Le Monde cuestiona capacidad de Berlusconi ante crisis en Italia

PARÍS, FRANCIA (04/AGO/2011).- Los temores por la crisis en Italia aumentan por la desconfianza de los mercados en la autoridad y capacidad de actuar del primer ministro Silvio Berlusconi, cuyo interés parece ser mantenerse hasta el final de su mandato en 2013, indicó Le Monde.  

En su editorial '¿El problema italiano? Silvio Berlusconi', el periódico francés comentó la actitud del jefe de gobierno italiano ante la situación financiera de su país, que se ha convertido ya en el eslabón débil de Europa después de Irlanda, Grecia, Portugal y España.  

Después de semanas de silencio, Berlusconi se esforzó la víspera por calmar esta inquietud ante las dos cámaras del Parlamento, donde aseguró que los fundamentos económicos del país son sólidos. Pero eso 'es falso', apuntó el diario.  

Berlusconi debe ahora afrontar una tempestad quizá más temible que otras previas, pues el déficit presupuestario de su país arrastra una deuda colosal de aproximadamente 120 por ciento del Producto Interno Bruto.  

Pero la desconfianza de los mercados se alimenta con las dudas bien comprensibles sobre la autoridad política y la capacidad para actuar de Berlusconi, su gobierno y su mayoría, por lo cual se considera ya en Italia y en Europa que el 'problema italiano es él mismo'.  

El primer ministro italiano quedó desacreditado por sus 'travesuras sexuales' y recientemente por señalamientos de fraude y corrupción, lo cual fue evidente en las derrotas electorales en las pasadas elecciones municipales y en tres consultas nacionales.  

'Gravemente debilitado, Berlusconi no parece estar ya en condiciones de responder eficazmente a la desconfianza de los operadores financieros. Prueba de ello es la falta de propuestas en su discurso de la víspera', puntualizó el rotativo.  

Para Le Monde, el primer ministro italiano parece consagrar toda su energía a mantenerse hasta el final de su mandato en 2013, sin preocuparse del riesgo que corre Europa, pero es probable que los mercados no tendrán la misma paciencia de los italianos.