Celebra 90 años el duque de Edimburgo

LONDRES, INGLATERRA (13/JUN/2011).- La familia real británica celebró en el castillo de Windsor, a las afueras de Londres, el cumpleaños 90 del duque de Edimburgo, esposo de la reina Isabel II de Inglaterra.

Muy pocos le pueden discutir el título de hombre más controvertido del reino. La izquierda le tiene por un racista sin remedio que no se da cuenta de que sus pesadas bromas ponen en evidencia al país. La derecha le considera un librepensador al que le trae al pairo la corrección política.

El príncipe Felipe, que nació en la isla griega de Corfú el 10 de junio de 1921 y es el cónyuge que más tiempo ha ocupado el puesto en la historia de la monarquía británica, lo celebró junto a familia y amigos, que asistieron a una misa en la capilla del palacio.

En total hubo más de 750 invitados, que tras la ceremonia religiosa comieron canapés en una recepción oficial, a la que siguió un almuerzo privado únicamente para los familiares más cercanos.

La intención de la Casa Real ha sido mantener un perfil bajo de las celebraciones y el duque de Edimburgo mantuvo sin cambios su agenda oficial el pasado viernes, la fecha de su cumpleaños.

No fue permitida la presencia de los medios de comunicación en la misa de acción de gracias en la capilla de Windsor, oficiada por el deán del templo, el reverendo David Conner.

La reina Isabel, que el sábado fue homenajeada en Londres por la guardia real con motivo de su 85 cumpleaños, concedió a su marido el título de Lord High Admiral de la Armada británica con motivo de su 90 cumpleaños.

La monarca había ostentado ese título durante los últimos 37 años y decidió imponérselo.