Sábado, 30 de Noviembre 2024
Internacional | Tras el S-11, l gobierno de Fox se desentendió de ayudar a los migrantes afectados

“El gobierno de México como siempre llegó tarde”

Tras los atentados del S-11, el director de la Asociación Tepeyac de NY, asegura que brindaron ayuda a la comunidad mexicana afectada

Por: SUN

Magallán recuerda que reprochó a Fox en público su falta de apoyo a las víctimas. EL UNIVERSAL  /

Magallán recuerda que reprochó a Fox en público su falta de apoyo a las víctimas. EL UNIVERSAL /

CIUDAD DE MÉXICO (04/SEP/2011).- De los casi 3 mil muertos que dejaron los atentados del 11-S, al menos 16 eran mexicanos, de acuerdo con la mayoría de los recuentos que se hicieron en su momento, pero hoy, 10 años después, sólo cinco familias mexicanas reciben todavía ayuda de Estados Unidos.

El gobierno del entonces presidente  Vicente Fox  se desentendió de todo el problema, en su lugar, la Asociación Tepeyac de Nueva York fue la que,  desde un principio, brindó ayuda a la comunidad mexicana.

Joel Magallán, director ejecutivo de dicha organización, explicó que se apoyó  a tres grupos de personas.

Primero, los desempleados que trabajaban en negocios cercanos a las Torres Gemelas, que fueron alrededor de 900, de los cuales, más de 65% eran connacionales. Otro grupo fueron los 500 familiares de las víctimas mortales mexicanas y, finalmente, los trabajadores que limpiaron la zona del derrumbe y enfermaron de las vías respiratorias.

Estos últimos, no precisamente víctimas directas del 11-S, sino colaterales, quizás fueron los más afectados. “Algunos ya se murieron, otros son enfermos terminales... empezaron a llegar a pedirnos  ayuda en 2002-2003 y los apoyamos hasta 2008, cuando se acabaron los fondos, ya nadie nos dio porque llegó la recesión y ya no había dinero, así que los abandonamos a la mano de Dios”, relata Magallán.

El estatus de estos trabajadores era de indocumentados, por lo que no recibieron ayuda del gobierno de  EU ni de la empresa para la que trabajaban, ya que no firmaron contrato. “Las compañías los contratan sin papeles, y a la hora que hay algo que comprobar se lavan las manos, porque si contratan a indocumentados tienen que pagar multa”, comenta Magallán.


Desempleados, las otras víctimas

En el caso de los desempleados, la Asociación Tepeyac les ofreció un cheque quincenal hasta que consiguieron empleo. “Pusimos como condición —recuerda Magallán— que todos estudiaran. Si alguno nos decía ‘quiero un cheque, pero no puedo venir a estudiar’, podría ser que estuviera trabajando”. Las clases eran de inglés, computación u oficios de cocinero o bar tender.

La asociación se fondeó los primeros seis meses de donativos que llegaron por internet de todas partes del mundo y de efectivo que les llegaba por correo tradicional.  Posteriormente cooperaron la Cruz Roja, las iglesias, los sindicatos, clubes de profesionistas y estudiantes o se obtenía dinero “de algún evento que organizaban negocios, como con una obra de teatro o de los bares que  decían: ‘todos los fondos que caigan durante dos horas serán para los inmigrantes indocumentados afectados’”, dice el director de la organización.

Para los deudos, lo primero que se les brindó  fue la ayuda legal para que pudieran comprobar al gobierno de EU que tenían un esposo, hermano o pariente muerto en las Torres Gemelas, pero no poseían  los papeles, porque todos eran indocumentados. Al mismo tiempo,  les brindó ayuda económica y sicológica.

Magallán señala que fueron hasta 500 los miembros de familias que recibieron ayuda “porque la mayoría de los migrantes tenían una esposa allá (en EU) y una aquí (en México), unos hijos allá y unos hijos aquí, así que por eso se vuelven tantos”.


Casos de fraude


El activista remarca que entiende la reserva con la que EU actuó al recibir los casos de familiares de víctimas mexicanas, ya que a su misma organización llegaron parientes falsos.

“Tuvimos como tres casos que no eran genuinos y yo tuve que venir a decirles que su caso no era verdad, así que estarían en la lista del FBI porque están mintiendo”, dice.

Y añade: “Dos casos fueron de México y uno de Guatemala, éste último   nos costó más porque les dimos demasiado dinero hasta que comprobamos que no era genuino, y al final era una familia que traficaba con niños y tenía bien armado el teatrito de que era una familia afectada... y los de acá era un caso de Aguascalientes y otro del DF, que, por cierto, nos los llevó un político de Puebla”.

En un primer balance, EU desechó al menos tres casos de fraude de tres mexicanos que dijeron que sus padres habían muerto en los atentados y después se comprobó que esos hombres aún estaban con vida.

Algunas familias que sí comprobaron que sus parientes   murieron el 11-S aún reciben ayuda. EU becó a sus hijos para que terminaran sus estudios y continúa dando ayuda económica a las viudas. Según Magallán, “a los hijos les dan como mil 200 dólares al mes y les pagan la beca donde quieran estudiar. Por ejemplo, en el Tec de Monterrey u otras escuelas privadas (para los que viven en México), y si quieren ir a cursar una carrera en  EU, también se las pagan”.

El gobierno de México en este caso ha brillado por su ausencia. Magallán recuerda que “como siempre el gobierno llegó tarde. Poco después fue Vicente Fox, y luego una delegación de legisladores con el cónsul general de México en Nueva York a la asociación, querían saber qué hacía falta, pero no pasó nada después... sólo se fueron a pasear a Nueva York”.

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