Viernes, 18 de Octubre 2024
Internacional | Mañana, segunda vuelta en las elecciones presidenciales

El voto de castigo abre una puerta hacia la nueva Francia

El regreso de la izquierda al gobierno parece posible, según los sondeos, por la ventaja que Hollande mantiene sobre Sarkozy

Por: EL INFORMADOR

Simpatizantes colocan carteles de Nicolas Sarkozy y François Hollande en París. .AFP  /

Simpatizantes colocan carteles de Nicolas Sarkozy y François Hollande en París. .AFP /

PARÍS, FRANCIA (05/MAY/2012).- Hollande y Sarkozy terminaron sus campañas clamando a los electores la preferencia de su voto este domingo. El último sondeo favorece al socialista con 52%, frente a 48% para el actual presidente francés, quien busca la relección.

La inadecuada conducción de la economía parece que le cobrará factura al mandatario. Cuando llegó al poder en 2007, el presidente Nicolas Sarkozy parecía el hombre idóneo para dinamizar la aletargada economía mediante sus promesas de ruptura con el pasado. Pero cinco años después, cualquier optimismo generado por su victoria ha cedido el paso a la desesperanza y las recriminaciones.

Ahí es donde François Hollande ha sabido capitalizar simpatías con la promesa de poner solución al tema económico y hacer de Francia un país líder en Europa con un esquema que rompa el modelo actual en el Viejo Continente.

La encuesta publicada por la revista Paris Match mantiene en cabeza a Hollande, que en la primera vuelta del 22 de abril alcanzó el 28.63 % de los votos frente al 27.18 % de Sarkozy. Ese sondeo da al socialista un respaldo del 52%, por 48% del mandatario emanado del conservador partido Unión por un Movimiento Popular (UMP).

Esos cuatro puntos de diferencia suponen la menor distancia que ese sondeo diario otorga al candidato conservador, aunque se hizo antes del debate televisado del pasado miércoles y del anuncio del centrista François Bayrou, antiguo aliado de Sarkozy, de que votará por el socialista.

Otros cuatro sondeos publicados ayer también confirmaron la ventaja del socialista, aunque con Sarzkoy tras él a menor distancia que en los precedentes: Hollande alcanzaría un 53.5 % en el mejor de los casos y el conservador 47.5 % también en su mejor resultado.

En otras palabras, hay una reducción de entre dos y cuatro puntos respecto a sondeos realizados al día después de la primera vuelta el 22 de abril.

Candidato preocupado

Por eso Hollande quiso presentarse en su última intervención televisada, en Canal Plus y menos de cinco horas antes del cierre de la campaña, como “preocupado” por esa preferencia que le dan los sondeos. “Me preocupan en ambos casos: si son malos, porque deprimirán a los electores potenciales, y me preocupan si son buenos porque puedo pensar que pueden desmotivar. Así que sólo tengo un llamamiento: vótenme”.

Por su parte, Sarkozy aseguraba en otra cadena de televisión y a la misma hora, que “cada voto va a contar” para derrotar a su rival. “Los sondeos no son lo que cuenta, sino lo que van a decidir los franceses”.

Y argumentó sus dichos: “Hay una diferencia entre François Hollande y yo, y es que él no tiene el peso del país sobre sus espaldas. ¿Cree usted que yo, como presidente de la República, del G20, del G8, podía meter a Francia en campaña electoral durante un año? Era absolutamente imposible. Tengo un deber de Estado”, se justificó Sarkozy cuando se le preguntó por el tiempo que ha hecho campaña.

Descarta negociaciones

En otro tema, Hollande aseguró en sus últimos mensajes al electorado que no trató con el centrista François Bayrou (Movimiento Democrático) sobre el inesperado apoyo que éste le lanzó.

“No hablé con él”, declaró Hollande, quien aseguró que “no hubo negociaciones sobre la constitución de no sé qué alianzas”, en respuesta a las conjeturas sobre un posible acuerdo entre los dos políticos que circulan en los medios franceses desde que se conoció la opción del líder del MoDem, derrotado en la primera vuelta.

FRENTE A FRENTE
Principales propuestas de campaña

François Hollande

Si es presidente, enviará un memorándum a los jefes de Estado de la Zona Euro sobre el acuerdo de disciplina presupuestaria (pacto fiscal), donde propondrá  la emisión de eurobonos destinados a financiar proyectos de infraestructura y un impuesto a las transacciones financieras.

Liberar más posibilidades de financiamiento del Banco Europeo de Inversiones (BEI).

Creación de un impuesto a las transacciones financieras en la Eurozona.

Movilización de los remanentes de los fondos estructurales europeos, hoy inutilizados, para proyectos.

Prometió una relación de confianza con Estados Unidos.

Confirmó el retiro de las tropas francesas de Afganistán hasta fin de año.

Abogó por relaciones más equilibradas con China y manifestó el deseo de que el yuan (la moneda china) sea convertible.

Nicolas Sarkozy

Trabajo, responsabilidad y autoridad, son los ejes de su propuesta, los mismos que le llevaron al Elíseo hace cinco años, cuando logró presentarse como el candidato de la ruptura, pese a haber estado en el Gobierno de forma casi ininterrumpida durante el quinquenio anterior.

En materia económica prometió la reforma de las negociaciones colectivas, una “revolución” en el cobro del subsidio de desempleo a cambio de formación obligatoria y la mejora de la competitividad empresarial mediante la bajada de los impuestos societarios compensados con una subida del impuesto del valor añadido.

Propuso una negociación en el seno de cada empresa, con el fin de dar una mayor flexibilidad a las sociedades para que puedan adaptarse a los ciclos económicos.

En políticas sociales, se situó en el extremo opuesto al candidato socialista, al declararse en contra del matrimonio homosexual y de la eutanasia.

TELÓN DE FONDO
Los pecados del presidente


Las expectativas de los franceses pasaron del gozo al pozo en cinco años.

Así se pude resumir la administración del presidente Nicolas Sarkozy, quien rema contra la corriente en busca de una segunda oportunidad y sabrá este domingo si es elegido para un mandato más.

Sarkozy llegó al poder en 2007, con promesas de ambiciosas reformas económicas y laborales que sacarían a Francia del marasmo económico y la harían competitiva con las economías emergentes del mundo. Su primer ministro François Fillon, aseguró que había una “oleada de crecimiento”, y el propio Sarkozy pidió a los votantes juzgarlo por su capacidad de cumplir aquellas promesas.

Cinco años después, al final del primer periodo de Sarkozy, el crecimiento se ha frenado, el desempleo ha llegado a 10% y la deuda nacional se ha disparado a 85% del Producto Interno Bruto.

Algunos planes de reforma de Sarkozy han sido afectados por factores externos. Primero estuvo el frenazo económico global derivado de la crisis financiera en Estados Unidos, en 2008. Pero son los problemas de deuda de la eurozona —de la que Francia es la segunda mayor economía después de la alemana— los que han distraído más a Sarkozy de su agenda interna.

“Nicolas Sarkozy entró al Palacio del Eliseo como un reformista enérgico y dispuesto”, escribió en marzo el Instituto Tomás Moro, un centro investigación con sede en París y en Bruselas. “La crisis lo ha transformado en un bombero”.

Europa ha lidiado con una crisis de deuda en algunos países durante casi tres años, y ello ha planteado el riesgo de una fragmentación del bloque monetario.

Tres países —Grecia, Irlanda y Portugal— han requerido ya paquetes de rescate ante los niveles insostenibles de deuda.

Hay ahora preocupaciones de que dos economías mucho más grandes, la española y la italiana, caigan en la misma situación y busquen un rescate, que a juicio de muchos, la Eurozona no podría costear.

A fin de recuperar la confianza y abatir a niveles manejables los costos de préstamo de los miembros de la eurozona, 24 países en Europa, encabezados por Sarkozy y Merkel, han accedido a un “pacto fiscal”, diseñado para fijar un tope en los déficit del Gobierno. Ello ha implicado una serie de medidas de austeridad en Europa, en forma de despidos, reducciones salariales para los trabajadores estatales, rebaja en el presupuesto para programas sociales y aumento de los impuestos y cuotas con el fin de elevar los ingresos del gobierno.

Sin embargo, parece haber pocas evidencias de que Francia predica con el ejemplo.

El país no cuenta con un presupuesto equilibrado desde hace más de tres décadas. Y durante los cinco años de la administración de Sarkozy, su déficit aumentó a 5.7% del PIB, respecto de 2.3% que representaba al comienzo.

FICHA TÉCNICA

Pormenores de  los comicios


 Los franceses eligen directamente a su presidente y a los miembros de la Asamblea Nacional, la Cámara Baja del Parlamento de 577 asientos, cada cinco años.

Hay 46,03 millones de votantes registrados, según el Ministerio del Interior, que actualizó sus cifras después de la primera ronda de las elecciones presidenciales de este año.

FRASES

"
Les pido a los franceses que le den al ganador todos los medios para actuar "

François Hollande,

 candidato del Partido Socialista.

"La cuestión no es Sarkozy u Hollande, es: ¿qué futuro para nuestro país "

Nicolas Sarkozy,

 candidato presidencial de la Unión por un Movimiento Popular.

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