YUBA, SUDÁN DEL SUR (21/FEB/2017).- El Gobierno del presidente sursudanés, Salva Kiir, aseguró que la hambruna que sufre el país es culpa de los rebeldes y no de las autoridades, dijo hoy a Efe el portavoz presidencial Ateny Wek Ateny.El Gobierno "no es responsable de la hambruna en el país, sino es culpa de los rebeldes y su líder, Riek Machar, después de aterrorizar a los ciudadanos y empujarlos a desplazarse de sus zonas" de origen, señaló Ateny.Varias agencias de la ONU alertaron ayer de que unas 100 mil personas sufren hambruna y otro millón está a punto de padecerla en varias zonas de Sudán del Sur debido a la guerra y al colapso de la economía.Por su parte, el experto sursudanés Peter Chan dijo a Efe que la situación alimentaria en Sudán del Sur no mejorará sin llegar a "una paz completa" en el país, escenario de un conflicto armado desde diciembre de 2013.Chan consideró que el desplazamiento por la violencia ha causado la crisis alimentaria en el país, donde la mayoría de las personas trabajan en la agricultura y la ganadería, sectores que requieren estabilidad, según el experto.Asimismo, destacó que los desplazados que llegaron a la región de Bahr al Gazal (noroeste) desde zonas de conflicto han acabado abandonando el país hacia Sudán, después de que escaseara la comida en esa área.La hambruna ha sido declarada en varias partes del Estado de Unidad, en el norte del país africano, donde se estima que el número de personas que pasan hambre aumentará a 5.5 millones el próximo julio si no se hace nada para solucionar la crisis alimentaria.Unos 4.9 millones de personas, más del 40 % de la población sursudanesa, necesita urgentemente alimentos, según el índice que mide la inseguridad alimentaria en una escala de cinco niveles (IPC, por sus siglas en inglés), según el Gobierno, la ONU y otras organizaciones humanitarias.Estas han denunciado recientemente el acoso del Gobierno que "obstaculiza" la llegada de ayuda humanitaria a zonas del Estado de Alto Nilo (noreste) y la región ecuatorial (sur), donde se desarrollan enfrentamientos entre los rebeldes y las fuerzas gubernamentales.Los tres años de conflicto han dañado gravemente la producción de cultivos, mientras que el aumento de la inflación (de hasta el 800 % anual) y los fallos del mercado han golpeado lugares que dependían del comercio para abastecerse de alimentos.