¡Ayy con el PAN…! En la que está inmerso el partido blanquiazul, con los desfiguros que ha venido proyectando dando una imagen de desunión, de una grave falta de entendimiento, dejando a un lado principios e ideología, yendo a por todas en afán de lo que quedó luego de dos sexenios ocupando “La Grande”, y ahora mismo por recursos del grupo de parlamentarios en el Senado. No hay que “marear tanto las perdices”, que no… El nivel auténtico en la gestión de Gustavo Madero al frente del partido, con el antagonismo por parte de los calderonistas, marcan la expresión de trinquete marrullero en acusaciones de los unos y los otros, en los álgidos momentos por los que atraviesa la institución política que, quieran reconocerlo o no, está dentro de una crisis que fustiga al panismo, en la que se incluyen ideología, valores, liderazgo y, fundamental, insisto y repito, de imagen. Ambos grupos propusieron un acuerdo para la solución del conflicto desatado, pero no, en el lenguaje político no hay la “voluntad” para lograrlo, no obstante que se había acordado en el fondo y contenido de lo que pomposamente denominaron nuevos estatutos de consenso. Y Usted se preguntará, paciente lector mío, cuál es la razón del conflicto…? ¡Los dineros, que sí...! ¡Los dineros...! Estar en la posición de manejarlos a su total albedrío y lo más atractivamente ventajoso, sin tener que transparentarlos en rendición de cuentas a nadie. Las patadas se están dando con singular alegría intentando la preponderancia, sólo que también cuenta la inoportunidad, cuando a la vuelta de la esquina hay elecciones, y quiérase reconocerlo o no, el descrédito está desbordado. ¿Causas...? ¿Motivos…? Una vez que el PAN llegó a gobernar, —incluyo los tres rangos: federativo, estatal y municipal—, una considerable, muy considerable, considerabilísima cantidad de blanquiazules que llegaron a ocupar los cargos públicos, defraudaron con sus acciones y gestiones trayendo consigo el desencanto, tanto de los electores que por ellos votaron, como de gente con nivel moral que desde fundadores al hoy hay dentro del partido mismo. El PAN tuvo, que sí, durante mucho tiempo, tanto como lo ostentaba, un compromiso de ética política y ciudadana que motivaba a la ciudadanía, empero… Empero, y deben reconocerlo, que al transcurrir de los tiempos políticos y en la obtención de posiciones de poder, el compromiso contraído se fue perdiendo. Perdiendo, sí, para muchos, y no sin razón, desapareciendo en su totalidad en el hoy político que en México se vive. Cuenta deben darse los partidos políticos del país, —sin importar colores ni ideologías, aunque algunos sólo tienen los primeros… --, que todos tienen colas para pisarse; que el ciudadano tan corriente como común está harto del cinismo con el que exhiben su trepidante burguesía ofensiva, y, por supuesto, todo con cargo a un erario que se aprovisiona de la carga impositiva de los que pagan impuestos. Y… PENSÁNDOLO BIEN. Y… PENSÁNDOLO BIEN, la situación del panismo es de dolor y de vergüenza, sobre todo para aquellos que con convicción van por un México de justicia, de orden y de paz. ¿Habrá que reinventar el partido...? Más valdrá porque… Porque como va, SI SE HAN PROPUESTO HACER LAS COSAS TAN MAL, NO… NO LES SALE TAN BIEN….