sepúlveda señaló que mientras muchas familias optaron por huir hacia los cerros después del terremoto, otras optaron por permanecer en sus viviendas, las cuales desaparecieron en muchos casos devoradas por la enorme ola del maremoto. 

La ola arrasó numerosos restaurantes, “pubs”, discotecas, hosterías y hoteles turísticos situados frente a la playa. “Todo desapareció; salvé sólo lo que llevaba puesto”, dijo a Radio Cooperativa uno de los afectados, mientras la televisión mostraba muebles, bicicletas, sillas, juguetes, vehículos y otros objetos que la ola desperdigó en la playa al recogerse.

Por otro lado, la alcaldesa de Concepción, Jacqueline Van Rysselberghe, criticó a las autoridades por no enviar con rapidez bomberos y equipos para rescatar a los supervivientes de un edificio de 14 pisos que se desplomó.

La estructura, que tenía 80 departamentos, presenta ahora una altura equivalente a tres pisos y entre los escombros, según la alcaldesa, quedaron atrapadas entre 80 y cien personas, algunas de las cuales pueden estar vivas todavía.

Los bomberos recuperaron ya seis cadáveres y rescataron con vida a 26 personas, y perforaron los muros para facilitar la entrada de aire a los sectores de los que se han escuchado gritos pidiendo auxilio, según algunas personas.

Las réplicas son cotidianas, y ya van 110. La pesadilla vivida el sábado durante dos eternos minutos se revivió ayer a las 8.28 horas locales con un sismo de 6.2 grados Richter que sacudió la misma zona afectada por el terremoto de 8.8 grados.
Por otro lado, las primeras olas de un tsunami causado por el sismo chileno llegaron a Nueva Zelanda, dijeron autoridades, aunque no hubo informes de heridos o daños.

Los datos de la Oficina Nacional de Emergencia

Aumentan las muertes por el sismo

708 muertos confirmados por el Gobierno de Chile.

541 de a la región del Maule, donde hay cuatro desaparecidos.

64 son los fallecidos en la región de Bío Bío.

36 muertos en Santiago, y cinco desaparecidos.

46 fallecidos en O'Higgins y dos desaparecidos.

16 muertos en Valparaíso y ocho los desaparecidos.

5 víctimas mortales dejó en la Araucanía.

Crónica

Testimonio de una tapatía en Santiago


Los ciudadanos chilenos lo han tomado, en su mayoría, con toda calma. Dicen estar acostumbrados, ellos son de tierras sísmicas. De hecho señalan cómo hemos sido nosotros, los turistas, quienes mayormente nos hemos sobresaltado con el terremoto.

Fue alrededor de las 3:30 de la madrugada. Yo estaba absolutamente dormida y comencé a soñar que viajaba en el metro. Los movimientos eran iguales, incluso el sonido rítmico y metálico de los rieles. Pero no, era el edificio del hotel donde nos hospedamos mi marido y yo, cuya estructura aguantaba y soportaba la violenta embestida del movimiento telúrico.

Afuera, honestamente no supe quiénes eran chilenos y quienes turistas, pero todos, absolutamente todos aguardábamos una señal, algo que nos dijera que el rugido de la tierra no volvería. Luz, agua y gas fueron cortados, por tanto, por seguridad no podíamos volver al interior del edificio, y lo que menos había eran deseos o voluntad por subir los muchos pisos del hotel, o el 16 donde nuestra habitación estaba quién sabe en qué condiciones.

La luz salió, y como dijo Michelle Bachelet, la presidenta de esta sísmica nación, hasta que hubiera claridad se sabría de los daños. Aclaró el sol y nos atrevimos, poco a poquito, a ir subiendo a los interiores de los edificios para ver los hogares, en sus casos; nuestras pertenencias, en los otros casos.

Subimos para hacer las maletas y salir corriendo a quién sabe qué lugar, pero que fuera de una sola planta y cuando terminamos a una velocidad que mi marido dijo: “Nunca te había visto hacer la maleta tan rápido”, llegó la muy, pero muy temida réplica.

No tengo en la memoria el registro de cómo bajamos mi marido y yo los 16 pisos del edificio en el que estuvimos hospedados, a pie y con maletas, pero lo hicimos. Y ya en las calles, un silencio sepulcral. Los ciudadanos chilenos conocieron la timidez este día, conocieron o mejor dicho reconocieron la intromisión y el recuerdo del desasosiego. Y así, mientras que ellos se guardaron ensimismados, nosotros los mexicanos salimos a buscar guarida por piernas.

Los chilenos, eternamente hospitalarios, nos ofrecieron refugio a través del colega de mi marido y su familia. La suegra del compadre de mi esposo nos recibió a desayunar y a tranquilizarnos. “Sí fue serio”, dijo ella luego de haberse presentado como sobreviviente y testigo de cuantiosos terremotos y tsunamis en este lado del planeta.

Eso nos hizo reconsiderar la parsimonia que habíamos encontrado en las calles, parsimonia que contradecía el hecho de que todo negocio —incluyendo las cadenas internacionales de café, donas y cualquier suerte de artículo de conveniencia— había cerrado sus puertas por encontrar sus inventarios y artículos de servicio “patas para arriba”.

Fue al llegar a la casa del arquitecto colega de mi marido que volvimos a ver el televisor para encontrar que Sebastián Piñera, presidente electo de Chile, había aceptado ya el hecho de que los muertos habían superado una centena, que había puentes carreteros colapsados y puentes peatonales absolutamente desmoronados, que el aeropuerto de Santiago había anunciado cierre durante las próximas 72 horas y que las réplicas seguirían viniendo a voluntad de la Pacha Mama (Madre Naturaleza para nosotros).

Les cuento, finalmente, que al llamar a la Embajada de México en Santiago de Chile, la contestadora telefónica amablemente nos informó que por tratarse de horario inhábil estaría cerrada y no tomaría llamadas, mientras que el operador de Aeroméxico nos preguntó: “¿Cuál dice que es el problema con su vuelo?”.

Parece ser que la calma chilena llegó prontamente a estos mexicanos quienes cierran sus puertas porque el temblor llegó en un día que no es hábil, o bien, porque no están enterados que el aeropuerto de uno de sus más promovidos destinos, colapsó.

En tanto, benditos sean los amigos, porque en esta ciudad el transporte público está cancelado, los restaurantes y comercios cerrados, los cajeros apagados, y uno queda a merced de lo que venga, en espera de que este mundo sureño se recomponga.
Ana Guerrerosantos/periodista tapatía.

Michelle Bachelet declara estado de emergencia y toque de queda

La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, anunció un plan de emergencia para ayudar a los dos millones de damnificados por el terremoto de la madrugada del sábado, con cifras oficiales de 714 muertos, y declaró zona en estado de catástrofe a las regiones del Maule y el Bío Bío, las más afectadas, en las que se decretó además el toque de queda.

La medida supone que ambos territorios tendrán autoridades militares y mayores contingentes de tropas y policías.

La primera disposición de la autoridad fue decretar el toque de queda entre las 21:00 horas locales del domingo y las 06.00 horas del lunes, según el general Bosco Pesce, designado jefe de zona del Maule, 300 kilómetros al Sur de Santiago.

En el Bío Bío, a 500 kilómetros de la capital, el cargo será ejercido por el oficial de igual grado Guillermo Ramírez.

En Concepción, capital del Bío Bío, hubo ayer enfrentamientos entre la Policía y vecinos que saquearon un supermercado, desesperados por la falta de agua y víveres.
En materia de abastecimiento, la mandataria anunció un acuerdo con las principales cadenas de supermercados para la entrega gratuita de productos de primera necesidad en el Maule, Bío Bío y algunos sectores de La Araucanía.

Confirmó también que el tráfico aéreo se ha comenzado a normalizar y reiteró, respecto a las ofertas de ayuda internacional, que se hará un catastro de las necesidades del país.

La presidenta Bachelet aseguró que el terremoto de 8.8 grados en la escala de Richter que afectó a Chile el sábado causando al menos 714 muertos es “el quinto más grande en la historia humana” e instó a toda la comunidad, civiles y militares, a ingenieros y arquitectos, entre otros, a colaborar en las tareas de reconstrucción, tras esta “emergencia sin parangón” que ha sufrido el país.

“El esfuerzo del Gobierno es para que la ayuda llegue del modo más efectivo, como ya lo dijo la presidenta”, dijo el responsable de las finanzas chilenas.

Mientras, las regiones del Sur seguían sin agua potable, electricidad ni combustibles, con las comunicaciones afectadas por frecuentes cortes y con episodios de saqueos, la vida en Santiago empezó a dar señales de normalidad.

Los servicios básicos se van restableciendo paulatinamente, algunas tiendas han reabierto sus puertas, el ferrocarril subterráneo ha comenzado a circular y también, aunque en menor medida, el transporte de superficie, y el aeropuerto de Santiago ha recibido su primer vuelo desde el terremoto, operado por la compañía LAN y procedente de Perú.

En tanto, el presidente electo de Chile, Sebastián Piñera, estimó en 30 mil millones de dólares el costo de la reconstrucción tras el terremoto, cifra que equivale a 15% del Producto Interno Bruto (PIB).

Las grandes diferencias entre los sismos de Haití y Chile

Naturaleza de las fallas y del epicentro, respeto de las normas antisísmicas, preparación de la población: por numerosas razones las pérdidas de vidas humanas en los sismos de Chile y Haití no son comparables, a pesar de que el temblor fue mucho más fuerte en la nación andina.

El epicentro del sismo que sacudió Chile en la madrugada del sábado, en el que murieron al menos 714 personas, se situó a 115 kilómetros de Concepción, la segunda  ciudad más poblada del país y a 325 kilómetros de la capital, Santiago.

Con una magnitud de 8.8, este terremoto, uno de los más potentes del siglo, tuvo una fuerza 501 veces superior al que asoló Haití el 12 de enero, de magnitud 7.0.

Sin embargo en Haití, el país más pobre de América, donde el epicentro se situó a tan sólo 25 kilómetros de la capital, Puerto Príncipe, el terremoto dejó más de 220 mil muertos y un millón de sin techo.

Geológicamente, las dos sacudidas, así como la que se produjo el sábado en el Sur de Japón sin causar daños, no tienen relación, ya que las rupturas se produjeron en fallas distintas, afirman los expertos.

Guía

Para conocer los terremotos

¿Cuál fue la diferencia entre los sismos de Haití y Chile?

En Haití, la poca profundidad del temblor, a unos 25 kilómetros en la corteza terrestre, multiplicó la violencia de las vibraciones y amplificó los daños en la superficie del suelo. En Chile, sin embargo, el sismo ocurrió a 35 kilómetros bajo el océano, lo que amortiza el choque, pero hace temer un importante tsunami.

¿Chile estaba más preparado para un temblor que Haití?
La diferencia entre ambos temblores “no se debe solamente a que el epicentro del sismo en Haití estaba más cerca de Puerto Príncipe, sino también a que Chile se encuentra mucho mejor preparado que Haití frente a una sacudida telúrica de esta magnitud y de esta intensidad”, afirmó a la Agencia France Presse Roger Bilham, profesor de geología de la Universidad de Colorado.

¿Chile padece más actividad sísmica?
Chile se encuentra en una de las zonas de mayor actividad sísmica del mundo, con la convergencia de dos grandes placas tectónicas que provoca sismos de magnitud 8 cada 10 años aproximadamente. Haití, sin embargo, no había conocido un terremoto tan catastrófico en la región de Puerto Príncipe desde  hacía 240 años.
Es precisamente en Chile donde tuvo lugar el 22 de mayo de 1960 el mayor terremoto jamás registrado, el sismo de Valdivia, de magnitud 9.5 y en el que murieron dos mil personas.

¿Los reglamentos de construcción evitaron una mayor destrucción?
Según la empresa estadounidense EQECAT, especializada en la estimación de riesgos, el hecho de que Chile hubiese establecido a gran escala normas de construcción antisísmicas “disminuyó el potencial de destrucción”.
Parece que los daños causados por el terremoto en Chile “son mucho menores que en Haití”, indicó en un comunicado la organización Architecture for Humanity.

Chilenos protestaron en el aeropuerto Benito Juárez al no poder volar a su país

Francisco Sepúlveda, Cónsul de Chile en México, habló con los chilenos que se quedaron varados en el aeropuerto “Benito Juárez” de la Ciudad de México, pues los vuelos a Santiago estuvieron suspendidos ayer.

En la Ciudad de México, el presidente Felipe Calderón expresó que Chile “cuenta con todo el respaldo de México y de los mexicanos en estas horas difíciles” en referencia al sismo que sacudió el sábado al país suramericano.

En tanto, miles de chilenos varados en diferentes partes de Argentina, buscaban cruzar a su país para saber la salud de sus familiares y bienes, al colapsarse las redes de comunicación.

Mientras, el Gobierno de Estados Unidos pidió a sus ciudadanos evitar viajar a Chile.

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