La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios alertó sobre la existencia de 16 clínicas de cirugía estética irregulares en Jalisco, las cuales fueron suspendidas y aseguradas: 11 se encuentran en la Zona Metropolitana de Guadalajara y cinco en Puerto Vallarta. La Cofepris reportó un crecimiento de este tipo de establecimientos “patito” que carecen de avisos y autorizaciones sanitarias. Durante 2017, la cirugía plástica fue la especialidad más señalada ante la Comisión de Arbitraje Médico de Jalisco (Camejal), incluso por encima de traumatología que había recibido la mayor cantidad de quejas desde 2015, según los datos estadísticos anuales.De las 161 quejas que ciudadanos presentaron en ese año respecto a 39 especialidades, 20 fueron por malas prácticas en cirugía plástica tanto estética como reconstructiva.Durante 2013 los malos eventos en cirugía plástica también encabezaron los reclamos. Sin embargo, en 2014 las quejas en esta especialidad bajaron al quinto lugar. Al siguiente año pasaron al séptimo, y durante 2016 ocuparon el tercer sitio.De 2012 a noviembre de 2018 se presentaron un total de mil 328 quejas de todas las especialidades. Tan sólo por los servicios de cirugía y tratamiento estético se recibieron 113 reclamos.En abril del año pasado, este medio publicó que en Jalisco la mayoría de las quejas que interponían los ciudadanos contra las malas prácticas de los doctores, se resolvía sin llegar a los tribunales.El director de Fomento Sanitario de la Comisión para la Protección Contra Riesgos Sanitarios del Estado de Jalisco (Coprisjal), Armando Pimentel Palomera, recalcó que las personas deben revisar la preparación de los médicos ante el aumento que se ha dado en la oferta de cursos, diplomados o maestrías en medicina estética.Aceptó que muchos de los cursos están avalados por la Secretaría de Salud, pero están enfocados para médicos generales que desarrollan procedimientos no quirúrgicos. Por ejemplo, infiltraciones de colágeno y bótox, equipo para relajar y reafirmar músculo o colocación de cremas.“Lo que ha venido ocurriendo es que estos médicos se sienten con suficiente conocimiento para hacer otras actividades, lo cual no debe realizarse ni está permitido, por eso en algunos lugares se identifican a personas con estas características y allí se generan las famosas alertas”. El funcionario recordó que la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (Cofepris) notifica a los estados para que la Coprisjal verifique los procedimientos que se realizan en estas clínicas. Dijo que en la Coprisjal cuentan con un programa ordenado de vigilancia permanente.El funcionario informó que en la entidad tienen el registro de 215 consultorios que se dedican al servicio de medicina estética, de los cuales 125 son específicamente a cuestiones antienvejecimiento.Sobre las 16 clínicas en las que se encontraron irregularidades, detalló que son espacios donde se identifican carencias, falta de licencia médica o algún trámite de tipo administrativo.Pimentel Palomera agregó que hasta el momento se mantienen las alertas sanitarias que emite la Cofepris. “La Comisión Federal no ha modificado lineamientos ni ha dado a conocer nuevas estrategias. Cualquier modificación la haremos de conocimiento público”. La Comisión Nacional de Arbitraje Médico (Conamed) reportó que en 2017 se registró la cifra más alta de quejas por el servicio de cirugía plástica, estética y reconstructiva de los últimos quince años, con 65 inconformidades; el triple de las recibidas en el año 2002.Aunque no se trata de una cifra elevada si se compara con las mil 964 quejas del total de especialidades médicas que se recibieron en 2017, pues las inconformidades por cirugía estética representaron el 3.3%, sí ha habido un incremento constante desde 2012.De las 654 quejas concluidas entre 2002 y 2017, 337 corresponden a los últimos seis años. De esa cifra, el 69.9% fue por eventos de cirugía plástica y estética que por lo general se realiza a pacientes sanos para embellecer elementos estéticos, con el objetivo de que estos obtengan una mejor armonía facial o corporal.El otro 30.1% corresponde a reclamos por cirugías plásticas reconstructivas, las cuales son principalmente para mejorar la función y el aspecto físico en las lesiones causadas por accidentes y quemaduras, “en enfermedades y tumores de la piel y tejidos de sostén, y en anomalías congénitas, principalmente de cara, manos y genitales”.Sobre los principales estados de residencia de los usuarios que presentaron sus inconformidades ante la Conamed, 414 viven en la Ciudad de México, 133 en el Estado de México y 16 en Chihuahua.De Jalisco solamente hay cuatro casos. Sin embargo, esto se debe a que la sede de la Comisión se encuentra en la Ciudad de México, por lo que los ciudadanos de otros estados acuden a las instancias locales como la Camejal.La Conamed aclara que aunque en 26 estados hay comisiones de arbitraje médico con las atribuciones para resolver conflictos surgidos del acto médico, no todas pueden desarrollar el proceso de manera íntegra, “(en algunas ocasiones) se remiten los casos para que sean concluidos, pero en otras, es el propio usuario quien decide desplazarse o enviar su queja para que sea resuelta por la instancia nacional”.Del sexo de los agraviados, 473 son mujeres y 181 hombres. Respecto a la edad, el grupo de 35 a los 64 años es el que más quejas ha presentado en este periodo con 59.8%, seguido por el de 15 a 34 años, con 32%.Araceli tiene una hernia que le impide cargar cosas pesadas, una cicatriz con una “bola” que la desanima para usar vestidos y la piel del estómago tan delgada que una malla la cubre para “que no se salgan los intestinos”, señaló.La señora relató que tenía problemas de matriz, por ello acudió a una clínica ubicada en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) en donde pidió a los doctores que le hicieran una abdominoplastia después de retirarle la matriz, pero en el hospital no le permitieron que otro médico hiciera el trabajo.Señaló que tras la operación, los doctores prosiguieron a retirarle el exceso de piel en el abdomen, pero le quedó muy frágil.“Cuando me cosieron la pared abdominal me desgarraron y me salió una bola, una hernia, por esa razón me tuvieron que poner malla en los dos lados de mi estómago”, detalló.Dijo que además le quedó una cicatriz tipo queloide que atraviesa toda su cadera, que le pica y le duele. Además, con la “bola” de la hernia ya no puede usar vestidos.“Fueron cirugías por motivos de salud y estética. No esperaba quedar peor ni que me desgarraran la pared abdominal o con una hernia que no tenía”.Araceli no ha podido demandar ni interponer quejas al respecto porque las autoridades del hospital no le quisieron dar el expediente de los procedimientos a los que fue sometida.“Quería mi expediente para demostrar que entré sin hernia. Yo quería un papel para poder ir a dar una queja en algún lado, era mi dicho contra el aire y el doctor dijo que no”.Además, aseguró que pese a que el hospital es privado, muchos de los que operan no tienen experiencia. “El hospital lo cubre. No me quise arriesgar a operarme en una clínica patito y terminé mal. ¿Cómo es posible que pagues y te atiendan practicantes?”.Recalcó que se percató de otros pacientes que también sufrieron consecuencias por operaciones estéticas, pero los doctores se cubren entre ellos y nadie la ha podido ayudar.“Yo pagué como 40 mil pesos y no me quisieron dar copia de lo que le hicieron a mi cuerpo, y de esa forma poder alertar a alguien más”, lamentó.A nivel nacional, los ciudadanos señalaron que los servicios de cirugía plástica tuvieron deficiencias principalmente en el sector privado. De las 654 quejas registradas entre 2002 y 2017, 440 indicaron que el incidente se registró en clínicas particulares y 214 en instituciones públicas como el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) o el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).En un análisis de la Conamed, se señaló que esto ocurre, en gran medida, por un tema de diferencias culturales. Por ejemplo, las personas que acuden a instituciones públicas “presentan mayores niveles de analfabetismo y marginación y con una menor propensión a la manifestación de quejas e inconformidades”.De las 440 reclamaciones del sector privado, el 91.3% es por acciones de cirugía plástica y estética, distinto al sector público, donde el 74.3% de las quejas son por fallas en cirugía reconstructiva.Los motivos de las inconformidades se dividen en accidentes e incidentes, deficiencias administrativas y/o institucionales, diagnóstico, relación entre médico y paciente, tratamiento médico y tratamiento quirúrgico.El rubro con el mayor número de causas fue el de tratamiento quirúrgico, seguido de la relación entre médico y paciente, y en tercer lugar el tratamiento médico.Otras causas que motivaron a que los pacientes se quejaran fueron señalamientos como tratamientos inadecuados, complicaciones tras la operación, secuelas del tratamiento quirúrgico, información errónea o incompleta, falta de información, tratamiento quirúrgico no satisfactorio, fallas en vigilancia, técnica quirúrgica inadecuada, maltrato, malos equipos e insumos, así como falta de información y consentimiento.La gravedad del daño se divide en las siguientes categorías: sin daño físico, daño temporal, daño permanente y muerte. Según los datos analizados en el periodo mencionado, de las 103 personas que especificaron las secuelas, 44 presentaron daño temporal, 30 sin daño, 27 daño permanente y dos personas murieron, ambas mujeres.“En 39.3% de los casos no se hace mención a ningún tipo de daño secundario a la atención otorgada, lo que no implica que no exista”, remarcó la Comisión.Una cifra contundente es que los fallecimientos ocurrieron en instituciones del sector privado, aunque en el sector público detectaron que 77% de los pacientes presentó daño permanente y 31% daño temporal.De los cuatro casos de Jalisco, dos de los ciudadanos se quejaron porque su daño les produjo secuelas para toda la vida.Según las estadísticas, el proceso para levantar una queja tiene una duración de 160 días totales, aunque si no se llega a conciliación, el tiempo aumenta a 375 días hasta que se emita el laudo.Fuente: Cofepris David Medina (cirujano plástico certificado y académico de la Universidad de Guadalajara)Lo primero que los pacientes deben exigir, es que los médicos que vayan a tratarlos estén certificados ante el Consejo Mexicano de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva, destacó David Medina. “No es lo mismo que nada más tengan una maestría. Es muy importante que tengan los permisos para poder trabajar, que los médicos cuenten con sus credenciales”.El especialista recalcó que es riesgoso que en el Estado se hayan detectado 16 clínicas irregulares, una cifra elevada porque cada establecimiento representa un punto de riesgo para los ciudadanos.“Es responsabilidad del paciente asegurarse que sean médicos debidamente calificados. Aunque es una obligación de Cofepris emitir las alertas, los colegios de cirugía plástica también están al pendiente”.El académico explicó que es común toparse con pacientes que han sufrido las consecuencias de malas prácticas en procedimientos de cirugía plástica y estética, por lo que deberían existir más acciones enfocadas en la prevención.“En los hospitales tienen la obligación de ver el currículum del médico, si reúne los requisitos se abren las puertas, (de lo contrario) tiene el derecho de rechazarlo. Hay hospitales que por situaciones económicas no lo hacen”. El cirujano destacó que un especialista debe contar con al menos seis años de experiencia, “mínimo se requieren dos años de cirugía general y cuatro años de cirugía plástica”. A través de redes sociales y anuncios por internet, se ofrecen liposucciones, estiramientos faciales en consultorio y hasta inyecciones que prometen moldear la figura, a precios bajos y sin ingresar a un hospital. Todo al alcance de un clic.En febrero pasado, se dio a conocer que a través de estos medios se ofrecen cirugías con mínima invasión y una supuesta pronta recuperación. Sin embargo, el entonces titular de la Coprisjal, Dagoberto García Mejía, señalaba que este tipo de anuncios son uno de los puntos más problemáticos para vigilar, además de representar un alto riesgo para la salud.“Nuestro ‘talón de Aquiles’, dijo el funcionario, siguen siendo aquellos procedimientos que se ofertan en las redes y que lucran con el bienestar general”.Desde 2017, la Cofepris encomendó la regulación de la publicidad a las comisiones locales, precisamente para vigilar este tipo de anuncios.“Estamos detectando en redes quién se ostenta como cirujano plástico y no lo es. Con las acciones que logramos hacer el año pasado, logramos que muchos de estos médicos se fueran a otros estados”.Personas que cayeron en páginas que ofrecían procedimientos a bajo costo o con pseudocirujanos han llegado a la Camejal para poner una queja pero, al no haber sido un procedimiento realizado por un especialista certificado, la comisión pierde injerencia y únicamente se da asesoría jurídica y el caso se deriva a otras instancias.