Lunes, 25 de Noviembre 2024
Internacional | Aseguran que el Ejército sirio utilizó algún tipo de ''sustancia'' química el día 21

Expertos de la ONU toman muestras

El enviado especial Lajdar Brahimi aseguró que el Ejército sirio utilizó algún tipo de ''sustancia'' química el día 21

Por: EL INFORMADOR

DAMASCO, SIRIA (29/AGO/2013).- Los expertos de la ONU tomaron ayer muestras de sangre, orina y pelo a las víctimas del ataque cometido supuestamente con armas químicas cerca de Damasco y que los occidentales atribuyen al régimen sirio, según videos difundidos por los rebeldes. Esto, el mismo día que el enviado especial de la ONU y la Liga Árabe, Lajdar Brahimi, reconoció que algún tipo de “sustancia” fue usada en el ataque en los suburbios de Damasco, pero advirtió que cualquier acción militar debe ser aprobado por el Consejo de Seguridad.

“Procedimos a extraer muestras de sangre, de orina y de pelo”, explica uno de los inspectores a un hombre sirio en lo que parece ser un hospital de campaña instalado en una localidad de Guta oriental, al este de Damasco.  

En esta región y en Guta occidental es donde los países de Occidente acusan al Ejército sirio de haber llevado a cabo un ataque con armas químicas el pasado 21 de agosto por el que se muestran dispuestos a iniciar una posible acción militar contra el régimen.  

Según la oposición, cientos de personas murieron en el ataque. El régimen sirio niega estas acusaciones y asegura que “nunca ha utilizado armas químicas”.

En el video difundido por rebeldes puede verse al inspector y a un hombre sirio ante una cama en la que hay un paciente tumbado al que una enfermera saca  sangre.  

— ¿Tomaron muestras de los cadáveres?— pregunta el hombre sirio.

— No es necesario, lo hicimos en los vivos— responde el experto hablando en  árabe.  

— ¿Es suficiente para el diagnóstico?— insiste el interlocutor.  

— Sí, es suficiente, el test puede dar positivo incluso después de semanas”—, responde el inspector.  

Los expertos reanudaron su misión ayer, después de que el martes tuviera que ser suspendida por razones de seguridad. El lunes, visitaron Muadamiyat al Sham, una de las principales ciudades de  Guta occidental, donde, según la ONU, recogieron muestras a pesar de los  disparos de desconocidos contra su convoy al principio de la visita.  

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, afirmó ayer que los  expertos necesitan cuatro días para acabar su trabajo sobre el terreno y que, a  continuación, harán los análisis científicos y presentarán un informe al  Consejo de Seguridad de la ONU.  

DENUNCIA

“Escudos humanos”


La Coalición Nacional Siria, el mayor grupo opositor, denunció que el régimen sirio retiene a numerosos presos políticos y civiles cerca de bases castrenses, probables objetivos de una eventual operación militar internacional.

Señaló que estas prácticas demuestran “un uso peligroso de los civiles como escudos humanos durante los conflictos armados”.

• ANÁLISIS

¿Hasta dónde llegará Estados Unidos?

Enrique Toussaint
(periodista)

Las intervenciones militares sirven, en gran medida, para diseñar las condiciones para negociar en mejores circunstancias. “La guerra es la continuación de la política por otros medios”, escribió alguna vez el prusiano Carl Von Clausewitz. En el caso del conflicto interno que tiene atrapada a Siria desde poco más de dos años y que ha cobrado más de 100 mil vidas, la utilización de armamento químico, lo que viola la Convención sobre Armas Químicas de 1993 —que deja muy en claro que está prohibido producir, almacenar o distribuir armamento químico—, se convirtió en “la gota que derramó” el vaso de la tolerancia de Occidente hacia el régimen de Bashar al Assad.

La diplomacia de Estados Unidos, incluso su presidente Barack Obama, ha mandado el mensaje de que el objetivo de una intervención “inminente”, es desmantelar las instalaciones de donde se utilizaron los armamentos químicos dentro de los combates internos del pasado 21 de este mes. Incluso, el “The New York Times” especula que la intervención norteamericana, a través de la Organización para el Tratado del Atlántico Norte (OTAN), con los apoyos firmes de Gran Bretaña y Francia —miembros del Consejo de Seguridad de la ONU— podría durar “entre dos y tres días”, y el objetivo no es el armamento químico, ya que los impactos sociales y ambientales serían terribles, sino las instalaciones del régimen diseñadas para ejecutar este tipo de ataques.

El movimiento de los buques norteamericanos en el Mediterráneo es un signo de preparación para atacar 50 puntos específicos que liquidarían la capacidad del régimen sirio para utilizar sus armas químicas. Según cuentan versiones cercanas al Departamento de Defensa norteamericano, y publicadas por el diario neoyorquino, el ataque de Estados Unidos, con aliados, a territorio sirio será limitado y no busca la cabeza de Al Assad. Las armas a utilizarse serán misiles Tomahawk o de crucero. Son misiles de largo alcance, pero sin la letalidad de otro tipo de armamento.

Y es que al final, como dijera hace dos siglos Von Clausewitz, el objetivo de Estados Unidos es que el régimen sirio saque su bandera blanca en señal de paz. De la misma forma que sucedió en Libia, Washington no confía a plenitud en los rebeldes, ya que son de origen heterogéneo y no necesariamente defienden un modelo de democracia liberal, libre mercado y buena relación con Occidente. Al interior de la oposición, coexisten grupos de todo tipo que van desde el radicalismo islámico hasta viejos aliados del régimen sirio. Israel ya se manifestó en contra de una operación limitada que, desde su punto de vista, “sólo generaría más inestabilidad”. En Tel-Aviv lo tienen claro: Al Assad debe caer.

A pocas horas de lo que parece ser un conflicto inevitable, en Washington afirman tener las pruebas suficientes para justificar una intervención de esta naturaleza. Justo una década después de la polémica guerra en Iraq, el fantasma de la ilegitimidad sigue presente. Sabe el Pentágono que las pruebas deben ser indebatibles y que aun así, en un escenario de crisis económica, las intervenciones militares no son populares. Según YouGov, en Gran Bretaña, dos de cada tres están en contra de que su país intervenga en este conflicto.

El ataque de Estados Unidos, y quien se sume de la OTAN, luce inminente, por ello la única pregunta que queda es: ¿qué tan lejos llegará Washington? ¿Aprendió algo de Iraq?

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