A todos debe alegrar que el Gobierno estatal y los gobiernos municipales hayan terminado por arreglarse para tener una policía que se hable. Eso de que la patrulla de Tlaquepaque sólo sea autoridad en seis cuadras de la avenida Cruz del Sur y lo demás le toque a sus colegas tapatíos es francamente ridículo.La coordinación es imprescindible, de eso no hay duda. Y sin embargo, la coordinación policial no es la respuesta, hace falta mucho más para combatir la sensación de inseguridad, la violencia criminal y el abuso contra el patrimonio. Son tres cosas distintas y para resolverlas hace falta información sobre el núcleo problemático de cada una. El enfoque punitivo y la mirada policiaca no han demostrado su eficiencia. En el país nunca habíamos tenido tanta policía como hoy, tan conectada e incluso, ayudada por el Ejército en las llamadas bases militares mixtas. Cada vez hay más uniformados.Los recursos para seguridad pública no han dejado de aumentar. Las leyes no han dejado de complicarse y las penas no han dejado de crecer. Los diputados locales y federales creen que para detener el secuestro o la posesión de arma basta con incrementar el número de años que deben pasar los delincuentes en la cárcel. Otros creen que con más comisiones, fiscalías y consejos contra la corrupción. Y nada, no ha funcionado.¿Cuál es el problema de la inseguridad en Jalisco? ¿Ha crecido la delincuencia porque el patrullero de Tonalá se detiene en el límite municipal? ¿Los asaltos tienen su origen en la falta de policías en el parque? ¿Los delincuentes tienen incentivos para ser criminales? Quizá lo que tienen son oportunidades porque hay zonas oscuras de la ciudad. O tienen hambre. ¿Se burlan de una ley que los deja libres? ¿Se burlan de una policía que les teme? ¿Se burlan de unos jueces que reciben dinero? ¿Son amigos de los uniformados o peor, son los mismos policías?Aunque las cifras sobre incidencia delictiva llegan hasta agosto de este año y hay comparativos hacia atrás hasta principios del siglo 20, falta saber lo importante: la causa que en cada momento alimenta la delincuencia. No es lo mismo que haya crimen común protegido por crimen organizado a que haya rapiña por hambre a que se desate la ley de la selva porque es más fácil robar que trabajar y la paga por matar vale la pena.Piensen un momento en el último delito que fue cometido en su contra o del que supieron. ¿Fue porque no había luz, no había policía? ¿Llegó la policía y casi lo detiene, pero se salió del municipio? ¿Lo atraparon y se pudrió en la cárcel por robarse 200 pesos? ¿Lo atraparon y salió riendo a pesar de que robó una casa completa? ¿Lo acorralaron y apuñaló al policía? ¿O de plano los únicos que se enteraron del robo fueron sus amigos en Facebook porque denunciar es una monserga?Bien por la coordinación policiaca. Ahora falta lo demás.
