Lula y Preval delinean estrategia para refugiar a damnificados del sismo

PUERTO PRÍNCIPE, HAITÍ.- Cerca de un millón de haitianos que viven en la calle tras el terremoto del pasado 12 de enero serán realojados en pequeños campamentos y no en grandes refugios, como se había proyectado, anunciaron hoy el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y su homólogo haitiano, René Preval.

Lula da Silva y Preval asistieron hoy en Puerto Príncipe a la firma de varios acuerdos bilaterales en materia de educación y agricultura y, tras el acto, el mandatario brasileño indicó que con los pequeños campamentos se evitarán los tumultos que podrían originarse en grandes áreas.

Preval, por su parte, precisó que aunque la intención inicial era ubicar a estas personas en grandes extensiones, se ha comprobado que la gente quiere permanecer cerca de su lugar de residencia, por lo que se van a habilitar pequeñas áreas en las que se dará albergue a entre 50 y 100 familias.

Lula llegó hoy a Haití, procedente de Cuba, en su tercera visita al país caribeño, con la que el Gobierno brasileño quiere demostrar que su compromiso con el país antillano, donde por lo menos 217.000 personas murieron en el sismo de enero, no es circunstancial.

El encuentro se celebró en la sede del batallón brasileño en la Misión de Naciones Unidas para la estabilización de Haití, que lidera Brasil, donde Lula da Silva presenció un desfile militar.

El mandatario brasileño, quien se mostró partidario de condonar la deuda del país caribeño, insistió en la importancia de "reforzar al Gobierno de Haití, legítimamente elegido" y de destinar fondos de apoyo presupuestario al Ejecutivo, tal como se acordó esta semana en una reunión de los países de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).

"Es el Gobierno de Haití el que debe decir lo que hay que hacer, dónde hay que hacerlo y cómo hay que hacerlo", señaló el gobernante, quien también subrayó la necesidad de favorecer la creación de nuevas líneas de crédito para generar empleo con el apoyo de los organismos financieros multilaterales.

"Las cosas en Haití son mucho más graves de lo que la gente se imagina", aseveró Lula, quien se mostró convencido de que "los hombres y las mujeres de Haití saldrán con la cabeza erguida y muchas más fuerzas" del trance que atraviesan en la actualidad.

El Gobierno brasileño, por su parte, hará "todo lo posible" por ayudar a Haití, siempre de acuerdo con su Gobierno, expresó.

El presidente haitiano agradeció el apoyo de Brasil que, recordó, se remonta al año 2004, cuando se instaló en el país la actual misión de la ONU, liderada por este país, y se mostró convencido de que ese apoyo se mantendrá en adelante "a la medida de los desafíos" que el país caribeño afronta.

El gobernante reiteró que Haití debe ser "refundado" y convertirse en un país "más justo y más social", donde la salud y la educación no se concentren en la capital, sino que lleguen a todos los ciudadanos, sin importar en qué zona del país se encuentren.

Preval, quien consideró el terremoto del pasado 12 de enero como "el más destructivo que la humanidad ha conocido", destacó también la importancia de reforzar la agricultura, de modo que los haitianos puedan desarrollar sus propios cultivos y el comercio local, con una menor presencia de las importaciones alimentarias.

El mandatario caribeño agradeció también el apoyo de Brasil a un "importante proyecto" destinado a suministrar energía eléctrica y regadío en el departamento de Artibonite (oeste).

Los Gobiernos de ambos países firmaron, además, acuerdos sobre abastecimiento de agua, apoyo a la producción agrícola y desarrollo de programas de estudios para jóvenes haitianos en Brasil.

Con su visita, Lula se suma a otros presidentes que también han pasado por la nación antillana tras la catástrofe, como el dominicano Leonel Fernández, el ecuatoriano Rafael Correa, el francés Nicolás Sarkozy, y la chilena Michelle Bachelet.

Tras finalizar sus actividades en Haití, Lula tiene previsto partir con destino a El Salvador, siguiente etapa de su viaje.