Internacional | François Hollande enfrenta un dilema El hombre sereno que llega a la Francia turbulenta François Hollande enfrenta un dilema: promover reformas que lastiman a su electorado o nadar a contracorriente de los designios alemanes Por: EL INFORMADOR 14 de mayo de 2012 - 01:58 hs EN LA MIRA.- Cada acción que tome el presidente electo François Hollande, será observada por la comunidad internacional. REUTERS / PARÍS, FRANCIA (14/MAY/2012).- La vuelta de los socialistas al Eliseo aún es un enigma. ¿Qué izquierda regresa a la presidencia francesa? La izquierda estatista anclada en los pesados derechos de los trabajadores, defensora implacable del modelo de seguridad social galo; o una izquierda con otros tintes, reformista y abierta al mercado. La moneda sigue en el aire. Lo cierto es que los mercados identificaron la asunción de François Hollande como una señal equivocada dentro del contexto europeo. Tras un año donde la austeridad y el recorte presupuestal surgían como las únicas opciones para que Europa dejara atrás la crisis, la llegada de Hollande reconfigura por completo los equilibrios del mapa político europeo. La frase: “no más austeridad” comienza a ser enunciada en todos los puntos cardinales de Europa, y Hollande se puede convertir en el nuevo contrapeso a nivel continental, un personaje capaz de llevar otra agenda a las instituciones europeas. El primer paso El principal dilema que enfrenta Francia es cómo reconciliar un modelo de prestaciones sociales con alta participación del Estado y la reducción del déficit fiscal. No es una fórmula sencilla de conjugar; por un lado, Nicolas Sarkozy, presidente conservador saliente, intentó hacer ciertas reformas al sistema de seguridad social que automáticamente mandaron a la calle a miles de trabajadores y abrieron el panorama para la vuelta de la izquierda al poder. Una de las reformas fue el aumento de la edad de retiro, de los 60 a los 62 años, lo que ocasionó un huracán de protestas en toda Francia. Por otro lado, Sarkozy también impulsó ciertos modelos que descentralizaban algunas responsabilidades sociales del Estado, lo que también provocó amplia oposición y descontento. Hollande fue firme en la campaña: el déficit no se resuelve diluyendo prestaciones sociales, sino aumentando impuestos a empresas y a las familias más adineradas de Francia. La propuesta fue bien recibida por una clase media francesa que teme recortes en transporte público, educación y salud, aunado a la sospecha del trato preferencial en materia fiscal que reciben los hombres más adinerados. Sin embargo, la Unión Europea y otras instancias como el Fondo Monetario Internacional, han recomendado al recién electo presidente que no se aparte de la ola de austeridad que ha imperado en el continente. El pacto fiscal La relación con Alemania también puede atravesar por un periodo de poco entendimiento. La Unión Europea está sustentada en los acuerdos franco-germanos, esta alianza constituye la raíz del funcionamiento del sistema de integración. Existen profundas diferencias entre Angela Merkel y Hollande, al grado de que la canciller alemana le ha recordado a su contraparte que el pacto fiscal europeo “no es negociable”. De la misma manera, las diferencias entre ambos se proyectan a temas como la puesta en marcha de un sistema de bonos a nivel continental o la consolidación de una base fiscal netamente europea. Así, una Alemania distanciada de las posiciones políticas de Francia, sería un escenario de incertidumbre que lastima los caminos de salida de la crisis de la Unión. El margen de maniobra del nuevo presidente está estrechamente vinculado a la composición de la Asamblea Nacional. Si Hollande no logra mayoría en la Cámara, una alianza con la Unión por un Movimiento Popular de Sarkozy, o en el extremo con el Frente Nacional, su capacidad de echar atrás algunos acuerdos firmados por el actual presidente sería prácticamente inexistente. La migración es otro tema que desata polémicas. El crecimiento electoral del ultraderechista y xenófobo Frente Nacional, es un mensaje de que Francia vive una etapa de poca tolerancia hacia la migración. La candidata de este partido, Marine Le Pen, llegó a proponer incluso dar la espalda al Acuerdo de Schengen que constituye el marco normativo que permite el libre flujo de personas al interior de las fronteras europeas. En la medida en que un país entra en niveles más severos de crisis económica, el reclamo por una política cerrada en materia migratoria crece aceleradamente. En este tema, la posición del Partido Socialista no ha sido sólida, al grado de rehuir a discutir políticas públicas concretas. ANÁLISISLa excepcionalidad francesa Enrique Toussaint (periodista) No es la primera vez que los franceses se levantan ante la marcha europea. Es fácil recordar que fue precisamente Francia quien golpeó de muerte a la constitución europea en 2005; también fue la Francia de Charles de Gaulle, la que se entercó en darle la espalda a las instituciones europeas y casi institucionalizar “la silla vacía”; y para añadirle más fuerza a este afán autonómico de los franceses, podemos traer a la memoria a aquellos ímpetus de Sarkozy por limitar el Tratado Schengen de libre movilidad al interior de la Unión Europea. A diferencia de Alemania, el compromiso francés con la Unión Europea cambia recurrentemente, es mucho más reflejo de equilibrios políticos internos que una vocación estatal irrenunciable. Ahora Francia encabeza a la “otra Europa”. La izquierda cansada de los recortes y la austeridad, esa izquierda carente de voz en los últimos años, y que ha tenido que seguir las pautas de Berlín ante los escenarios catastróficos que se aproximan sobre el continente. Esa izquierda que ha tenido que renunciar a su impulso estatista por un planteamiento de mercado suavizado; que ha tenido que dar marcha atrás a los programas de seguridad social en nombre de la flexibilidad laboral y la apertura de mercados. Esta “otra Europa” es simplemente la guarida muda de la socialdemocracia, una tradición sumamente europea que se debilita a partir de 2007 y que termina en el naufragio tras la derrota de los socialistas en España. Sin embargo, el dilema a un día de la toma de protesta de François Hollande como el primer presidente socialista de Francia desde Mitterrand, es: ¿Se puede apostar por el Estado Bienestar clásico europeo en un entorno de tanta incertidumbre económica? ¿Cómo ejercerá su liderazgo a nivel europeo, a través de la subversión de los acuerdos fiscales o proponiendo una suavización del modelo de salida de la crisis? Tocando el primer punto, el programa de Hollande augura una nueva era fiscal en Francia. El socialista ha negado la posibilidad de aumentar impuestos a la población en general, aunque ha sido enfático en la necesidad de incrementar significativamente las aportaciones del 20% más rico de Francia y ser más eficaces en la recaudación de las empresas. La clase media sigue siendo un universo nebuloso para Hollande. Un sistema impositivo ultraprogresista aparece en el escenario francés, muy al estilo de naciones como Suecia, Noruega o Finlandia. En el segundo dilema está el debate, a pesar de la fuerza que tiene Francia al interior de la Unión Europea, su liderzago se enfrentará con múltiples obstáculos. Alemania, España, Portugal, Italia e Irlanda, que reúnen 70% del Producto Interno Bruto (PIB) de Europa, han encontrado en la austeridad fiscal una salida consensuada a la crisis. La Comisión Europea, dirigida por el portugués conservador José Manuel Durao Barroso, y el parlamento de Europa, controlado por el Partido Popular, son dos instancias ineludibles que cuentan con mayorías de grupos vinculados a la derecha europea. Así, el liderzago de Francia tiene que estar sustentado en su capacidad para posicionar agenda, para proponer alternativas que se alejen de la austeridad draconiana y fungir de contrapesos reales a una Alemania hegemónica y sin voces alternativas; una Francia antiinstitucional y neogaullista sería una tragedia en las condiciones actuales de Europa. Así, Europa urge de la Francia de Jacques Delors y no de la Francia de Charles de Gaulle. RELACIÓN BILATERALSocialistas quieren contrarrestar a MerkelPARIS, FRANCIA.- El Socialismo francés afirmó que los planes de austeridad están empujando a la Unión Europea a la ruina económica, e instó a Alemania a aceptar cambios en el presupuesto, creando tensiones pocos días antes de que el presidente electo, François Hollande, viaje a Berlín. Hollande, quien jurará como presidente el 15 de mayo, visitará poco después de la ceremonia a la canciller alemana, Angela Merkel, en su primer viaje al extranjero programado para la continuidad de las relaciones. Merkel dijo que del viaje no saldría ninguna decisión política y ambos líderes lo han descrito como un encuentro de bajo perfil para conocerse y compartir puntos de vista sobre la situación europea antes de una cumbre de líderes a fines de junio. Pero el partido de Hollande, que podría contar con el apoyo de los verdes y la extrema izquierda para gobernar, subió la apuesta y la presión sobre el nuevo presidente para actuar rudo vilipendiando el liderazgo de Merkel y poniendo en evidencia la necesidad de reconsiderar el pacto. “Ella (Merkel) no puede ser la única que decida el destino de Europa sobre la base de intereses alemanes”, dijo el portavoz del partido socialista, Beno Fit Hamon. Reuters LO QUE VIENEPosiciones de HollandeA)Relación con Alemania No de subordinación, sino de contrapeso. Encabezar el resurgimiento de la socialdemocracia. Proponer otra salida de la crisis que no sea simplemente la austeridad y la contención del gasto público. B) Sistema de seguridad social Evitar la disminución de las prestaciones sociales de los franceses. Seguir con los pesados gastos en materia educativa y sanitaria. Echar atrás la reforma de pensiones de Sarkozy. C) Política fiscal Más impuestos a ricos y a empresas con altas ganancias. No aumentos en IVA o ISR a las clases bajas. D) Migración Seguir en los términos que plantea el Acuerdo Schengen. No endurecer la política migratoria. E) Empleo Más intervención del Estado para generar empleos. Empleos con alta carga de seguridad social. No buscar modelos de trabajo temporal o con flexibilidad en los aportes de seguridad social. Incentivos para que se generen empleos a través de recortes de cuotas que asume el Estado. Temas Europa Francia Elecciones Francia Lee También Accidente en estación de esquí en España deja al menos 17 heridos graves El INE denunciará campañas anticipadas de aspirantes al PJ Encuesta revela qué países son más pesimistas ante el regreso de Trump ¿A qué hora es la toma de posesión de Donald Trump y dónde verla? Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones