Desde hace tres meses, el Patronato del Instituto Tecnológico José Mario Molina Pasquel y Henríquez trabaja en un programa de apadrinamiento con empresarios que permite que los jóvenes de escasos recursos puedan estudiar y no paguen la colegiatura de toda su carrera.Actualmente, el instituto cuenta con una matrícula de 16 mil alumnos. De éstos, mil 400 tienen una beca completa gracias al apoyo de la institución, informa el presidente del patronato, Enrique Dau Flores.El objetivo es que, al menos, estos mil 400 alumnos sean apadrinados por parte de empresarios interesados. “La respuesta de los empresarios ha sido excelente, les gusta mucho este instituto que está preparando a jóvenes que les son muy útiles a las empresas de tecnología”.Los alumnos elegidos deben mantener un promedio mínimo de 80 puntos para conservar el apoyo semestral de dos mil 500 pesos de pago de colegiatura, lo que da un total de 22 mil 500 pesos por cuatro años y medio de estudios. Los estudiantes de origen indígena obtienen una beca completa de manera automática.La coordinadora del patronato, Constanza Castanedo, señala que hasta el momento han conseguido 200 apadrinamientos. “Estamos viendo que los empresarios están abriendo la puerta”.En los 19 años de historia de los 13 campus tecnológicos que conforman el instituto, han egresado cerca de 20 mil ingenieros.VOCESGabriela de la Parra Mendoza es originaria de Los Reyes, Michoacán, y estudia el sexto semestre de la carrera de ingeniería industrial en el Instituto Tecnológico Superior de Zapopan. Tiene 35 años, es jefa de familia y mamá de una niña de nueve años.Por diversas razones, como la falta de recursos económicos, no pudo estudiar una carrera cuando egresó de la preparatoria. Siempre había querido hacerlo y fue hasta que supo que había oportunidad de becas en el instituto, cuando se animó a ingresar.Cuenta con una beca de la Fundación EDUCO, con la cual tiene la obligación de mantener un promedio de 85 puntos y no reprobar ninguna materia a lo largo de la carrera.“Yo trabajo los fines de semana, pero entre semana vengo a la escuela. La beca me ha ayudado bastante porque ya me quita un peso de encima el no pagar la colegiatura”.Asegura que si no tuviera la beca, difícilmente podría estudiar y mantener a su hija al mismo tiempo. “Ahorita se me facilitaron las cosas para estudiar, quisiera trabajar en una empresa y adquirir una especialidad. Yo vengo a estudiar y aprovechar, no vengo a perder el tiempo”.No tenía dinero para pagar una colegiatura en ninguna universidad, ni siquiera una cuota simbólica en una escuela pública. Con tres hijos y 35 años, vio algunas opciones y encontró el Instituto Tecnológico Superior de Zapopan, donde entró con una beca para estudiar ingeniería industrial.Aunque Bruno Alvarado Banda tiene varios años en la vida laboral, siempre se encontraba con negativas al momento de buscar empleos mejor remunerados, debido a que no tenía una carrera terminada.“Tenía la experiencia y no tenía el papel, así que le dije a mi esposa: ‘Te vas tú a estudiar o me voy yo. Con tres hijos y con estos sueldos, no vamos a poder’. Ella me dijo que me fuera a estudiar, pero la limitante era el dinero”.Ahora Bruno cuenta con una beca de excelencia que le otorga el instituto por estar entre los tres mejores promedios de la carrera. Cursa el séptimo semestre.“Gracias a Dios siempre me ha tocado estar en el primer lugar, y aparte de eso tengo una beca de manutención por parte del Gobierno federal. Estoy encantado con la carrera”.Julia Ramírez Cruz cursa el sexto semestre de la carrera de gastronomía en el Instituto Tecnológico Superior de Zapopan. Cuenta con una beca por parte de la Fundación EDUCO, que paga sus colegiaturas cada semestre.Ella tiene 21 años y absorbe todo sus gastos de casa y material para sus prácticas escolares, por lo que menciona que tener una beca ha sido de gran ayuda.“Me ofrecieron una beca cuando iba terminando el primer semestre, y cualquier apoyo te ayuda bastante, ese dinero que ya tenía presupuestado para la colegiatura, lo he estado utilizando para aquí mismo”.Actualmente combina sus estudios con su trabajo, es supervisora de una cafetería de la ciudad, donde puede aplicar lo aprendido en el salón.Señala que, además de las clases, el instituto ofrece capacitaciones y talleres gratuitos de gastronomía.Debido a su buen promedio, le ofrecieron una beca con estancia para estudiar en un instituto de España cuando acabe la carrera.“Me han dicho que me apoyarán con 80% de la beca y una residencia, para estudiar arquitectura en gastronomía”.GUÍAEl Instituto Tecnológico Mario Molina es una red de trece campus que cuenta con una cobertura de Educación Superior en 11 de las 12 regiones del Estado, con más de 16 mil estudiantes.Requisitos para acceder a una beca¿Cómo realizar una donación?A través de:¿En qué consiste el programa Apadrina a un Estudiante? El programa busca apoyar a los estudiantes, que por razones de limitación económica tienen en riesgo la realización o culminación de sus estudios universitarios.¿Qué tipo de apoyos se brindan?El padrino aporta apoyo económico para estudiantes de excelencia académica con necesidad de iniciar o concluir sus estudios de educación superior:También se puede apoyar de manera mensual con recursos para la compra de material didáctico, equipo de cómputo, alimentación y transporte.En la colonia El Bajío se encuentra el Instituto Tecnológico Superior de Zapopan, que combina espacios verdes y de convivencia, con grandes talleres que albergan equipos tecnológicos sofisticados. Es de los más equipados del Instituto Tecnológico Mario Molina.El campus cuenta con siete edificios donde se imparten las carreras de ingeniería en sistemas computacionales, industrial, electrónica, electromecánica, civil y gestión empresarial, además de la licenciatura en gastronomía y la maestría en sistemas computacionales.En estos edificios hay salones llenos de “joyas” tecnológicas que no se encuentran en otras universidades. Por ejemplo, en el edificio de electromecánica está el centro de prototipado y manufactura de tercera dimensión, donde los alumnos realizan proyectos.Uno de los tesoros del edificio es una impresora de tercera dimensión. El instituto es uno de los cinco lugares de América Latina que cuentan con una de estas máquinas, y es la única abierta al público, pues se da servicio a los alumnos y a la industria. Algunos de sus clientes con Continental e Intel.Puede hacer desde un prototipo de material de resina o plástico muy resistente, hasta engranes a escalas muy pequeñas.Una máquina de estas cuesta entre cuatro y cinco millones de pesos y llegó al instituto hace cuatro años.En esa misma área hay otros aparatos como un scanner de tercera dimensión, hornos para los prototipos y otras impresoras. Uno de los proyectos más actuales es la creación de unas prótesis para personas sin brazos.Además de la tecnología, los alumnos del campus tienen espacios para llevar sus ideas y convertirlas en empresas. Se trata del Centro de Innovación de Aceleración y Desarrollo Estatal (CIADE), donde los estudiantes reciben capacitación para sus proyectos de emprendimiento.Ahí los jóvenes tienen espacio para hacer coworking, tomar un café, jugar ping pong y recostarse en sillones inflables para crear pasto sintético, madera y lámparas industriales.Los proyectos reciben preincubación, incubación y postincubación, con la finalidad de armar su idea, tener consultoría especializada y aplicar el proyecto, para después tener un vínculo con financiamientos, socios y agentes inversionistas.En el área de investigación se encuentra el club de robótica, donde actualmente se trabaja en un dron con cámara multiespectral, para ser utilizado en la agricultura de precisión. El aparato revisa la salud de los campos agrícolas, con lo que se ahorra tiempo y costos.También cuentan con proyectos de realidad virtual y cámaras sofisticadas para trabajos de arquitectura.También está el sabor del campus en la cocina industrial para la licenciatura en Gastronomía, donde los alumnos realizan prácticas en parrillas, estufas, hornos y planchas para aprender cómo hacer cortes de carne, los términos del asado, cocina mexicana e internacional. A través de la vinculación entre investigadores de la Universidad de Harvard y del Instituto Tecnológico Mario Molina se desarrollarán una serie de proyectos para aplicarse en la institución jalisciense y así fomentar la sustentabilidad en los 13 campus distribuidos en el Estado.Desde hace un año, el Instituto colaboró en la elaboración del programa Campus Sustentable, una iniciativa con la que se busca detonar el uso de energías renovables en esa institución educativa y así generar un ahorro en recursos económicos.De acuerdo con Héctor Salgado Rodríguez, titular del Instituto, en esta quincena de mayo se firmará el convenio con Harvard y con una empresa global para que los 13 campus sean equipados con celdas solares, “estamos a punto de firmar el convenio, está en la última revisión de los puntos legales”.Tras concluir el estudio de eficiencia energética en todos los campus del Tecnológico se determinó que después de cinco años de la instalación de las celdas se dejará de pagar energía eléctrica. “Vamos a poner el terreno en los campus y ellos todo el equipamiento para ir absorbiendo el costo del pago de la energía eléctrica”.Este año, por ejemplo, el Instituto erogará nueve millones de pesos a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), por lo que el ahorro sería equivalente a esa cantidad en el pago por energía eléctrica.“Nosotros no pagamos nada, ellos ponen el equipo y van cobrando la energía, se la van a vender a la CFE, en lugar de pagarle a la CFE le pagamos a ellos, y hay un descenso hasta que se compensa el costo del equipamiento a los cinco años”.Para disminuir la contaminación ambiental, el Instituto contempla también la renovación de los vehículos con unidades eléctricas e híbridos.Con el objetivo de eficientar la administración de los 13 institutos tecnológicos del Estado, en noviembre del 2014, el Gobierno presentó ante el Congreso de Jalisco una iniciativa de ley para crear un solo organismo que opere y administre los organismos públicos descentralizados enfocados a la educación tecnológica.Héctor Salgado Rodríguez, titular del Instituto Tecnológico Mario Molina, explica que al integrar a todos los institutos se logró eficientar el manejo de recursos. Una de las primeras acciones tras la fusión, en agosto del 2016, fue el recorte de 102 plazas administrativas que se convirtieron en 90 plazas de tiempo completo para docentes e investigadores. “Tuvimos una reducción de directores de áreas, subdirectores, jefes de división y jefes de departamento”.Para el secretario Jaime Reyes Robles, la fusión fortaleció la docencia e investigación, “además de reducir costos, los administrativos se transformaron en investigadores y profesores de tiempo completo”.Sigue: #DebateInformador¿Qué opina de las carreras que ofrece el Instituto Tecnológico Mario Molina?Participa en Twitter en el debate del día @informador@informador