Lunes, 25 de Noviembre 2024
Internacional | Al rededor de 167 mil agentes de policía velarán en todo el país

Colombia, en calma a un día de presidenciales

Al rededor de 167 mil agentes de policía velarán en todo el país por el normal desarrollo de las votaciones

Por: EL INFORMADOR

Juan Manuel Santos ha pedido el voto de los colombianos, con el argumento de que sellará la paz con las guerrillas. AFP /

Juan Manuel Santos ha pedido el voto de los colombianos, con el argumento de que sellará la paz con las guerrillas. AFP /

BOGOTÁ, COLOMBIA (14/JUN/2014).- En víspera de las elecciones presidenciales que se prevé serán las más reñidas de los últimos 20 años en Colombia, y que han girado de manera casi excluyente en torno al proceso de paz con la guerrilla, la policía dijo el sábado que todo está garantizado para que los colombianos puedan votar en paz.

"Puedo dar un parte de tranquilidad en todo el país", aseguró el general Rodolfo Palomino, director de la Policía Nacional, en momentos en que las calles bogotanas están de fiesta tras el triunfo de Colombia 3-0 ante Grecia en su debut en el mundial de Brasil-2014.

Los comicios del domingo enfrentarán al presidente Juan Manuel Santos y al opositor Oscar Iván Zuluaga.

La última encuesta revelada por Invamer-Gallup le dio a Zuluaga el 48.5 por ciento de la intención de voto frente a 47.7 por ciento del actual mandatario. El voto en blanco figuró con 3.7 por ciento. La encuesta cara a cara, con un margen de error de tres por ciento, abarcó a mil 200 personas en 55 ciudades del país entre el 31 de mayo y 3 de junio.

Desde que pasaron a segunda vuelta, tanto Santos como Zuluaga han arreciado con discursos bien distintos.

Mientras el jefe de Estado les ha pedido el voto a los colombianos con el argumento de que si es reelegido sellará definitivamente la paz con las guerrillas, Zuluaga ha dicho que solo seguirá adelante con el proceso de paz con las FARC si los guerrilleros detienen todas sus actividades militares.

Zuluaga está apadrinado por el ex presidente Álvaro Uribe (2002-2010), un enemigo acérrimo de las guerrillas y partidario de la vía militar para combatir a los grupos ilegales.

Las fronteras del país fueron cerradas desde las cuatro de la mañana del sábado (0900 GMT), sostuvo Palomino, quien además indicó que desde las seis de la tarde del sábado está prohibida la venta de licor en sitios públicos.

Según el oficial, 167 mil 332 agentes de policía velarán en todo el país por el normal desarrollo de las votaciones. A ellas y ellos se unirán unos 200 mil militares.

Sobre un eventual fraude en la costa Caribe del país, denunciado el viernes por el Centro Democrático de Zuluaga, el general Palomino enfatizó "en que estamos recibiendo todas las denuncias... y detendremos inmediatamente a toda persona que esté recibiendo plata (o dinero) por vender su voto".

Según la campaña de Zuluaga, miles de millones de pesos están rodando por la costa Atlántica para comprar el voto en favor del actual jefe de Estado. "El fraude electoral y el abuso de poder del presidente Santos no tienen antecedentes en Colombia. Hasta hoy se han radicado 11 denuncias de fraude y de abuso de poder", aseguró el Centro Democrático en un comunicado.

Más de 32 millones de ciudadanos están habilitados para votar y las autoridades electorales han dicho que esperan que en esta segunda vuelta la abstención disminuya. En los comicios de hace tres semanas se ubicó en casi 60 por ciento.

En la primera vuelta Zuluaga, un exministro de Hacienda de 55 años, derrotó a Santos por casi 460 mil  votos. Sin embargo, los apoyos políticos en los últimos 20 días hacia las dos campañas aparentemente han reducido la diferencia entre los dos aspirantes.

Desde fines de 2012 el gobierno de Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) adelantan un proceso de negociación para tratar de poner fin a 50 años de confrontaciones entre las partes. El martes se conoció que el gobierno y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la segunda guerrilla del país, iniciaron la fase exploratoria para un eventual proceso de paz.

La paz en los tiempos del cólera

Una ligera inquietud distrae aún a Sudamérica del disfrute de los “Juegos del Mundo”, ¿quién va a ganar la segunda vuelta en Colombia?

Se trata de la competencia entre un presidente en funciones contra un ex presidente reciente y con areola de exitoso. Óscar Iván Zuluaga es sólo un intento por velar la naturaleza real del fenómeno, la disputa entre Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos.

Lo que determina que un ex presidente pueda reelegirse es una circunstancia asombrosamente simple, que la percepción dominante que la sociedad tenga de las características de su mandato sea más favorable o menos perjudicial que la que tiene sobre el adversario que enfrenta.

De hecho, la segunda vuelta electoral se convirtió en un debate sobre la verdadera herencia de los dos mandatos del ex presidente. A inicios de la campaña una encuesta reveló que Uribe era el político con mejor imagen en Colombia, pero apenas dos meses después la situación no es la misma. Existe una percepción más diáfana sobre la profundidad de los puntos grises de su gestión. La sociedad va entendiendo que el retorno significa la vuelta de la crispación, del autoritarismo, de la pésima relación con los países vecinos, del espionaje a los medios, la intelectualidad y los representantes electos, del vale todo, y sobre todo, del enquistamiento del conflicto armado. La sociedad teme volver a ser rehén de prácticas inescrupulosas. Uribe va perdiendo su posición icónica, su herencia fue desmitificada y rechazada. Ya no sale bien parado ante la pregunta ¿para qué favorecer que vuelva?

En la trinchera opuesta lo que significa Santos también genera reservas. Proviene del entorno de Uribe, no está reñido con la corrupción y además tiene excesivas máscaras. Lo que lo ayuda es que, a pesar de todo, aparece como el único candidato que verdaderamente podría aportar algo realmente nuevo en la dinámica de los cuatro años subsiguientes, la finalización del conflicto. Pero además, no existe el riesgo de que logre aferrarse al timón de mando. Haga lo que haga en cuatro años se marchará y los colombianos podrán decidir su propio destino sin tener que lidiar con la sombra de un caudillo. El desenlace depende de en qué medida el tema de las negociaciones de paz se haya posicionado como clave en el imaginario colectivo.

La percepción que tenemos es que se posicionó. Lo manifiesta el apoyo recibido en la última semana desde varios sectores. A menos que en el último momento se produzca artificialmente un hecho dirigido a abortar la tendencia, Santos, debe resultar el favorecido. Es la oportunidad de Colombia de dejar atrás de una vez por todas las secuelas del “cólera”.

Con información de AP

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