Jueves, 02 de Enero 2025

LO ÚLTIMO DE Ideas

Ideas |

¿“Desaparecidos”?

Por: Sergio René de Dios

Por Sergio René de Dios

¿“Desaparecidos” es la palabra adecuada para englobar a más de 20 mil personas que en México no son encontradas? ¿Habrá que inventar un concepto que pueda por lo menos acercarse a representar la vulnerabilidad o indefensión en que se hallan las víctimas “desaparecidas”? ¿O que cuando digamos esa palabra o la escuchemos nos toque la parte más sensible de nuestro interior para siquiera imaginarnos el terror que enfrenta quien “desapareció”? ¿Hay un concepto que muestre el dolor de los padres o hijos o hermanos o amigos o novia o novio de quien está en calidad de “desaparecido” o “desaparecida”? ¿Esa palabra puede mostrar, con solo pronunciarla, esa pesadilla que significa buscar a un “desaparecido”, topándose con la indiferencia de policías, actuarios, secretarios, Ministerios Públicos, jefes de grupo, comandantes y una larga lista de funcionarios a quienes no les importa la suerte de quien no se sabe nada o poco?  

Dice la Real Academia Española que “desaparecido” o “desaparecida” es un adjetivo, el dicho de una persona “que se halla en paradero desconocido, sin que se sepa si vive”.

El concepto abarca apenas una parte de quien no se tiene información de dónde está y, en un vaticinio cruel, se prevé que se halle muerto.

El diccionario explica que la palabra “desaparecido” o “desaparecida” se utiliza como sinónimo de “muerto”, “sin vida”. ¿Expresar esa palabra es casi, o sin el casi, condenar a una persona al fatal destino de que murió? El concepto no abarca a quienes son responsables de esa “desaparición”, los que actuaron para llevarla a cabo, para que también se muera algo dentro de ellos mismos, de ellas mismas, mientras perpetraron ese delito.

¿Hay que inventar una palabra que también contemple a los victimarios?

La palabra “desaparición” también envía al referente de la magia, del mago que desaparece algo que estaba aquí y ahora no está; cuando en realidad, quien secuestra, sea un grupo delictivo o funcionario del Estado, comete más que un delito: una monstruosidad. ¿Es suficiente el concepto jurídico de “desaparición forzada”, que involucra a los agentes que detienen o secuestran en su nombre o a nombre del Estado a una persona, para luego negar que la recluyen en un lugar o que la asesinaron, fuera de la protección de las leyes?

¿”Desaparecer” a una persona es solamente “ocultarla, quitarla con destreza de la vista”? ¿O vamos seguir permitiendo que se imponga el lenguaje delictivo, que también oculta realidades, para hablar de “levantados”, en un intento de encubrir, disminuir, engañar o disfrazar lo que es un abominable secuestro? Los “desaparecidos” no están “desaparecidos”: alguien pasó por encima cualquier norma ética o moral, y se apoderó de sus cuerpos, vidas, sueños y alegrías; alguien se apropió de ellos como si fueran un objeto, una mercancía; alguien dio la orden para cometer esa vileza; alguien les ocasionó sufrimiento. ¿Necesitamos un nuevo vocabulario para una nueva realidad que ha sembrado de sombras y dolor a nuestro país?  
 

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones