Dice la sabiduría popular que la diferencia entre un alemán y un mexicano es que el alemán lee el instructivo para saber cómo se hacen las cosas, mientras que el mexicano lo lee a posteriori para saber en qué se equivocó. La forma de ser germana es sin duda más eficiente; la mexicana mucho más emocionante. Eso de que te digan siempre lo que hay que hacer resulta muy aburrido, mientras que hacerlo intuitivamente lleva consigo el elemento sorpresa.En la política sucede algo parecido. Hacer las cosas conforme a una receta predeterminada te llevará invariablemente a los mismos resultados. Ese tipo de política resulta muy eficiente cuando lo que se busca es estabilidad. Pero, cuando se trata de romper esquemas, de generar cambios, hay que apostarle a la intuición, a la innovación.El gobierno del Aristóteles Sandoval ha sido en muchos sentidos un gobierno innovador pero los resultados no han sido los esperados. En algunos casos porque, efectivamente, tres años es demasiado poco para obtener resultados; en otros porque la estrategia no fue la adecuada. Cuando todo parece ir mal, la sabiduría política estriba en distinguir qué cosas madurarán con el tiempo y cuáles hay que cambiarlas de inmediato.La Fiscalía es sin duda un tema a repensar. Fue una audacia dejar en un solo mando las policías y la Procuraduría de Justicia, pero los resultados hasta hoy no han sido distintos, quizá incluso a la baja. No es fácil distinguir si se trata de un asunto estructural o de coyuntura, pero en todo caso la receta dice que los huevos y la harina no van en el mismo recipiente. Mantener el esquema de Fiscalía tiene riesgos; cambiarlo tiene costos políticos. Lo mismo podemos decir de la Secretaría de Movilidad o la de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial, donde los cambios estructurales están lejos de haber aportados los resultados esperados. En estos casos la duda que tiene que despejar el gobernador es si es un problema de las nuevas estructuras o de operación.Otra apuesta importante del gobernador fue tener segundos de mucha confianza en las secretarias donde el titular no era del grupo, como es el caso, entre otras, de las secretarías de Salud y de Infraestructura y Obras Públicas. La dualidad de mandos está haciendo crisis en la operación de muchas dependencias gubernamentales y es momento de ajustarlas. El instructivo dice que este tipo de estructuras funcionan para el control político, pero son muy ineficientes.Cuando muchas cosas suceden simultáneamente (se pierde la elección, se rompe la confianza con el centro, falla la seguridad y se desgrana el equipo) no es fácil distinguir las causas de los efectos. Pero, cuando todo falla es momento de volver al instructivo.