Todavía sigue fresco en la memoria el recuerdo macabro del más reciente Hexagonal eliminatorio de la Concacaf, en el que el futbol mexicano estuvo a nada de sufrir el peor fracaso de su historia. Las cosas le marchaban a “pedir de boca” a José Manuel de la Torre cuyo proceso había entregado magníficos resultados, calificó invicto y ganando todos sus partidos al Hexagonal Final, ganó de manera brillante la Copa Oro, venciendo en la Final a Estados Unidos, se obtuvo la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Londres.Ante tal escenario, se daba por descontado que en la fase final de la eliminatoria mundialista, el boleto al Mundial de Brasil se obtendría, como dijera La Volpe, “caminando”. Con los generosos tres cupos y medio que la FIFA le otorga a la Concacaf, ni el más pesimista de los aficionados se imaginó lo que le sucedería al Tri en ese apocalíptico 2013.La primera advertencia se dio el 6 de febrero de 2013 cuando la Selección mexicana no pudo ganar el primer partido del Hexagonal en el que como local, recibió al rival más débil de la eliminatoria: Jamaica. El marcador final fue de empate a cero.A partir de ese encuentro, se comenzó a desmoronar el mito de la imbatibilidad del Tri en el Azteca. En los otros partidos que se disputaron en el coloso de Santa Úrsula se repitieron los empates sin goles ante Estados Unidos y Costa Rica. Honduras protagonizó el segundo “Aztecazo” de la historia, el triunfo catracho 2-1 marcó el punto final de la gestión de “Chepo”.Con Víctor Manuel Vucetich, se obtuvo el único triunfo como local en una noche aciaga ante Panamá, que tuvo un final feliz, gracias a la soberbia anotación de chilena de Raúl Jiménez cuando el partido expiraba.Con la situación en extremo comprometida otro mito se desvanecía; que la derrama económica que el equipo mexicano genera era un activo que la FIFA no desperdiciaría.En el último partido, derrotado en Costa Rica, el equipo de Vucetich se resignaba a ver el Mundial por televisión, cuando en Panamá, Estados Unidos le hizo el “milagro” venciendo a los canaleros, dándole al Tri la opción de jugar un repechaje ante Nueva Zelanda. El “favor” de los estadounidenses terminó por completar la humillación del soberbio futbol mexicano.Juan Carlos Osorio fue contratado con la premisa de llevar al Tri a Rusia. Él inicia el torneo, pero con pocas garantías de terminarlo, porque en el arranque de la competencia, por los antecedentes recientes, hay más dudas que optimismo del futuro que su equipo pueda tener.De los enfrentamientos ante Estados Unidos y Panamá podría depender su continuidad o el relanzamiento de su proceso.La convocatoria de Osorio para estos dos partidos logró unificar opiniones en un sentido favorable, algo que no suele ocurrir con frecuencia, porque son los mejores jugadores de los que se puede disponer.La pregunta es: ¿El curso de sufrimiento intensivo habrá sido de un solo nivel o habrá que volverse a inscribir para llegar al Mundial de Rusia?