Martes, 26 de Noviembre 2024
Internacional | Si el jurado considera culpable a podría enfrentar un máximo de 15 años de prisión.

Cerca, el final del juicio del maletín

Franklin Durán vino a Miami para asociarse ilícitamente con otros cuatro acusados y encubrir el origen y el destino del dinero confiscado

Por: EFE

MIAMI, ESTADOS UNIDOS.- “No hay misterio'', expresó ayer un fiscal federal: un empresario venezolano llegó a Estados Unidos a pedido del gobierno de Hugo Chávez para encubrir un escándalo desatado tras la confiscación de un maletín con 800 mil dólares supuestamente destinados a la campaña presidencial de Cristina Fernández en Argentina.

Franklin Durán vino a Miami para asociarse ilícitamente junto a otros cuatro acusados y encubrir así el origen y el destino del dinero confiscado en un aeropuerto de Buenos Aires el 4 de agosto del 2007, dijo el fiscal John Shipley durante los alegatos finales del juicio de Durán, de 41 años.

“Llegó a Estados Unidos con una misión del gobierno de Venezuela ... No hay misterio con lo que pasó, por qué está acá, por qué se reunía con (Guido Alejandro) Antonini (Wilson)'', dijo Shipley en un intento por convencer al jurado de que Durán es culpable de las dos acusaciones que enfrenta. “No es complicado ... lo que hizo fue un delito''.

Durán, quien se declaró inocente, está acusado de asociarse con otras cuatro personas para ocultar el origen del dinero. Asimismo, enfrenta el cargo de actuar como agente de un gobierno extranjero sin notificar a las autoridades estadounidenses, como lo requieren las normativas. Si el jurado lo considera culpable, podría enfrentar un máximo de 15 años de prisión.

Según la fiscalía, el dinero del maletín fue uno de los tantos envíos de Chávez, presidente de Venezuela, a la Argentina, y Durán cometió los delitos a pedido de la policía de inteligencia venezolana, la Disip, quien había sido designada por el mandatario para que se hiciera cargo de solucionar el escándalo del maletín.

Antonini es el empresario venezolano-estadounidense al que las autoridades argentinas le confiscaron el maletín. Para evitar ser procesado y detenido, al llegar a Miami pocos días después de la incautación del dinero, accedió a colaborar con el FBI. La mayoría de las pruebas presentadas por la fiscalía son grabaciones de los acusados con Antonini, que este último realizó.

La defensa de Durán, que proseguirá con sus alegatos finales el viernes, sostiene que el empresario llegó a Estados Unidos para ayudar a Antonini, con quien mantenía una larga amistad. Alega también que su cliente fue inducido por el FBI a involucrarse en el escándalo.

“No hay evidencias de que actuó bajo el control o la dirección del gobierno de Venezuela, por lo tanto debe ser declarado inocente'' de la acusación de que se desempeñó como agente del gobierno de Chávez, manifestó en su alegato el abogado de Durán, Ed Shohat.

El letrado argumentó que el gobierno estadounidense intentó engañar al jurado con las evidencias y testigos presentados en el juicio, y manifestó que no existen pruebas que demuestren que su cliente se haya unido de manera voluntaria e intencional a la presunta conspiración que alega la fiscalía.

“Todo lo que hizo (Durán) fue por él mismo, por su socio Carlos Kauffmann, su empresa y su mejor amigo en el mundo, Alejandro Antonini'', expresó Shohat frente a los 16 miembros del jurado, 12 de ellos titulares y los 4 restantes suplentes. "Frank no actuaba como un agente (de Venezuela) sino como amigo de Antonini'', declaró el abogado.

Explicó, sin embargo, que como tenía el mismo objetivo que el gobierno venezolano –“tratar de resolver el escándalo''- la fiscalía alega que era un agente extranjero.

Como ya había hecho en oportunidades anteriores, Shohat intentó desacreditar a los testigos de la fiscalía, entre ellos a Antonini. Dijo que el empresario venezolano-estadounidense, de 47 años, colaboró con el FBI por razones políticas, incluso, para evitar ser extraditado a Argentina, donde tiene un pedido de captura internacional por el caso del maletín. “Lo protegieron, le dieron 30 mil dólares'', indicó.

Pero en sus alegatos finales, Shipley sostuvo que Durán cometió los delitos de los que está acusado “voluntaria e intencionalmente'', y que “Franklin Durán asiste a la Disip en su misión. Sus propias declaraciones demuestran su culpabilidad''.

Durán no declaró durante el juicio, pues, como acusado tiene derecho a mantenerse en silencio. La fiscalía, sin embargo, presentó a lo largo de ocho semanas una serie de evidencias de conversaciones que mantuvo Durán con el general venezolano Henry Rangel Silva, director de la Disip, y con los otros acusados del caso.

En una de las grabaciones Durán admite que Chávez le había ordenado a Rangel Silva que acallara el escándalo.

Entre los testigos presentados por la fiscalía estuvo Carlos Kauffmann, el socio de Durán, quien declaró que el gobierno venezolano les había pedido que lo ayudaran, y que lo hicieron para continuar con los negocios multimillonarios que mantenían con las autoridades de su país.

Los dos empresarios venezolanos mantenían desde hace años un lazo comercial con el gobierno de Venezuela, al que según diversos testimonios le pagaban decenas de millones de dólares de sobornos para que continuaran los negocios.

Kauffmann, de 36 años, se declaró culpable y resolvió cooperar con el gobierno estadounidense para que le reduzcan la condena. Aún espera su sentencia, lo mismo que otros tres acusados.

De acuerdo con la fiscalía, Durán y los otros acusados deseaban convencer a Antonini a que firmara un poder autorizando a un abogado a que lo representara en Argentina. Así, el caso judicial en Argentina sería eliminado, Antonini no revelaría nada sobre el maletín, y recibiría dos millones de dólares y un documento que justificara que los 800 mil dólares eran suyos.

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